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Elecciones en Brasil

La campaña de Bolsonaro, en crisis por el avance de Lula en las encuestas

Jair Bolsonaro y Lula Da Silva, en el debate presidencial de finales de agosto.

Eleonora Gosman

San Pablo —

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El crecimiento en las encuestas del ex presidente Lula da Silva a apenas 9 días de la primera vuelta de las presidenciales, el 2 de octubre, produjo un terremoto en el comité de campaña de Jair Bolsonaro, el gran adversario. El ministro Ciro Nogueira, jefe de gabinete del actual gobierno, anunció que se iría a tomar “vacaciones” del cargo, en una entrevista con el canal de Tv CNN Brasil; lo que implicaba ni más ni menos que abandonar el comando de la campaña por la reelección de su jefe. Este viernes volvió atrás con la “renuncia”. Y ahora continuará en su doble misión: la de seguir activo en el puesto y retomar la conducción del bunker bolsonarista.

Nogueira había tratado de disimular el alejamiento como una cuestión tan solo “temporaria”, al afirmar que quería usar este tiempo para ayudar a su candidato a gobernador del estado nordestino de Piauí, de dónde el político es originario. Pero como titular del Partido Progresistas (PP), y en calidad de civil con el rango de mayor jerarquía ministerial de Brasilia, su salida era juzgada como una “defección peligrosísima” en el círculo presidencial más íntimo. De allí que Bolsonaro, que se había mantenido en silencio hasta hoy, se haya visto obligado a retenerlo.

Una de las razones esgrimidas por Nogueira para dejar el barco tuvo que ver con una disputa violenta con el ministro de Economía Paulo Guedes. El cruce polémico entre ambos funcionarios se originó en medidas adoptadas por el economista neoliberal, con fuerte impacto negativo en la imagen del presidente brasileño. Una de ellas fue reducir sensiblemente las partidas para Educación; Salud y proyectos sociales en el presupuesto de 2023. También se responsabiliza a Economía por querer interrumpir el subsidio adicional (de 40 dólares) para los más vulnerables el 31 de diciembre próximo. Nogueira juzgó que “esos son los verdaderos obstáculos” para la reelección del jefe de Estado.

En réplica a esos reclamos, que recién ahora comienzan a trascender, Guedes acusó a Ciro por el posible “naufragio” electoral de Bolsonaro. De acuerdo con los medios brasileños, Nogueira habría actuado para “desbaratar” la política económica e incriminó a su colega de gabinete por presionar “al gobierno para que liberara presupuesto” destinado a financiar campañas de “parlamentarios amigos”. Según el portal UOL del grupo Folha de Sao Paulo, Guedes no tuvo cuidado al decir en un programa de TV que Nogueira “es un tipo que no apoya a Bolsonaro”.

Lo cierto es que estas divergencias, cercanas a la ruptura, dentro del comité de campaña de Bolsonaro, tuvo otras interpretaciones en los medios políticos. Afirman que el ministro es un exponente del arco conocido como “centrao”, es decir, aquellos partidos que están en el centro y que tanto pueden a aliarse a Bolsonaro como a Lula, dependiendo de quien gane las elecciones. Esas siglas partidarias, que controlan una notable cantidad de diputados y senadores –e influyen en forma decisiva en las votaciones del Congreso—ven avecinarse un triunfo del líder del PT ya en la primera vuelta, y estarían dispuestas a negociar cargos a cambio de apoyo a la futura gobernabilidad.

Según la encuesta de Datafolha publicada ayer por la noche, Lula ya alcanzó 50% de los votos válidos (que excluye nulos y en blanco). Esto le permitiría, en principio, liquidar la contienda con el presidente dentro de dos domingos. Otra investigación, de la consultora Ipec, arrojó el mismo resultado. La situación influye, además, en la campaña de Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT), posicionado en un tercer lugar con 7% de intenciones de voto. La dirección del PDT se acaba de dividir y reconocidos dirigentes de la agrupación hicieron público que van a votar por Lula directamente el 2 de octubre. Esto deja al candidato laborista prácticamente afuera del escenario.

 CC

 

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