Ganancias: sólo tributarían empleados que cobran más de $1,7 millones, pero también autónomos que cobran más de $666.000

En plena campaña electoral, el ministro candidato, Sergio Massa, convocó este lunes a una reunión con dirigentes de las centrales obreras CGT y CTA y diputados para comentarles el proyecto de ley que se le acaba de ocurrir para que aún menos empleados paguen el impuesto a las ganancias. Afuera del Ministerio de Economía, se prevé que decenas de miles de trabajadores sindicalizados, sobre todo los camioneros de Pablo Moyano, apoyarán la iniciativa. En la actualidad, el 7% de los empleados y jubilados -unas 710.000 personas- paga Ganancias, después de una reforma en 2021. En 2020 totalizaban el 30%. En 2003 abonaba el 9% y en 2015, el 12%. Con el nuevo proyecto sólo tributarán los CEO, gerentes y subgerentes y los que reciben pensiones de privilegio, el 0,9% del total.

En la actualidad pagan Ganancias los empleados que cobran más de $700.000, lo que equivale a US$1.917 al tipo de cambio oficial y US$976 al blue. La nueva iniciativa elevaría el llamado mínimo no imponible a $1,7 millones, el equivalente, a US$4.849 al oficial y US$2.468. Hay que tener en cuenta que hay precios de la economía que cotizan al oficial y otros, al paralelo. En España, por ejemplo, sólo pagan el llamado Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) aquellos que ganan más US$1.571.

Como el proyecto del ministro de Economía y candidato presidencial necesitaría una rápida aprobación en el Congreso, donde carece de mayorías, planea aprobarlo por decreto. Sin mediar la ley o el decreto, y por efecto de las paritarias que actualizan los salarios ante la inflación, el universo de empleados y jubilados que pagan Ganancias subiría a fin de año de las 700.000 personas actuales a unas 890.000. Con la norma impulsada por Massa, unos 800.000 se librarán del gravamen y 90.000 quedarán retenidos en el tributo que será llamado a los “mayores ingresos”. Los rubros más beneficiados serían los siguientes: 19% de los empleados de la industria, el 14% de los militares, policías, empleados públicos y de la educación estatal, el 11% de la banca y los seguros -no por nada el secretario general de La Bancaria y diputado, Sergio Palazzo, es uno de los gremialistas más movilizados-, el 8% de los de servicios, el 7% de los de comunicaciones, transporte -por algo marcha Moyano- y almacenamiento, el 6% de la enseñanza privada, el 5% de los de comercio, minería, electricidad, gas y agua potable, el 3% de la construcción y la salud y menos del 1% de los de hotelería, gastronomía y del campo.

Los que quedan excluidos del jubileo impositivo son los trabajadores autónomos que pagan Ganancias. Son aquellas 404.000 personas que facturan más de $666.000 y, por tanto, ya no pueden ser monotributistas.

En mayo pasado, dos economistas expertos en impuestos como Oscar Centrángolo y Dalmiro Morán presentaron un trabajo comparativo del impuesto a las ganancias de las personas, con datos a 2019. El tributo también incluye a los trabajadores independientes y empresarios, no sólo a los empleados. En la Argentina recauda el equivalente al 2% del PBI, similar a, 2,1% promedio de Latinoamérica y muy por debajo del 8% de los países desarrollados, incluido el 11% de América del Norte y el 10% de Europa. En Cuba llega al 4,6%; en Uruguay, destino de muchos millonarios argentinos que buscan eludir otro gravamen, el de Bienes Personales, 4%; México, 3,4%; Brasil, 3%; Perú, 1,9%; Chile, 1,5%; Colombia, 1,3%; Paraguay, 0,3% y Bolivia, 0,2%.

AR/DTC