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Qatar 2022
Historias mínimas de los argentinos que le hicieron goles a México en Mundiales

El gol de Maxi Rodríguez a México en el Mundial de Alemania de 2006.

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Francisco Varallo, el amigo de Carlos Gardel

 

Francisco Varallo llegó a la Selección después de una votación. Había cinco jugadores nominados para ese puesto. La decisión la tomaban los dirigentes de los clubes. Mario Zureda, el representante de Gimnasia, club en el que jugaba Varallo, convenció al delegado de Independiente de que votara a su elegido. Así fue que con 19 años el delantero de Gimnasia llegó a jugar en la selección. Durante la concentración en Uruguay tuvieron como invitado a Carlos Gardel. Varallo recordó que el cantante se acercaba hasta Santa Lucía, a dónde paraba La Selección, a unas dos horas de Montevideo, a apostar con los jugadores. Una noche, Varallo le pidió a Gardel que lo acompañara a la habitación que compartían Juan Evaristo y Rodolfo Orlandini. Gardel los destapó y comprobó que ambos jugadores dormían con la camiseta de Argentina. Antes del debut con Francia “El Zorzal” interpretó varios temas entre los que se incluyó “Patadura”, tango que mencionaba a Luis Monti autor del gol de la victoria ese día. Cómo Argentina ganó, los recitales de Gardel en la concentración se hicieron costumbre y ahí nació la amistad entre el cantante y el delantero que le hizo el cuarto gol argentino a México el día de la victoria por 6 a 3 en Uruguay 1930.

 

Adolfo Zumelzú, el haragán

 

No tan haragán, Zumelzú. Así se tituló la carta que Borocotó, periodista de la revista El Gráfico, le escribió a Adolfo Zumelzú, jugador de La Selección Argentina en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928 y en el Mundial de Uruguay 1930. ¿Te pusiste un día a pensar en lo que significa el vestir esa camiseta a rayas en los clásicos encuentros internacionales? Quienes vieron jugar a Zumelzú dicen que era un jugador que no se destacaba por su velocidad y que en el campo de juego se lo veía con una calma que a Borocotó no le gustaba. “Cuando saliste a la cancha, lo hiciste con paso cansado, y mientras la muchachada dio la vuelta al field saludando al público, tú corrías de atrás, dejando que otros hicieran el tren y buscando el lado de los palos para acortar la distancia”. En otra parte del texto, Borocotó muestra sus ganas de jugar en La Selección, aunque Ricardo Lorenzo Rodríguez, nombre real del periodista, nació en Uruguay. La carta fue publicada en 1934. El jugador que había sido campeón Sudamericano con Argentina en 1927 y 1929 no tuvo posibilidad de responderle al periodista adentro de la cancha porque su tiempo cómo jugador de selección había terminado. Atrás quedaron los dos goles que Zumelzú le hizo a México el día que La Selección le ganó 6 a 3 Uruguay 1930.

 

Guillermo Stabile, del triplete en el Mundial de 1930 a los monedazos en 1958

 

Cuarenta horas viajó la Selección para llegar a Suecia a jugar La Copa del Mundo de 1958. El equipo había ganado El Sudamericano de 1957 y era gran favorita al título. El técnico era Guillermo Stabile, máximo ganador cómo entrenador con La Selección. Ya antes de llegar a Europa tuvo algunos problemas para conformar la lista: tres de sus estrellas, Humberto Maschio, Antonio Angelillo y Omar Sívori, se habían ido a jugar al fútbol europeo y no firmaron ninguna cláusula para que sus clubes los dejaran jugar el Mundial. Raúl Colombo, Presidente de La AFA, intentó pero se dio por vencido rápido y le pidió a Stabile que convocara jugadores del fútbol local después de decir que no había problemas,

que a Argentina le sobraban futbolistas. El equipo se armó con la base de River que venía de salir varias veces campeón. Unos días antes de debutar se lesionó Roberto Zárate y se convocó de urgencia a Ángel Labruna que ya tenía 39 años y estaba sin ritmo de juego. Con este panorama y sin saber bien cómo jugaban sus rivales, Argentina perdió 3 a 1 con Alemania, le ganó por el mismo resultado a Irlanda del Norte y llegó a la última fecha con la necesidad de ganarle a Checoslovaquia para pasar de ronda. Amadeo Carrizo, arquero titular ese partido, contó sin vergüenza que los argentinos no tenían ideas quienes eran los checos y mucho menos sabían cómo jugaban. Ese día La Selección dirigida por Stabile perdió 6 a 1 y quedó eliminada en primera ronda. Cuando llegaron al país, en el aeropuerto de Ezeiza, a nadie le importó que el técnico haya sido el goleador del Mundial de Uruguay 1930. Mucho menos que Stabile haya sido el primer argentino en marcar tres goles en un partido mundialista el día que

Argentina le ganó 6 a 3 a México en Uruguay 1930. Fueron recibidos por un grupo de hinchas que fueron a tirarles monedas al equipo. A los pocos días Stabile fue destituido de su cargo. 

 

Hernán Crespo y su decepción con Marcelo Bielsa

 

“Fue una tremenda decepción sentirme engañado por usted”. Así respondió Hernán Crespo a las disculpas públicas de Marcelo Bielsa por una situación que se sucedió entre 1999 y 2002, en los primeros años del entrenador al frente de La Selección Argentina. Era la época en la que Bielsa aseguraba que dos delanteros de área como Gabriel Batistuta y Hernán Crespo no podían jugar juntos. Y no solo lo aseguró. Lo mantuvo firme hasta cuando más los necesitó adentro de la cancha, el día que Argentina empató con Suecia 1 a 1 y quedó eliminada en primera ronda del Mundial de Corea – Japón 2002. Pero esta historia sucedió antes del Mundial. En un entrenamiento Bielsa lo llamó a Crespo y con el fin de motivarlo le dijo que lo consideraba un jugador maduro. Al tiempo, el mismo entrenador llamó al mismo delantero y al entender que ahora sí había crecido le afirmó: “Que madurez la tuya, no sos el mismo que eras antes”.  El jugador se lo quedó mirando y se sintió engañado por la situación. Nunca más hablaron del tema hasta que “El Loco”, cómo se lo conoce al entrenador, en una conferencia de prensa cuando dirigía al Leeds de Inglaterra contó lo ocurrido, aseguró no

habérselo perdonado nunca e hizo públicas sus disculpas. Tras la renuncia de Bielsa al seleccionado Crespo siguió integrando La Selección, fue titular en El Mundial de Alemania 2006 en el cual le marcó el gol del empate en la

victoria frente a México por 2 a 1 en los octavos de final.

 

Maximilano Rodríguez y su zapatazo inolvidable

 

Claudia es la mamá de Maximiliano. Claudia es Rodríguez y Maximiliano lleva su apellido porque su papá biológico no quería saber nada con tener un hijo y se fue de su casa antes de su nacimiento. Nunca supo nada de ese hombre. Para él, Claudia era mamá y papá. Cuando ella tenía que ir a trabajar, Maxi se quedaba al cuidado de sus abuelos Beatriz y José. Su abuela nunca entendió nada de fútbol. Pero sí tuvo una conexión especial con este nieto que la llevó a emocionarse la primera vez que lo vio vestido con los colores de Newell´s. Cómo no se iba a emocionar Beatriz si lo llevaba a Maxi a upa a hacer todos sus trámites. Cómo no iba a lagrimear sí era ese mismo nieto que cuando terminaba el almuerzo le pedía que le pelara una manzana y ella lo hacía cuidadosamente. Y si Beatriz a

quién no le gusta el fútbol sintió orgullo por la carrera de Maxi, ¿Qué le queda a José? Él fue el que le inculcó el amor por la pelota. De chico el jugador surgido en Newell´s únicamente pateaba con la pierna derecha. Y su

abuelo le decía una y otra vez “tenés que patear también con la zurda” y de tanto insistir, “La Fiera” dejó de usar su pierna menos hábil únicamente para subirse al colectivo y empezó a patear con ella. La misma zurda del

zapatazo que le dio la victoria a Argentina contra México en Alemania 2006. 

 

Tévez, el delantero que cambió su apellido

 

Carlos Martínez nació el 5 de febrero de 1984. Su mamá Fabiana, de quién llevaba el apellido, lo dejó para que se criara con su hermana Adriana y su cuñado, Segundo Tévez, a quién Carlos llamó siempre cómo su papá. Su padre biológico había sido asesinado cuando tenía cinco años. “El Apache”, cómo se lo conocería más adelante, empezó jugando a la pelota en el club Santa Clara en Fuerte Apache, su lugar de nacimiento. A sus seis años lo vinieron a buscar para jugar en All Boys. Segundo rechazó la propuesta porque Carlos no tenía zapatillas. En esos años la categoría de Martínez  de Santa Clara jugó una final contra el mítico Club Parque. Los padres de los chicos preferían no jugarla por miedo a perder por goleada y que los jugadores sientan un bajón. El delantero habló con el técnico y le dijo que ellos querían jugar. No solo jugaron, él fue la figura y ese fue el día en el que finalmente se arregló su llegada a All Boys, club en el que estuvo dos años. Y en esos dos años Ramón Madoni se lo quiso llevar a Parque. Pero Martínez quería jugar en Boca. Y un día “El Xeneize” hizo un acuerdo con Club Parque y Madoni convenció al delantero de que dejara All Boys aunque desde el club de Floresta buscaron retenerlo. Aprovechando que Martínez decía que su papá era Segundo y que el apellido de Segundo era Tévez y para que no haya problemas para anotarlo, Boca sugirió que cambie su apellido. Así Carlos Martínez pasó a llamarse Carlos Tévez. En 2010 Tévez llevó a Adriana y a Segundo a Sudáfrica a ver El Mundial. En la cancha gritaron sus goles dos goles a México. El tercero fue un golazo: un remate desde afuera del área que se metió en el ángulo izquierdo del arquero.

 

Gonzalo Higuaín, casi francés

“Estuve muy cerca de jugar para Francia”, contó Gonzalo Higuaín. Cuando el delantero tenía 19 años y jugaba en el Real Madrid, Raymond Domenech entrenador de Francia que venía de haber sido subcampeón del mundo en Alemania 2006 fue a buscar al “Pipita” para que integrara esa selección. Gonzalo, que había nacido en Francia, sentía que no podía traicionar sus sentimientos: quería jugar para Argentina. Aunque nació en Brest y vivió unos 10 meses en Europa, había pasado 18 años en Argentina. Domenech se enojó porque dijo que Higuaín se aprovechó de su

pasaporte francés para llegar al Real Madrid. En la charla que tuvieron Gonzalo, su papá Jorge Higuaín y Raymond, “El pipita” fue muy claro: “Quiero jugar para Argentina”, dijo y tuvo que esperar tres años para cumplir su sueño.

El 10 de octubre de 2009 debutó en La Selección. Fue el día que Martín Palermo hizo el agónico gol con el que Argentina encaminó su clasificación a Sudáfrica 2010. Ese día Higuaín hizo el primero de la victoria por 2 a 1 frente

a Perú. Ese día Higuaín hizo el primero de los 32 goles que hizo jugando para Argentina. Unos meses más tarde le marcaría el segundo gol a México en la victoria por 3 a 1 en octavos de final del Mundial de Sudáfrica y quedaría por

unos días cómo el único goleador de esa Copa del Mundo.

IU

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