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Modelos en disputa

México avanza hacia la semana laboral de 40 horas mientras la Argentina impulsa una reforma regresiva

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, apuesta por una reforma laboral que mejore la calidad de vida de quienes trabajan.

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Mientras el Gobierno argentino apura en el Congreso una reforma laboral para flexibilizar el trabajo, en México se discute una iniciativa opuesta: reducir la jornada semanal de 48 a 40 horas sin afectar salarios ni derechos adquiridos. La propuesta fue enviada esta semana al Senado por la presidenta Claudia Sheinbaum, y plantea una transformación progresiva pero estructural de las condiciones laborales en ese país.

“Es un paso firme hacia una vida laboral más justa, digna y equilibrada”, afirmó la presidenta del Senado mexicano, Laura Itzel Castillo. La iniciativa modifica el artículo 123 de la Constitución y la Ley Federal del Trabajo, con una implementación gradual que bajará dos horas por año entre 2027 y 2030, hasta llegar a las 40 horas semanales sin pérdida de ingresos .

Trabajo digno vs. flexibilidad sin derechos

La comparación con la Argentina actual es inevitable. El presidente Javier Milei y su bloque en el Senado, encabezado por Patricia Bullrich, promueven una reforma laboral que apunta en dirección contraria: reducir costos laborales, debilitar convenios colectivos, desproteger a trabajadores informales y facilitar despidos. Según Bullrich, la reforma será prioridad parlamentaria en diciembre, junto al Presupuesto 2026.

En México, en cambio, el centro de gravedad está puesto en el bienestar de las y los trabajadores. Según explicó el secretario de Trabajo, Marath Bolaños, la medida se apoya en evidencia internacional, que muestra beneficios no solo en productividad, sino también en salud, cohesión social y equilibrio entre vida personal y laboral .

La propuesta mexicana se diseñó tras cinco meses de foros con más de 2.000 actores sociales, incluyendo sindicatos y empleadores, y cuenta con un cronograma de adecuación que contempla a las empresas. En Argentina, en cambio, los gremios no participaron de la redacción de la reforma oficialista, y las principales centrales —CTA, ATE, CGT y UTEP— la rechazan por “inconstitucional, antisindical y regresiva”.

Lo que propone México

  • Jornada de 40 horas semanales garantizada por ley.
  • Aplicación gradual desde 2027 hasta 2030.
  • Sin reducción salarial ni de prestaciones.
  • Prohibición de horas extra para menores de edad.
  • Proceso participativo y amplio consenso político y sindical.

Lo que propone Milei

  • Reducción de indemnizaciones y facilidades para despidos.
  • Flexibilización de convenios colectivos.
  • Legalización del fraude laboral para monotributistas y tercerizados.
  • Desregulación de jornadas y descansos.
  • Ausencia de consulta con actores sindicales.

Dos reformas, dos países, dos proyectos

El contraste entre ambos modelos laborales es un espejo de los proyectos de país en disputa. Mientras México avanza hacia un modelo laboral centrado en derechos, salud mental y tiempo libre, Argentina discute una contrarreforma con eje en la desregulación, sin contemplar el impacto sobre el bienestar ni sobre el tejido social.

“Reducir la jornada no solo mejora la vida de quienes trabajan, también fortalece la economía y la democracia”, sostuvo Bolaños. En la Argentina, en cambio, la narrativa oficial pone al mercado como único regulador, con una reforma que busca “modernizar” el trabajo a costa de desmantelar protecciones históricas.

En tiempos de transformaciones globales, la pregunta que se impone es: ¿qué tipo de modernización necesita el mundo del trabajo?

JJD

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