Zelenski, ante las mayores protestas desde el inicio de la guerra en Ucrania: qué pasó y qué pueden significar

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, dio su visto bueno a un polémico proyecto de ley que, según los críticos, debilitará la lucha contra la corrupción. Su transformación en ley desencadenó las primeras protestas serias contra el Gobierno ucraniano.
¿A qué se deben las protestas?
La Rada Suprema, como se llama el Parlamento ucraniano, aprobó que dos agencias independientes pasaran al control efectivo del Gobierno. Se trata de la Agencia Nacional Anticorrupción (NABU, por sus siglas en ucraniano) y la Fiscalía Especializada Anticorrupción (SAPO, por sus siglas en ucraniano).
El fiscal general del país tiene ahora la potestad de cerrar los casos contra altos cargos y las investigaciones pueden transferirse a otros organismos. Zelenski podría haber vetado el proyecto de ley, pero lo convirtió en ley a última hora de la noche del martes.
En un discurso grabado en video, Zelenski explicó que necesitaba limpiar de influencia rusa a las “estructuras anticorrupción” ucranianas. Sugirió que las dos agencias eran culpables de filtrar información a Moscú y las acusó de no seguir adelante cuando los casos iban contra autoridades ucranianas residentes en el extranjero.
¿Cómo ha reaccionado la sociedad civil?
Hay mucha gente furiosa. Horas antes de que Zelenski firmara el proyecto de ley, unos 1.500 jóvenes se manifestaron frente a su oficina presidencial en Kiev. ‘Veto a la ley’, ‘Vergüenza’ y ‘Nosotros somos el poder’, coreaban. Algunos ondeaban pancartas con el número 12412 tachado, en referencia a la nueva ley. También hubo manifestaciones en Leópolis, en Dnipró y en Odesa.
Los activistas sostienen que Zelenski ha violado el contrato social informal que existía entre el Gobierno y la sociedad desde que en 2022 comenzó la invasión rusa a gran escala, por el que guardaban silencio sobre los errores oficiales debido a la precaria situación bélica del país. El objetivo prioritario era que Ucrania sobreviviera como Estado y como nación.
Dicho acuerdo parece haber llegado a su fin, junto con el estatus de Zelenski como líder indiscutible. Los opositores sostienen que el presidente y su equipo están cayendo en el autoritarismo y advierten de un regreso a los antiguos modos del corrupto Viktor Yanukóvich, el expresidente prorruso que, antes de huir a Moscú en 2014, enriqueció a los amigos y persiguió a los rivales.
¿Qué hay detrás?
Las tensiones entre la NABU y el Gobierno llevan un tiempo gestándose. La semana pasada, la agencia anticorrupción acusó de aceptar sobornos a un alto cargo del SBU [el servicio de espionaje, por sus siglas en ucraniano]. Supuestamente, había pedido 300 000 dólares (unos 255.000 euros) para deshacerse de las pruebas de un caso relacionado con la salida del país de reclutas que debían estar prestando servicio militar. La NABU también ha presentado denuncias contra el ex viceprimer ministro, Oleksiy Chernyshov.
El SBU registró las oficinas de la NABU y dijo que tres empleados tenían vínculos con Rusia. También acusó al subdirector de la agencia y destacado activista anticorrupción Vitaliy Shabunin de no presentarse al servicio militar. Las personas afines a Shabunin rechazan estas acusaciones, que consideran absurdas y falsas. Shabunin ha concedido varias entrevistas en las que ha criticado a Zelenski.
En el lado de los leales al presidente están las ‘antiguas’ fuerzas del orden de Ucrania, como el SBU o como la Fiscalía General. En el otro, la NABU y la SAPO, ‘nuevas’ agencias independientes que se crearon en 2014 con un fuerte respaldo occidental. Al despojar a la NABU de sus poderes, Zelenski ha agravado la disputa de una manera exponencial.
¿Cómo ha reaccionado la comunidad internacional?
La respuesta no ha sido de admiración. En un comunicado publicado este martes, la organización Transparencia Internacional sostuvo antes de que se firmara el proyecto de ley que el Parlamento ucraniano estaba dejando a la sociedad ucraniana sin sus organismos de lucha contra la corrupción.
Para la ONG, las dos agencias representaban uno de los mayores logros del país desde las protestas multitudinarias de 2013 y 2014 que llevaron a Yanukóvich a abandonar el poder. El Parlamento ha socavado la confianza de los socios de Ucrania, decía el texto.
Varios altos cargos de la Unión Europea (UE) han expresado su profunda preocupación. Entre ellos, el comisario de Defensa y Espacio, Andrius Kubilius; y la comisaria europea de Ampliación, Marta Kos. El mensaje implícito es que el intento de Ucrania de entrar en la UE podría verse gravemente afectado. Alemania sostiene que la senda hacia la incorporación se ha visto “obstaculizada”. Otros conocidos partidarios de Ucrania también han dado la voz de alarma.
No está claro si Zelenski cederá ante la presión privada que ejerzan los líderes occidentales o si hará caso omiso de sus críticos dentro y fuera del país –este miércoles, ha anunciado una nueva ley que asegurará el fortalecimiento del Estado de Derecho–.
Lo que nadie duda es que los enemigos de Ucrania están encantados con la crisis política que está viviendo Zelenski, la mayor desde que asumió la presidencia.
La estadounidense Majorie Taylor Green, congresista de extrema derecha y miembro del Partido Republicano, ha llamado dictador a Zelenski. Recientemente ha compartido un video con las manifestaciones contra el Gobierno ucraniano de la noche del martes.
Traducción de Francisco de Zárate.
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