La Unión Europea busca recuperar a Trump frente a Putin

Donald Trump repitió en varias ocasiones que es un pacificador en camino al Nobel de la Paz. Pero, para lograrlo, necesita concretar algún acuerdo de paz, y tiene varios frentes abiertos: Oriente Próximo, Ucrania, e India y Pakistán. En el caso de Ucrania, empieza a mostrar señales de hastío, tras reprender a Volodímir Zelenski y romper la sintonía con la UE para acercarse a Vladímir Putin.
Pero las cosas no están saliendo como esperaba el presidente de EEUU: Putin sigue bombardeando Ucrania, y Ucrania continúa defendiéndose, incluso con contraataques como los de este fin de semana, en los que lanzó cientos de drones. Trump muestra cansancio porque el conflicto no se resuelve en el tiempo récord que había previsto, y porque ninguna de las partes cede. Ucrania sigue contando con el respaldo de la UE y Reino Unido; y Putin encontró en los últimos cuatro meses un aliado inesperado que refuerza su posición en las negociaciones.
Pese al bloqueo de las conversaciones y a los últimos bombardeos rusos, Trump llegó a calificar públicamente a Putin de “loco”, aunque mantiene la presión sobre Ucrania para que negocie. “Veremos en dos semanas”, dijo hace ocho días, al ser preguntado por una posible nueva ronda de sanciones contra Rusia.
Esa señal de distanciamiento entre la Casa Blanca y el Kremlin es la grieta que quiere aprovechar Bruselas para recuperar a EEUU como socio frente a Putin y empezar a recomponer el mapa geopolítico que saltó por los aires aquel viernes 28 de febrero, cuando Trump reprendió a Zelenski en el Despacho Oval.
Pero no será fácil. En primer lugar, porque Trump sigue convencido de que la UE es un invento diseñado para arruinar comercialmente a EEUU, y no parece dispuesto a cambiar de opinión. En segundo lugar, porque la fascinación entre líderes, de emperador a emperador, sigue intacta.
Este mismo domingo, por ejemplo, el secretario de Estado, Marco Rubio, llamó por segunda vez en cinco días a su homólogo ruso, Serguéi Lavrov. Según Moscú, la llamada fue para trasladar las condolencias por las víctimas de los ataques ucranianos. Según Washington, para “reiterar el llamamiento del presidente Trump a que prosigan las conversaciones directas entre Rusia y Ucrania para lograr una paz duradera”.
La UE tiende la mano a Washington
La Unión Europea lleva meses viendo cómo se queda al margen de las negociaciones relacionadas con Ucrania, a pesar de que considera que merece un puesto en la mesa por las implicaciones que la guerra tiene para su seguridad y por la aportación económica y militar que lleva durante los últimos tres años. En Bruselas reiteran que los 27 son el principal contribuyente en apoyo a Kiev, por encima incluso de EEUU.
Pero también son conscientes de que sin el sustento de la Casa Blanca, las posibilidades de que Ucrania resista son prácticamente nulas. Lo mismo sucede con la presión sobre Vladímir Putin. Por mucho que la UE impuso ya 17 paquetes de sanciones con los que sostienen que se daña a la maquinaria de guerra rusa, reconocen que si Washington las suaviza o no se suma a los esfuerzos por estrechar el cerco, el intento europeo quedará descafeinado.
Y en Bruselas respiran con alivio ante la intención del senador republicano Lindsey Graham, próximo a Trump y que tiene la mayoría en la Cámara, de imponer sanciones, según ha explicado en una reunión con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para coordinar posturas. “La presión funciona, pues el Kremlin no entiende otra cosa. Por eso el Presidente celebró que el senador Graham se comprometiera a aumentar la presión sobre Rusia y a sacar adelante el proyecto de ley en el Senado la próxima semana”, señala el gobierno comunitario en un comunicado.
La UE está trabajando en un nuevo paquete de sanciones, que incluirían la prohibición de los gasoductos del Nord Stream, incluir más barcos de la denominada “flota fantasma” con la que Moscú sortea las restricciones internacionales e incluir más sanciones al sector financiero de Rusia. “Estas medidas, sumadas a las de EEUU, aumentarían considerablemente el impacto conjunto de nuestras sanciones”, expresa Von der Leyen. A nivel interno, que EEUU imponga sanciones allana el camino de los 27 para sortear el veto del ultraderechista Viktor Orbán, que bloquea ese tipo de iniciativas para las que se requiere de la unanimidad. Pero el primer ministro húngaro no se va a oponer a lo que diga Trump.
Von der Leyen y Graham también abordaron la guerra comercial desatada por los aranceles de Trump en una semana que en Bruselas se considera clave para la negociación después de que el presidente estadounidense anunciara un incremento del 25 al 50% de los aranceles al aluminio y el acero. Lo que sostienen en la Comisión Europea es que las conversaciones de esta semana –cinco técnicos comunitarios se han desplazado a Washington para profundizar en la letra pequeña y la reunión presencial del comisario de Comercio, Maros Sefcovic, con sus homólogos estadounidenses en París el miércoles– marcarán un punto de inflexión.
Tras la decisión de Trump, anunciada el sábado, Bruselas elevó el tono y le acusó de “socavar los esfuerzos por lograr una solución negociada”. La Comisión Europea amenazó incluso con adelantar la entrada en vigor de las contramedidas a los aranceles de Trump en caso de que no haya voluntad de encarrilar el asunto en EEUU. “Si no se alcanza una solución mutuamente aceptable, tanto las medidas existentes como las adicionales de la UE entrarán automáticamente en vigor el 14 de julio, o antes si las circunstancias lo exigen”, señala el gobierno comunitario, que pilotea las negociaciones en nombre de los 27.
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