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Entrevista

Cristian Girard, jefe de ARBA: “Hay un gobierno de la provincia predispuesto a volcar recursos a los sectores más golpeados”

Cristian Girard, jefe de ARBA.

Alejandro Rebossio

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El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, anunció este viernes nuevos auxilios económicos para asistir a los sectores afectados por el recrudecimiento de la pandemia y el regreso de la cuarentena. Una de las fuentes de su financiamiento se la provee Cristian Girard, director ejecutivo de la Agencia de Recaudación de Buenos Aires (ARBA).

¿Cómo la segunda ola del Covid-19 está dañando la recaudación tributaria bonaerense?

En la provincia de Buenos Aires venimos de seis meses consecutivos de aumento de la recaudación en términos reales. Pero a mitad de mayo recortamos la proyección que teníamos para el cierre del mes, sobre todo en Ingresos Brutos. Esperábamos una recaudación de Ingresos Brutos de 49.000 millones de pesos para el mes y la recortamos a 47.500 millones. Vemos una desaceleración en el crecimiento. Después por el lado de los impuestos patrimoniales, Sellos venía volando por la reactivación del mercado inmobiliario y el patentamiento de autos. Si miramos todo el acumulado del primer trimestre, tuvimos un aumento de la recaudación del 14%. Es un buen indicador, sobre todo porque en la provincia de Buenos Aires, a diferencia de la Nación, no hubo grandes cambios de política tributaria como los de Nación. Hicimos un cambio en la ley impositiva tanto en 2020 como en 2021 para darle más progresividad, pero la Nación subió Bienes Personales, instituyó retenciones. Estamos convergiendo a los niveles de cobrabilidad de 2019. Todo indicaría, mirando la recaudación, que estamos en un proceso de recuperación económica. Después, si va a ser una reactivación o hace un rebote, un recorte de la caída del año pasado, hay que ver cómo sigue, depende también de otras variables de la macroeconomía que están muy tensionadas. Con este aumento de la segunda ola, puede llegar a verse recortado ese crecimiento. 

¿Se aprovechará la mayor recaudación bonaerense para asistir a los más golpeados por la segunda ola? Es lo que también se le reclama a la Nación…

Cuando se hicieron los anuncios de las anteriores restricciones, Axel anunció un paquete de medidas de ayuda al sector privado por 70.000 millones de pesos. Para tener una idea, un mes de recaudación está en 60.000 millones. Ahora tenemos un margen con la mejora de la recaudación para pensar alguna medida adicional orientada a los sectores más perjudicados por el cierre de las actividades. Además, una moratoria se anunció para las deudas de 2020, con quitas de hasta el 90% de intereses, multas y recargos, tanto para particulares como para empresas. También lanzamos una moratoria para agentes de recaudación, que generalmente son pymes, que venían con deudas muy grandes de 2018 y 2019. El mes que viene entra en vigencia la moratoria de patrimoniales. Lanzamos la creación del régimen simplificado de monotributo e Ingresos Brutos, con una reducción de la carga impositiva de la categoría A a la G. Los excluimos de los padrones de retenciones bancarias cuando operen con otros agentes. Eso es un beneficio para un millón de contribuyentes. Y después el Fondo de Cultura, que administra (el ministro de) Producción, Augusto Costa. Más el programa Preservar Trabajo, que es un complemento de los Repro, y las líneas de crédito del Banco Provincia. Hay un gobierno de la provincia de Buenos Aires que se está mostrando muy proactivo y predispuesto a volcar recursos a los sectores más golpeados en la medida que hay que tomar medidas.

La ciudad de Buenos Aires anunció una exención de Ingresos Brutos por tres meses para clínicas, bares y restaurantes. ¿La provincia hará algo similar?

Nosotros hicimos en la segunda mitad del año pasado una exención del 50% de Ingresos Brutos. Y decidimos ahora con Augusto Costa, Pablo López (ministro de Economía), Mara Ruiz Malec (de Trabajo); Juan Cuattromo, del Banco Provincia, y Carlos Bianco (jefe de Gabinete) un paquete de medidas. En este contexto inédito desde el comienzo de la pandemia, con un fuerte y sostenido aumento de casos y extrema presión sobre el sistema de salud, el gobernador anunció una serie de medidas económicas orientadas a atender a los sectores más afectados. Entre las medidas hay tres de corte tributario: 1) no se le aplicarán retenciones de Ingresos Brutos a las empresas de los sectores definidos como los más afectados por el Ministerio de Producción; 2) se habilitará un plan de pagos para deudas que se hayan generado desde enero, y que podrían generarse hasta fin de agosto, para Ingresos Brutos e impuestos patrimoniales, con hasta 18 cuotas sin interés; y 3) se suspenderán los embargos, también hasta fines de agosto. La alícuota cero en los regímenes de recaudación evitará la acumulación de saldos a favor, los SAF, cuando se reduzcan las ventas y luego, cuando comiencen a recuperarse los ingresos, la posibilidad de financiar deudas generadas por Ingresos Brutos e impuestos patrimoniales hasta fin de agosto en 18 cuotas sin interés les permitirá a estas empresas mejorar su capital de trabajo sin costo financiero, para que puedan así relanzar el ciclo comercial con menor dificultad. La suspensión de embargos opera en igual sentido, al evitar justamente la inmovilización de fondos o activos por deudas ante ARBA en instancia judicial.

¿Cuáles son los sectores más golpeados hasta ahora?

El turismo y la gastronomía, donde hay muchas microempresas. Después tenés los salones de fiesta, discotecas, gimnasios, clubes deportivos, jardines, salas maternales…

¿Y cultura?

Sí, centros culturales, cine, teatro, cine. Y los bingos también.

Bingos y casinos.

Sí, que están cerrados.

¿Qué se puede hacer para recaudar más para dar más ayudas en un tiempo en que está cerrado el acceso al mercado internacional de deuda?

Sí, está cerrado el acceso al mercado internacional, pero localmente la colocación de letras de la provincia viene bárbaro. Estamos bajando las tasas, alargando el plazo. O sea que en ese frente estamos bien de recursos. Tenemos la asistencia de Nación, que es muy importante. La recaudación viene muy bien, con lo cual tenemos espacio fiscal para tomar medidas. Hoy no veo necesario innovar con impuestos nuevos. Venimos trabajando muy fuerte en la fiscalización. ¿Qué hacemos para mejorar la recaudación? No mejora sólo por la actividad económica. También por el control de ARBA y la percepción de riesgo que eso genera. El año pasado estuvieron suspendidos los embargos todo el año y ARBA prácticamente no emitió títulos ejecutivos para el cobro. En 2021, como dejó de estar vigente la suspensión de embargos, definimos una pauta de emisión de títulos ejecutivos muy rigurosa y progresiva. No estamos emitiendo títulos ejecutivos por igual a todo el mundo. Tenemos una pauta de progresividad, al mismo tiempo que les ofrecemos planes de pago. Cuando se agota la instancia de la gestión de cobro que hace la agencia, se pasa a lo judicial. La pauta de emisión de títulos ejecutivos se define a partir de un scoring. Ante la misma deuda, elegimos empezar por contribuyentes de mayor capacidad patrimonial. Vemos el tamaño de la empresa, la cantidad de empleados. Vemos si tiene bienes, vehículos, qué tipo de vehículos son. Este año estamos bastante enfocados en la gestión de cobranzas de los sectores de alto poder adquisitivo y en los sectores más concentrados de la economía. Y eso está haciendo que suba la cobrabilidad. El número global desde que llegamos hasta ahora de evasión detectada que se traduce en un aumento de la recaudación es de 40.000 millones, cuando el año pasado la recaudación fue 430.000 millones. 

Un diez por ciento…

Sí, detectamos, notificamos y ya empezamos a impactar en la recaudación. Ahí tenemos fiscalización individualizada, que es ir a las empresas y detectar evasión en un proceso de auditoría. Y después tenemos cruce de fiscalización masiva, como la fiscalización remota, que es algo que potenciamos mucho desde que llegamos, porque no requiere presencialidad. Lo que hacemos es un cruce de bases de datos, IVA con Ingresos Brutos, movimientos de tarjetas de crédito, percepciones, retenciones bancarias, no bancarias. A partir de eso detectamos indicios de evasión y notificamos. Y los contribuyentes, ante esa notificación, rectifican su declaración jurada y empiezan a pagar lo que corresponde. La herramienta se llama Fiscalización Remota, Fire. Después tenemos la fiscalización catastral, en la que pusimos mucho foco, sobre todo en barrios cerrados. Desde que llegamos detectamos 4.345.093 metros cuadrados sin construir, el 56% en barrios cerrados. Eso representa casi 500 millones de pesos de recaudación adicional para la provincia. Eso con un foco también de progresividad. Vos podés hacerlo de dos maneras: una es barrer los cascos urbanos con imágenes satelitales, detectar novedades y emitir las notificaciones a esas parcelas. Cuando vos haces eso, que era lo que encontramos que habían hecho gestiones anteriores, lo que hacés es intimar a un asentamiento, a gente que ni siquiera tiene el título de la propiedad, o detectar ampliaciones de casas de clase media o media baja que construyen atrás o hacen un piso más para tener una habitación. Detectar un metro cuadrado en esos lugares o detectar un metro cuadrado en un barrio cerrado de una casa de 500 metros cuadrados con pileta y un terreno de 3.000 metros cuadrados no es lo mismo, ¿no? Entonces cuando llegamos dijimos: “Vamos a empezar por los que más tienen”. Esa es nuestra marca. También trabajamos en las zonas de los cascos urbanos donde hubo mayor valorización de la tierra. Por ejemplo, lo que pasó en Mar del Plata en el verano: las torres de Cesar Pelli frente al mar, tres torre lujo asiático, dos sin declarar.

Cuando el año pasado fue el desalojo de Guernica, se habló de los barrios cerrados no regularizados. ¿En qué quedó eso?

Ahí se creó una unidad de tierra y vivienda que está en cabeza de Teresa García, la ministra de Gobierno, de quien depende la Dirección Provincial de Ordenamiento Urbano Territorial, que es la que tramita las habilitaciones definitivas de los barrios cerrados. Cuando se construye un barrio cerrado, hay que tener un impacto ambiental, hídrico, si hay posibilidad de generar una red cloacal, de agua potable, que no se inunde, que no haya fauna y flora que se vea perjudicadas, está la cuestión del agua, porque se avanza sobre los humedales y generás inundaciones. En los últimos 20 años, del nuevo suelo urbano que se creó, la mitad son barrios cerrados. Fue un negocio fabuloso con la tierra, donde el Estado provincial estuvo muy poco presente en la planificación. Son años de una tendencia que hay que revertir. ¿Cuál es el problema? ¿Cómo se hace el impacto ambiental cuando ya está hecho el barrio? Y después está la cuestión impositiva, que corre en paralelo. Le podemos cobrar a los barrios cerrados casi como barrios cerrados aun cuando no tengan la aprobación definitiva del Gobierno, según el grado de avance. Cerca 70 barrios cerrados se están poniendo en regla. Ahí lo más importante es generar tierra urbana a partir del desarrollo de los barrios cerrados. Hay una ley, la de acceso justo al hábitat…

Deben ceder el 10% de las tierras…

Claro, en los municipios que adhieren, un barrio cerrado tiene que ceder una parte de esas tierras a la provincia o a los municipios con distintos fines. Nosotros estamos tratando de regularizar los barrios cerrados para generar tierras para construir viviendas, que es uno de los grandes problemas que hay en la provincia. En el primer cordón está completamente tomada la tierra. En el segundo y el tercero hay mucho barrio cerrado. Como los ricos necesitan vivienda verde, el barrio cerrado está, pero cuando necesitas una infraestructura y un desarrollo de un loteo para vivienda para los sectores populares que no pueden vivir en el primer cordón, no hay lugar. Tenemos un tema con las escrituras. Axel lo planteó en su momento y se armó una polémica porque la tenencia de la tierra de los que viven en los barrios cerrados es muchas veces precaria, no tienen un título de propiedad. ¿Por qué? Porque como no se pueden subdividir las parcelas. Tienen firmado un boleto de compraventa con el desarrollador, el impuesto está en cabeza del desarrollador, que en general lo cobra a través de las expensas. Toda una situación de anomalía. Hay buena fe entre las partes. Axel comparó la situación de irregularidad de la propiedad privada de los barrios cerrados con lo que podía ocurrir en una toma y se armó el tole tole.

¿Es necesario un nuevo aporte de las grandes fortunas a nivel nacional?

A nivel mundial estamos viendo que estamos en un momentum donde está bien visto por las mayorías cobrarles más impuestos a los ricos. Es una novedad en términos históricos porque venimos de 40 años de hegemonía neoliberal, donde la gente piensa es que hay que bajar impuestos, pero sobretodo a los ricos, porque son los que van a invertir y generar trabajo, y eso va a generar prosperidad. Está claro que no ocurrió, se polarizó la sociedad, ultrarricos cada vez más ricos y la clase media cada vez más empobrecida. ¿Por qué? Porque como le bajan impuestos a los ricos, la factura que hay que pagar para sostener el funcionamiento de la sociedad fue financiada con impuestos al consumo y a los sectores asalariados. Ahora están dadas las condiciones para revertir esa tendencia y se ve lo que anunció Estados Unidos. Argentina hizo punta en la región y en el mundo con un impuesto a las grandes fortunas, que en realidad fue un aporte extraordinario de única vez. Hay que seguir trabajando en darle progresividad al cobro de los impuestos. No sé si otro impuesto a las grandes fortunas, pero sí revertir lo que había planteado Macri en su momento, que era la eliminación de Bienes Personales, que es uno de los impuestos más progresivos que hay. Cuando el Frente de Todos asumió en diciembre de 2019, volvió a subir las alícuotas. Podemos pensar en una estructura donde le saquemos un poco de carga a los sectores medios y sea más progresivo cuanto más grande sea la fortuna. Buena parte de esas fortunas de los más ricos argentinos está en el exterior, en guaridas fiscales. Hay un trabajo para hacer ahí con la comunidad internacional. En Estados Unidos lo está haciendo ahora: puso el impuesto a la ganancia mínima para las empresas estadounidenses aun cuando operen en otros países donde la carga impositiva es más baja, tienen que pagar la diferencia.

En elDiarioAR investigamos a los ricos que mudaron su residencia fiscal. Es plata que dejás de recaudar.

Totalmente. Leí la nota. La cooperación internacional es fundamental. Este tipo de práctica de determinados países de brindar beneficios impositivos que terminan perjudicando a los otros países debe ser puesta en cuestión.

¿Cómo se pueden captar las ganancias de las grandes empresas tecnológicas, grandes ganadoras de la pandemia que tributan en países de baja tributación?

La AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos) está participando de las discusiones que se están dando en distintos organismos. Francia y España están tratando de avanzar, Estados Unidos amenaza con sancionar esas decisiones. Es un tema de donde se ve muy claro que la economía va más rápido que la capacidad del Estado para regular. Eso pasa siempre. ¿Cómo hacemos que las empresas paguen puestos como corresponde? ¿Cuál es la principal fuente de ingresos? La publicidad. Bueno, ¿dónde grabas la publicidad? ¿El hecho imponible es cuando Google lo sube a una web o es cuando alguien entra a la web y lo ve? Toda una discusión, no es sencillo. Nosotros en la provincia de Buenos Aires lo que sí tenemos son servicios digitales que se prestan desde el exterior y que gravamos con ingresos brutos para que las empresas locales que quieran desarrollar esa misma actividad no estén en una competencia desigual. Los casos de Netflix o Spotify toman resonancia pública, pero es una parte ínfima del total de esos servicios. La mayor parte son servicios que se prestan a empresas y se retiene Ingresos Brutos. En el caso de Netflix no lo podemos hacer porque están muy atomizado los sujetos y las tarjetas de crédito funcionan en tándem con estas empresas nacionalizadas. Es difícil obligar a las tarjetas de crédito a que sean sujeto de retención de estas empresas porque no lo quieren hacer. ¿Qué terminamos haciendo? Apelando a la figura del sustituto, que lo pague el consumidor.

¿Cómo ve las diferencias entre el ministro de Economía, Martín Guzmán, y Kicillof?

Me parece que, más que lo que se dijo públicamente, el gobernador fue claro. Estamos todos de acuerdo en que la política tarifaria de Macri fue criminal, sobre todo para los sectores populares. No veo una interna sustancial. Fue una discusión de porcentajes que si uno mira la nominalidad de la economía tampoco son irrazonables. Hay una discusión de timing. Los subsidios a la energía son parte del problema del déficit fiscal. Hay un objetivo puesto en el presupuesto. Me parece que se agrandó mucho un debate. Podemos discutir si es 7, 9, 15, 10%, pero no va a ser 70. Me parece más una fricción que una interna. Además, ¿cuanto impactaba eso? La verdad es que impactaba poco en el gasto total en subsidio en relación al producto. La atención surge porque la economía está la tensión. Me parece que el problema fundamental por trabajar es la inflación. Todo lo demás se va ordenando. Incluso lo tarifario se resolvió. Se definió un aumento de un porcentaje determinado y después se verá como sigue la cosa. Pero sí me parece que la inflación no está en línea con lo que se esperaba, y eso te replantea lo que querés hacer con las tarifas. Porque en un contexto de aceleración inflacionaria fogoneás con la tarifa, eso termina impactando en otros sectores y alimentando el proceso. La clave pasa por bajar la inflación para que pueda subir el consumo.

¿Cómo bajás la inflación?

El gobernador con el ministro Costa estuvieron reunidos con la cámara de supermercadistas y de productores alimentarios trabajando muy fuerte con el Comprar Más Cerca, tratando de alinear los precios del consumo popular, sobre todo con la razonabilidad que puede tener una economía que tiene un aumento de salario que se pensó con otra pauta inflacionaria. Si vos no controlás y no tratás de alinear los precios en línea con los objetivos que tenés, no se cumplen esos objetivos. El objetivo es desacelerar la inflación y que termine más cerca del 32 que el 50%. Si como Estado no estás presente coordinando acciones con el sector privado para definir precios que se parezcan más al 32, no pase. Definitivamente, lo que no puedo hacer es no controlar. Sobre todo con formadores de precios, con los insumos difundidos, en un contexto de inflación importada, con suba del precio de las materias primas a nivel mundial. Los países de la región, para amortiguar ese impacto, están apreciando su moneda. Nosotros no porque tenemos tensión financiera por el tema de la deuda. Acá no hay la posibilidad de apreciar el tipo de cambio y tuvimos un shock de aumento de precio muy grande a fines del año pasado que nos dejó la economía girando en aceleración inflacionaria. En ese contexto debemos resolver lo de la tarifa. Es cuestión de más coordinación, de más Estado, para tratar de bajar ese escaloncito que se subió la inflación, lograr que los salarios empiecen a ganarle y con eso el consumo empiece a funcionar como motor de crecimiento. Sólo con la inversión y las exportaciones puede no alcanzar.

AR

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