La llegada de inversiones por “licuación de salarios” y la emigración de millonarios argentinos, la fórmula del éxito del joven contador chaqueño que festejó con Mora Godoy y Los Auténticos Decadentes el crecimiento de su negocio
Hace dos años, el contador chaqueño Ivan Sasovsky organizó un brindis de fin de año de su estudio, Sasovsky & Asociados, en La Dolfina Polo Bar, en Palermo Chico. Ya le iba muy bien. Pero este 16 de diciembre, a sus 35 años, armó un fiestón en Parque Norte, en el mismo salón donde días antes se había reunido la Unión Industrial Argentina (UIA). A la entrada recibía y se retrataba con los invitados, incluidos los periodistas Diego Leuco, Cristina Pérez y Fernando Niembro, contadores y empresarios de bajo perfil, fotos que después se difundieron por Infobae o la revista Noticias. Mientras circulaban los tragos, los sandwichs de pernil y las cazuelitas de ñoquis, se anunció que su nuevo grupo, Expansion (sin acento, en inglés), había abierto en pandemia sedes en Montevideo, Madrid y Miami, sedes desde donde atiende a sus clientes millonarios emigrados a Uruguay, España o Estados Unidos.
Pero todos los invitados se sorprendieron cuando irrumpió en el centro de la escena Mora Godoy y su compañía. Sasovsky, que aprendió a bailar tango cuando vino a vivir a Buenos Aires, se dio el gusto de que ella lo sacara a la pista. Después se sorteó un viaje a Bora Bora, en la Polinesia Francesa, y se homenajeó al médico destacado en la lucha contra el Covid-19 Gonzalo Pérez Marc. Para el final se sabía que iba a tocar un grupo que iba a hacer bailar a todos: en las semanas previas los convidados habían tenido que votar entre Agapornis, Los Totora o Los Auténticos Decadentes. Ganó la banda de Cucho Parisi y así es que sonaron “Loco (Tu formar de ser)”, “Vení Raquel” o “Los Piratas”. Desde sus vacaciones en Punta del Este, Sasovsky conversó por Zoom con elDiarioAR.
¿Qué pasó entre 2019 y 2021 que crecieron tanto?
Expansion es una idea que ya se viene madurando hace bastantes años. De hecho, la primera Expansion que surge como un spin off (escisión) de Sasovsky & Asociados tenía la intención de crear un fondo para hacer inversiones en Vaca Muerta para inversores que no conocían el mercado. Eso se hizo en 2018. Luego, cuando se produce el cambio de gobierno, el proyecto Vaca Muerta pasa a no ser de interés para los inversores extranjeros. Ese proceso quedó medio trunco, pero siguió la idea de abrir nuevas oportunidades, nuevas ventanas para recibir la demanda de nuestros clientes, porque ellos mismos nos pedían vehículos de inversión o algún tipo de servicio que no entraba dentro de la estructura de Sasovsky & Asociados. A su vez, en 2019, con el cambio de gobierno, nosotros habíamos decidido ya asociarnos con un socio uruguayo, íbamos a abrir una oficina. Eso funciona súper bien. Durante la pandemia, la firma en Montevideo se consolidó y en julio de este año, a raíz de las alianzas internacionales que tenemos, con representación en más de 40 países, se presentó la posibilidad, por la demanda de nuestros clientes, de abrir nuestra oficina propia en Madrid. Y ahí es cuando la expansión regional pega un salto en la puerta de entrada a Europa. Luego, bajo el mismo sistema, con las alianzas que teníamos en Estados Unidos, empezamos a trabajar en Miami, que es uno de los destinos de inversión que tienen nuestros clientes. Y no es que sólo crecemos de manera horizontal abriendo sucursales en distintos países, sino a nivel servicios, con un diferencial respecto al resto de los estudios. Trabajamos bajo la perspectiva general de la optimización en todo sentido, la optimización fiscal, la optimización financiera, la optimización de recursos mediante la implementación de tecnología y todo eso dio lugar a que se vayan creando servicios en todas las sucursales. Tenemos Expansion Capital, que interviene en el mercado de valores, realiza arbitrajes con la posibilidad de, por ejemplo, conseguir financiación o la mejor salida de un vehículo (financiero) al mercado. Queremos mejorar el precio que te ofrecen por tu ahorro el resto de nuestros competidores. Es una ALYC (agente de liquidación y compensación) en plena constitución pero ya estamos trabajando en arbitrajes para la compraventa de títulos, valores, obligaciones negociables y demás. Expansion Future es un proyecto en el que ya intervienen ingenieros en lo que es la aplicación de tecnología a los distintos negocios. La transformación digital de los negocios es una necesidad. Si aplicando la tecnología, luego de realizada la inversión, se genera una ganancia, nosotros participamos.
¿Quiénes son sus socios y cuántos empleados tienen?
Expansion está organizada como un centro con base en la Argentina que presta servicios contables, legales, financieros y demás al resto de las distintas sucursales. Hoy somos varios socios: en el área legal se sumó Diego Fraga en Expansion Argentina; en Expansion Uruguay, Federico Otegui, que es un contador reconocido en Uruguay y con un perfil académico interesante; en España, Daniela Reyes; en Miami tenemos dos acuerdos de colaboración con dos firmas distintas; y en Expansion Capital, Germán Stel; en Expansion Future, Nicolás Kovalsky. Más de 60 profesionales trabajan en todas las ramas.
Usted armó todo eso viniendo de Las Breñas, una ciudad de 28.000 habitantes de Chaco, y con sólo 36 años…
Sí, nací en Las Breñas, Chaco, el 18 de octubre del 85, en una colonia de inmigrantes que llegaron en el periodo de entreguerras y después de la Segunda Guerra Mundial. Más de 19 colectividades en un pueblo que en su momento fue un polo algodonero del país. Yo tengo un abuelo búlgaro, un ucraniano, uno polaco y otro español. O sea, una mezcla, pero con el enfoque de ser una persona muy emprendedora. A los 16 años daba clases de baile, axé, música brasileña, un producto muy comercial. Luego, vine a estudiar contador a Buenos Aires y empecé a trabajar también muy joven en impuestos, sin haber cursado aún Impuestos. Pasé por estudios conocidos del mercado y terminé mi carrera entrando a Techint con la perspectiva de “acá me jubilo”. Me convocó la editorial La Ley a escribir un libro sobre impuesto a las ganancias cuando tenía 24 años. Fue mi carta de presentación. Cuando se publicó, en Techint me llamaron y me dijeron: “Mirá, acá hay personas que por antigüedad van a tener prioridad ante un perfil tan creciente como vos”. Fue como la invitación a pensar en algo distinto ya que en ese lugar iba a ser complicado crecer y me terminé independizando con mi propio estudio en 2014.
¿Dónde estudió?
Me recibí en 2008. Estudié el primer año en Corrientes y después vine acá y terminé la carrera en la Universidad Kennedy. Al año siguiente empecé la maestría de Tributación en la UBA (Universidad de Buenos Aires). Luego de la publicación del libro, empezó mi parte académica. Di clases en grado y posgrado en la UBA. Mi actividad académica iba a ser mi carta de presentación. Empecé a viajar a congresos internacionales e hice una red de networking súper grande cuando estábamos en el gobierno de Cristina (Fernández de Kirchner). Empecé a viajar a México de manera ininterrumpida. Me fui a hacer el posgrado de experto en Fiscalidad Internacional en la Universidad de Santiago de Compostela. A la fiesta vino el director de esa carrera, César García Novoa. Me hice conocido afuera y con la llegada de (Mauricio) Macri al gobierno, se abren un poco la las fronteras y empieza a llegar la inversión extranjera.
¿Continúa con su actividad académica?
Mi actividad docente la dejé para dedicarme a la parte comercial.
¿Cómo pasó de organizar su brindis de fin de año en La Dolfina Polo Bar a armar un fiestón dos años después con Mora Godoy y Los Auténticos Decadentes?
He de decirte que el lanzamiento de Expansion tiene que ver con que nos venía yendo muy bien, pero también con aprovechar el conocimiento público que tienen nuestros socios, tanto de Montevideo como de Madrid, como la apertura de las oficinas en Estados Unidos. Todo eso se fue cocinando durante mucho tiempo. Este evento en tiempos de pandemia no se había podido hacer. Hemos trabajado muy intensamente durante la pandemia y el crecimiento realmente fue inesperado. Nuestros clientes, ya sea por decisión de irse de la Argentina o por decisión de llegar a la Argentina, o por la brecha entre los distintos tipos de cambio, generaron distintas oportunidades de negocio. Eso permitió el crecimiento que viste y este lanzamiento se planificó como un golpe de efecto. Estamos más que conformes con los resultados y además la fiesta fue muy divertida, toda la gente quedó súper contenta.
¿Por qué se van los ricos a vivir al exterior? ¿Por el cambio político de 2019, por el aumento de Bienes Personales?
Y el aporte de la riqueza.
Claro, el aporte extraordinario de las grandes fortunas.
Y la competencia de Uruguay.
Exacto. Usted también eligió Madrid y Miami, otros dos destinos para mudar la residencia fiscal, aunque la mayoría se fue a Uruguay. Pero digamos que ustedes crecieron aprovechando esta mudanza de millonarios.
Sí, sin dudas. Fue el puntapié. Pero igual nosotros seguimos apostando a la Argentina. La calidad profesional que se brinda desde la Argentina es validada por las sucursales que tenemos afuera. La Argentina se convirtió en un centro de servicios de muy alta calidad. Obviamente, por el proceso de devaluación de la moneda, sale mucho más barato tener recursos humanos acá que en el resto del mundo. Eso nos hace más competitivos frente a las demás firmas con las que competimos. Además, la Argentina tiene una tradición de contadores muy buenos, muy bien formados, de los mejores de la región, incluso con capacitación permanente. El hecho de tener tantos impuestos y tantos regímenes de información y de retenciones nos hace sumamente flexibles a la hora de aprender, con lo cual cualquier régimen tributario de cualquier parte del mundo puede ser aprendido por un argentino. Sin dudas.
¿Por qué se van los millonarios y por qué hay gente que viene a hacer negocios a la Argentina?
Las dos preguntas son muy fáciles de responder. ¿Por qué se va la gente de la Argentina? Se va por la falta de seguridad en todo sentido: seguridad jurídica, seguridad personal, seguridad económica. Y las oportunidades que se dan en la Argentina hoy por hoy tienen que ver netamente con el desdoblamiento cambiario y la licuación de los salarios en nuestro país. Son los dos factores que hacen que una inversión extranjera tenga un rendimiento, incluso a pesar de la altísima presión fiscal que hay. Pero son inversores que conocen el país, que conocen los riesgos y están acostumbrados a jugar con fuego. Porque el resto lamentablemente se ahuyenta. Y lo vemos en toda Latinoamérica. Antes del lanzamiento de Expansion en la Argentina estuvimos haciendo una gira por Miami y Colombia. Estuve en un congreso internacional de juristas en Barranquilla a principios de diciembre. Participó desde el rey de España hasta el presidente (Iván Duque). Y se hablaba, por ejemplo, en Colombia de la cláusula (Gustavo) Petro (candidato para las elecciones presidenciales de 2022) para los contratos porque si gana un gobierno de corte populista o lo que fuera, tendrán que ser negociados. Hay un miedo por parte del inversor privado a lo que ocurre con el proceso político en toda Latinoamérica. Pasó con Perú, pasa con Chile.
Gabriel Boric dice apostará por la Alianza del Pacífico, pero ahora la Alianza del Pacífico ya no es de gobiernos de derecha sino con Andrés Manuel López Obrador en México, Pedro Castillo en Perú y eventualmente Petro en Colombia…
Sí, exacto. Nosotros siempre apostamos a que la única forma de generar riqueza es con inversión privada, o sea, el Estado nunca genera riqueza. Esta visión hace que obviamente en cualquier momento tengamos nuestro pie puesto en los países que acabas de nombrar. Ojalá que así sea, ya lo estamos trabajando en ese sentido, dado que de alguna forma tanto la experiencia de Venezuela como la de la Argentina terminan siendo anticipatorias de lo que puede pasar en esos países, ¿no?
Veremos. Cada país tiene sus particularidades. Pero quería preguntarle sobre otro de los motivos del crecimiento de Expansion. Usted mencionó el tipo de cambio paralelo. ¿En qué sentido?
En el sentido de que una inversión que entra en dólares como aporte de capital se puede vender al contado con liquidación (sonrisa) y los impuestos se pagan al tipo de cambio oficial (sonrisa). A ese desdoblamiento me refería, no al del blue, obviamente.
Claro, claro.
A las brechas que se generan entre entre una cosa y la otra, es el doble casi (sonrisa).
¿Por qué se van los ricos a Uruguay, donde los impuestos al patrimonio son similares a los de la Argentina?
Lo que pasa es que la carga tributaria es solamente para los bienes y para las ganancias obtenidas dentro del propio Uruguay. O sea, es caro para los uruguayos, pero no para las inversiones que tengan fuera del país.
¿Y por qué a España, donde se pagan muchos impuestos también?
Sí, pero el tema con España es que el impuesto al patrimonio existe solamente en algunas comunidades. En Madrid no existe y eso es importante para la gente con alto patrimonio. Y luego de la pandemia la gente se relocaliza en cualquier lado y presta servicios desde cualquier lugar, que es lo que pasó en Miami con toda la emigración desde California y desde el estado de Nueva York, con lo que se hizo una burbuja inmobiliaria. La pandemia nos permite estar en cualquier lugar, ofrecer servicios en cualquier otro y pagar los impuestos en cualquier otro lugar. Ese desfasaje entre sujeto, patrimonio y actividad hace que todo parezca posible de alguna forma y que la opción de Uruguay para los extranjeros sea como un oasis en medio de un desierto de voracidad fiscal.
Los Pandora Papers mostraron que con las sociedades offshore se las ingenian igual para tributar menos, mediante evasión o elusión fiscal, es decir, ilegal o legalmente. También ahora con las criptomonedas.
Las sociedades offshore no terminan en ningún caso siendo por la simple existencia vehículos eficientes, sino que tienen que estar dadas en el marco para eludir impuestos o planificar fiscalmente. Si en la Argentina, por ejemplo, tengo una sociedad que no tiene empleados y que tiene rentas pasivas en el exterior, esa sociedad se considera poco transparente o se desconoce la existencia de la sociedad, por más que tenga en el medio una cadena de 80 sociedades, la renta igual está gravada en la Argentina. Yo diferencia eso del tema cripto, que está bajo discusión internacional. El propio sistema hace que la respuesta a cómo gravar las cripto va a venir del propio sector. Está fuera del alcance de los distintos gobiernos, de los distintos países y eso hace que sea complicado pensar cómo pueden llegar a tributar. Lo que sí, desde el punto de vista argentino, la tenencia de criptos está gravada tanto en Bienes Personales como en el impuesto a las Ganancias, porque se trata de un activo. No tengo forma de sacarlo de la declaración jurada del impuesto si no es justificando la adquisición de otro tipo de bienes o consumiendo un melón. Hay mucha gente que en la Argentina particularmente y en el resto del mundo todavía desconoce los efectos de la tenencia de cripto, pero bajo ningún punto de vista es hoy por hoy algo que no esté gravado por impuestos.
No, es verdad, pero cuando uno ingresa plata en un banco hay una trazabilidad, pero las autoridades sólo se enteran cuando vos entrás en el mundo cripto y a partir de ahí es como una caja negra donde nadie se entera qué sucede con el dinero.
Esto que estás planteando es algo que se presenta como problemática en todo el mundo. Lo que pasa es que los valores relativos de las distintas monedas no tienen una utilización económica real. Cuando eso empiece a ocurrir, vas a poder justificar la utilización de esos activos o la manifestación de riqueza si no las venís declarando. Es un poco lo que pasaba antes del blanqueo con la gente que tenía cuentas no declaradas: si bien estaban fuera del alcance del fisco, tampoco las podías usar. El grueso en algún momento lo tenés que justificar. La propia vida del contribuyente es un límite a la evasión a través de las cripto.
Si tuviera que hacer una reforma tributaria en Argentina, ¿qué impuestos bajaría y cuáles subiría o dónde mejoraría la fiscalización y el control?
Mirá, la recaudación por fiscalización en la Argentina es inferior al 1%, con lo cual ahí no hay nada que hacer. Hay que eliminar todos los impuestos de carácter distorsivo, los que recaen directamente sobre los precios, porque son impuestos inflacionarios. Lo primero que eliminaría es el impuesto sobre los ingresos brutos, sin lugar a dudas. Pero todo dentro de una lógica de un recorte de gastos o de un límite a la emisión monetaria. Porque, de lo contrario, ninguna baja de impuestos es sostenible. Por ejemplo, no reponer en el sector público a los empleados que se jubilan o retiran. Otros países lo han hecho con mucho éxito, incluso dentro de las limitaciones de acuerdos internacionales. Por ejemplo, Irlanda dentro de la Unión Europea: atados al euro, supieron hacer una baja de impuestos y hacer crecer la economía sin poder emitir.
¿Y no habría que compensar bajas de impuestos al consumo con otros impuestos o más fiscalizaciones?
No, la recaudación hoy por hoy se sustenta en el IVA, en anticipos del impuesto a las ganancias, con lo cual yo compensaría con una quita del gasto superfluo, la Argentina tiene muchísimo para recortar ahí. Hay que recortar los gastos que son innecesarios en un país empobrecido como lo es la Argentina.
AR
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