Bolsonaro y Lula, en una dura confrontación por el pasado
“Si usted tuviera que elegir a alguien para un empleo, ¿se lo daría precisamente a la persona que faltó a la entrevista de trabajo?”. Esto había preguntado la candidata liberal Soraya Thronicke, con gran murmullo de aprobación de sus rivales, en el segundo debate presidencial, sostenido en San Pablo, al que Lula se había ausentado por razones de agenda. Esta vez, el favorito de todos los sondeos unánimes para suceder a Jair Bolsonaro asistió al debate, y participó en él. Esta vez, no había murmullos de aprobación o desaprobación, ni movimientos de cabeza que asintieran o refutaran. En todo caso, no los hubo audibles o visibles, porque las reglas de este debate, en la rede Globo, no permitían esas tomas de cámara, no las favorecían, o las permitían sólo a muy higiénica distancia.
Los asistentes eran el izquierdista Ciro Gomes (PDT), el actual presidente derechista Jair Bolsonaro (PL), el dos veces presidente petista Lula (PT), el liberal Felipe D’Avila (Novo), la socialdemócrata de derecha Simone Tebet (MDB), la también liberal Soraya Thronicke (União Brasil) y el conservador Padre Kelmon (PTB). Debatieron en los estudios cariocas de la Red Globo sobre quién merece ser el próximo presidente de Brasil elegido en las presidenciales que se llevarán a cabo el próximo domingo 2 de octubre. Según las reglas nuevas, los candidatos no debatían desde su lugar, sino que avanzaban de a dos hasta un podio, donde uno o una hacían preguntas a otro u otra. La cámara los tomaba singularmente, en un plano personal frontal, y las reacciones, ni personales ni corales.
Lula y Bolsonaro son los dos favoritos a llegar a segunda vuelta. Las cuatro candidaturas restantes, no sólo no lo son, sino que los sondeos muestran que les sería, hoy, imposible convertirse en rivales del dos veces expresidente o del actual presidente. En la base de ese favoritismo por Lula y Bolsonaro está un hecho histórico, el de que ambos hayan ejercido ya la presidencia.
El debate, entonces, se volvió histórico. Es un caso por completo diferente al que, en Colombia, opuso en la última elección presidencial y en el último balotaje a dos candidatos de los cuales uno, el izquierdista Gustavo Petro (finalmente el vencedor, y actual presidente colombiano) nunca había gobernado a pesar de haber sido dos veces antes candiato presidencial, y el otro, el liberal sorpresivo y mediático Rodolfo Hernández, nunca había sido candidato y ni siquiera tenía partido. Los dos mandatos pasados de Lula (pero también los dos, o uno y medio de su sucesora petista Dilma Rousseff destituida en un impeachment en 2016) y el actual de Bolsonaro fueron único tema, y lo que se dijo sobre ellos fue sistemáticamente lo mismo que se dijo en las ocasiones anteriores. Con o sin Lula presente. El ex presidente petista este debate no le ganará votos indecisos. Pero tampoco se los quitará entre los ya bien decididos.
AGB
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