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El multimillonario mexicano que usa España para eludir impuestos mientras su país le reclama miles de millones de dólares

Ilustración del empresario mexicano Ricardo Salinas.

Antonio M. Vélez

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El polémico empresario ultraliberal Ricardo Salinas Pliego, tercera fortuna de México, tejió en los últimos años una red de sociedades en España y Luxemburgo para eludir impuestos mediante las denominadas ETVE, entidades de tenencia de valores extranjeros, una herramienta fiscalmente ventajosa para atraer a multinacionales a España.

Salinas Pliego es una de las mayores fortunas de Latinoamérica y la tercera de México, tras Carlos Slim y el empresario minero Germán Larrea. Allí lo acusan de evadir miles de millones de euros, con más de una docena de denuncias por litigios fiscales y un enfrentamiento con el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

En agosto, la Fiscalía mexicana señaló sin citar a Elektra, una de sus empresas, una compañía que “abusando de su gran estructura corporativa” usó diversas estrategias legales para impugnar y retrasar una sentencia que le obligue a saldar, con ayuda de la Suprema Corte de Justicia mexicana, deudas con el fisco de 40.000 millones de pesos mexicanos, más de 2.000 millones de euros. 

Forbes atribuye a Salinas un patrimonio de 13.200 millones de dólares y lo sitúa como una de las 170 personas más ricas del mundo. Su imperio, Grupo Salinas, con más de 100.000 empleados, abarca la segunda televisión mexicana (TV Azteca, adquirida al Gobierno de Carlos Salinas de Gortari en 1993 a precio de remate), banca (Banco Azteca), comercio minorista (Elektra) o telecomunicaciones. 

En España, donde veraneó en los últimos años, es conocida la presencia del magnate en Agile, tecnológica catalana que cotiza en el mercado de pymes de BME. Entró en 2020 y tiene el 6,89% a través de TV Azteca. Pero su red societaria aquí va mucho más allá, sin aparente actividad empresarial real detrás. 

La apuesta se redobló desde el 28 de julio de 2021, cuando tres sociedades suyas se acogieron al régimen ETVE. Domiciliadas en un edificio de oficinas en San Sebastián de los Reyes, al norte de Madrid, la que más activos concentra, 221,5 millones, es Carey Propco Investment. Con dos empleados, su activo más importante es una participación en Total Play Telecomunicaciones SAPI de CV, uno de los principales proveedores mexicanos de televisión por suscripción, Internet y fibra óptica. La compró en 2014 y es una de las compañías de su grupo con pleitos millonarios con el fisco de su país. 

Carey Propco, 100% del magnate, también participa en TPE Comunicaciones Colombia SAS. Su propietaria es otra ETVE, Lora Holdco Investments, controlada por una sociedad en Luxemburgo, Nosara SARL. Otras dos ETVE de menor tamaño, Mydas Propco y Laud Propco, canalizan inversiones en las canadienses Apptech Enterprises LTD y Datamine Solutions LTD. 

El régimen ETVE data de 1995 y está reservado a sociedades con su sede en España que mantienen inversiones en el extranjero. Deja exentas las ganancias con origen tanto en dividendos, como en plusvalías generadas por la transmisión de acciones en sociedades extranjeras. Aunque parece haber quedado en desuso en los últimos años, estos vehículos atrajeron a España una inversión extranjera neta de más de 1.000 millones en 2022 y de 510 millones hasta junio de 2023, según la Secretaría de Estado de Comercio, que no contabiliza esta cifra como inversión “productiva”. 

Los ETVE son una figura un tanto opaca y polémica. Se habla mucho del famoso “sandwich holandés” (instrumentales en Holanda controladas desde sociedades en territorios de baja tributación), pero este régimen lo han utilizado durante años multinacionales como Pepsi, Walmart, Pemex o Vodafone para ahorrarse cientos de millones en impuestos en otros países (especialmente latinoamericanos) utilizando como plataforma España. 

Salinas es otro más en esta lista. Todas sus ETVE las administra un directivo de su grupo, Pedro Martín Molina Reyes, su representante en Agile Content. Molina Reyes, con el que elDiario.es contactó sin obtener respuesta, gestiona sociedades de Elektra creadas recientemente en Luxemburgo y una filial domiciliada desde hace años en Madrid, Grupo Elektra Global SL, que cerró 2022 con activos de más de 55 millones, tras absorber en los últimos años varias firmas en el Gran Ducado. elDiario.es contactó con el Grupo Salinas para conocer el propósito de estas mercantiles, sin obtener respuesta.

El nombre del magnate apareció en la investigación de los Panama papers con varias sociedades en paraísos fiscales. Con una de ellas, radicada en Islas Vírgenes, compró entre otras obras de arte un Goya, Los desastres de la guerra. En 2021, fue señalado por Wall Street Journal como beneficiario de una oscura trama para controlar mediante empresas fantasma Fertinal, una empresa de fertilizantes adquirida con un importante sobreprecio por la estatal Pemex en época del conservador Enrique Peña Nieto (2016).

En México, un país con enormes desigualdades económicas y problemas de seguridad por miedo a los secuestros o las extorsiones, Salinas es famoso por su verborrea en redes y sus recetas ultraliberales, en defensa de la desigualdad y contra la educación pública.

Este lunes, arremetía en su blog contra la “falsa superioridad moral” de la “mal llamada ONG” Oxfam, “que desde el profundo rencor ataca la libertad y la innovación” y le señala en un informe recién presentado en el Foro de Davos (Suiza), ‘El monopolio de la desigualdad’, como uno de los ultrarricos mexicanos que “se beneficiaron directamente tanto de la privatización de empresas estatales en el pasado como de concesiones para la explotación, uso y aprovechamiento de bienes públicos en el largo plazo” durante la era del PRI, y gracias a la inexistencia de leyes de redistribución de la riqueza.

Últimamente ha puesto el ojo en el negocio de la enseñanza privada, en el que también incursionaron los Aznar. Acaba de lanzar la Universidad de la Libertad, “enfocada en la innovación y el desarrollo empresarial” y aliada con otro centro privado, la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala, cercana al ala dura del PP madrileño. Allí fue vicerrector Javier Fernández-Lasquetty y en su campus en Madrid son profesores el economista ultraliberal Juan Rallo o José María Rotellar, asesor económico del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso.

“Revalorar la riqueza”

En septiembre, durante el discurso inaugural de su nueva universidad, Salinas aseguró que “la desigualdad es una fortaleza”: “Mucha gente piensa que la riqueza es como un cofre que ahí está y que lo tienen unos pocos malos, malvados como yo, guardado… Y claro que están muertos de ganas por venir a robarme el cofre para redistribuirlo, pero no se dan cuenta de que están equivocados”. “La riqueza es el conocimiento, que es el verdadero capital humano… el dinero solo es un medio para alcanzar otras cosas”.

“¿Por qué hay pobres? Porque no tienen los conocimientos para generar riqueza, y la riqueza, señores, es una media de la contribución que tú le haces a la sociedad. Eres rico porque la otra gente te dio su dinero a cambio de algo que tú hiciste por ellos. Tenemos que revalorar la riqueza, el esfuerzo y la empresa”.

Salinas debe buena parte de su fortuna a la herencia familiar. A principios del siglo XX, su bisabuelo creó un lucrativo negocio para fabricar camas de metal aprovechando las varillas desperdiciadas por la fundición Monterrey. Años después su abuelo fundó una tienda de electrodomésticos, Elektra, que fue creciendo hasta que él la heredó a finales de los 80. Formado en las mejores universidades mexicanas y estadounidenses, diversificó el negocio hacia el audiovisual y la banca.

Hoy Elektra es “la compañía de servicios financieros y de comercio especializado líder en Latinoamérica” y el mayor proveedor de préstamos no bancarios de corto plazo en Estados Unidos, según su web, y cuenta con 4.926 puntos de venta en México, 873 en EEUU y 419 en Centroamérica.

En 2022 El Mundo calificaba a su dueño como “el Donald Trump mexicano” tras atracar en Sevilla durante la Semana Santa de aquel año su yate, el Lady Moura, uno de los más caros del mundo, adquirido al magnate saudí Nasser Al-Rashid en 2021 por 125 millones de dólares. A diferencia del expresidente estadounidense, Salinas nunca ha participado activamente en política. Su hija Ninfa Salinas sí fue diputada y senadora del Partido Verde mexicano durante más de una década.

Tampoco se le conocen propiedades inmobiliarias a su nombre en España, al contrario que otros magnates latinoamericanos como el chileno Guillermo Harding, un discreto multimillonario que infló los precios de cientos de fármacos en su país y tiene una vivienda de ultralujo en Madrid.

El conocido como “Tio Richie” tiene otro perfil. Muy activo en X (la antigua Twitter), como en su momento Trump, acusa al Gobierno federal de manejar una campaña de desprestigio en redes sociales contra él en represalia a las noticias negativas de su televisión sobre el Ejecutivo de López Obrador, con quien ha mantenido una relación ambivalente.

En su candidatura a la presidencia en 2006, el Canal 13 de TV Azteca dio al hoy presidente un programa diario de 30 minutos, 'La otra versión'. Tras llegar al Palacio Nacional en 2018, López Obrador incorporó al magnate a un consejo asesor internacional. Pero de un tiempo a esta parte la relación parece haberse roto.

Salinas, que en 2020, en lo peor de la COVID-19, fue noticia por oponerse con rotundidad al cierre de negocios por el confinamiento y obligar a sus trabajadores a acudir a sus puestos de trabajo, ha asegurado en sus redes que no piensa pagar “ni un rábano” de las multimillonarias sumas que le reclama el fisco de su país. Hace unos días amenazó con demandar por “terrorismo financiero” a quienes cuestionen la solidez de Banco Azteca, del grupo Elektra, y sobre el que se han publicado noticias de una inminente quiebra.

También tiene abierto un contencioso por el impago de un bono de 400 millones de dólares de TV Azteca que puede salpicar de lleno al Gobierno de México. Dos fondos de EEUU (Cyrus Capital Partners y Contrarian Capital Management) denunciaron en agosto al Estado mexicano ante el tribunal de arbitraje del Banco Mundial (Ciadi), alegando que TV Azteca ha obtenido decisiones judiciales favorables en su país para eludir el pago de esos bonos. Reclaman que el Estado mexicano sea declarado responsable de las deudas del grupo. La máxima de Salinas en la red X es, precisamente, que “el Estado no es la solución, es el problema”.

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