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Efemérides

Día de la Integración Latinoamericana: ¿por qué se celebra cada 24 de julio?

Mandatarios del Mercosur en la última reunión del bloque, el pasado 3 de julio de 2025.

elDiarioAR

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Cada 24 de julio se celebra el Día de la Integración Latinoamericana, en homenaje al nacimiento de Simón Bolívar (1783), el Libertador que impulsó la idea de una América unida, libre y soberana. Esta efeméride fue instituida por la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) para promover la cooperación entre los países de la región.

La idea era consolidar la integración de los países de América Latina y el Caribe acorde a sus similitudes, ya sean políticas, sociales, económicas, culturales, religiosas, lingüísticas, ideológicas y geográficas, con el fin de fortalecer las democracias, la identidad cultural y jurídica latinoamericana, el crecimiento económico, el mantenimiento de la paz, el fortalecimiento de la negociaciones internacionales, el desarrollo humano de las personas y la creación de una comunidad latinoamericana.

Simón Bolívar nació el 24 de julio de 1783 en Caracas, Venezuela, y murió el 17 de diciembre de 1830 en Santa Marta (Colombia). Luchó para liberar a los pueblos americanos de la dominación española. Fundó las repúblicas de la Gran Colombia y Bolivia y también incidió de manera decisiva en la independencia de Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela.

Qué es la ALADI y por qué es clave para Latinoamérica

La ALADI es el mayor grupo latinoamericano de integración. Sus trece países miembros comprenden a Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, representando en conjunto 20 millones de kilómetros cuadrados y más de 510 millones de habitantes.

El Tratado de Montevideo 1980 (TM80), marco jurídico global constitutivo y regulador de ALADI, fue suscrito el 12 de agosto de 1980 estableciendo los siguientes principios generales: pluralismo en materia política y económica; convergencia progresiva de acciones parciales hacia la formación de un mercado común latinoamericano; flexibilidad; tratamientos diferenciales en base al nivel de desarrollo de los países miembros; y multiplicidad en las formas de concertación de instrumentos comerciales.

La ALADI propicia la creación de un área de preferencias económicas en la región, con el objetivo final de lograr un mercado común latinoamericano, mediante tres mecanismos:

  • Una preferencia arancelaria regional que se aplica a productos originarios de los países miembros frente a los aranceles vigentes para terceros países.
  • Acuerdos de alcance regional (comunes a la totalidad de los países miembros).
  • Acuerdos de alcance parcial, con la participación de dos o más países del área.

Tanto los acuerdos regionales como los de alcance parcial (Artículos 6 a 9) pueden abarcar materias diversas como desgravación arancelaria y promoción del comercio; complementación económica; comercio agropecuario; cooperación financiera, tributaria, aduanera, sanitaria; preservación del medio ambiente; cooperación científica y tecnológica; promoción del turismo; normas técnicas; y muchos otros campos previstos a título expreso o no en el TM 80 (Artículos 10 a 14).

Los países calificados de menor desarrollo económico relativo de la región (Bolivia, Ecuador y Paraguay) gozan de un sistema preferencial. A través de las nóminas de apertura de mercados que los países ofrecen a favor de los PMDER; de programas especiales de cooperación (ruedas de negocios, preinversión, financiamiento, apoyo tecnológico); y de medidas compensatorias a favor de los países mediterráneos, se busca una participación plena de dichos países en el proceso de integración.

El Tratado de Montevideo 1980 está abierto a la adhesión de cualquier país latinoamericano. De hecho, el 26 de agosto de 1999 se perfeccionó la primera adhesión al Tratado de Montevideo 1980, con la incorporación de la República de Cuba como país miembro de la Asociación.

Asimismo, el 10 de mayo de 2012, la República de Panamá pasó a ser el Decimotercer país miembro de la ALADI.

Por otra parte, también fue aceptada la adhesión de la República de Nicaragua, en la Decimosexta Reunión del Consejo de Ministros (Resolución 75 (XVI)), realizada el 11 de agosto de 2011. Actualmente, Nicaragua avanza en el cumplimiento de las condiciones establecidas para constituirse en país miembro de la Asociación.

La ALADI abre además su campo de acción hacia el resto de América Latina mediante vínculos multilaterales o acuerdos parciales con otros países y áreas de integración del continente (Artículo 25).

Asimismo contempla la cooperación horizontal con otros movimientos de integración del mundo y acciones parciales con terceros países en vías de desarrollo o sus respectivas áreas de integración (Artículo 27). También da cabida en su estructura jurídica a los más vigorosos acuerdos subregionales, plurilaterales y bilaterales de integración que surgen en forma creciente en el continente. En consecuencia, le corresponde a la Asociación –como marco o “paraguas” institucional y normativo de la integración regional- desarrollar acciones tendientes a apoyar y fomentar estos esfuerzos con la finalidad de hacerlos confluir progresivamente en la creación de un espacio económico común.

Raíces históricas del ideal integracionista

  • En 1826, Bolívar convocó el Congreso Anfictiónico de Panamá, el primer intento formal de unir a las nuevas repúblicas latinoamericanas. Aunque no logró consolidarse, sentó las bases del pensamiento integrador.
  • Durante el siglo XIX, surgieron proyectos como la Gran Colombia, la Confederación Perú-Boliviana y las Provincias Unidas del Centro de América, que buscaban federar países hermanos, pero fracasaron por conflictos internos y presiones externas.
  • En el siglo XX, se crearon organismos como la ALALC (1960), luego reemplazada por la ALADI (1980), con el objetivo de establecer un mercado común latinoamericano.
  • También nacieron iniciativas como el Mercosur (1991), la Comunidad Andina (1969), la UNASUR (2008) y la CELAC (2010), que reflejan distintos momentos y enfoques de la integración regional.

El legado de Bolívar

  • Bolívar no solo liberó territorios, sino que soñó con una “Patria Grande”, una confederación de naciones latinoamericanas que compartieran valores, cultura e intereses comunes.
  • Su pensamiento inspiró corrientes como el bolivarianismo, que han influido en líderes y movimientos sociales a lo largo de los siglos.

Desafíos y actualidad

  • La integración latinoamericana ha tenido avances y retrocesos, marcados por diferencias ideológicas, crisis económicas y tensiones diplomáticas.
  • Sin embargo, sigue siendo un proyecto vigente y necesario, especialmente frente a desafíos globales como el cambio climático, la desigualdad y la defensa de la soberanía regional.

En la actualidad, América Latina impulsa diversas iniciativas de integración que reflejan tanto la voluntad política como los desafíos estructurales de la región.

Principales mecanismos regionales

  • MERCOSUR: Integrado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia, busca consolidar un mercado común. En 2024 se firmó un acuerdo comercial con la Unión Europea, aunque aún está pendiente de ratificación. El diferente signo ideológico de los mandatarios de los países sudamericanos genera tensiones y pocos puntos en común.
  • Alianza del Pacífico: Conformada por Chile, Colombia, México y Perú, promueve la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas. Actualmente busca incorporar a Costa Rica como miembro pleno.
  • CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños): Agrupa a 33 países y funciona como espacio político y diplomático sin participación de EE.UU. o Canadá.
  • Comunidad Andina (CAN): Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú trabajan en integración económica y armonización normativa.
  • ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración): Promueve acuerdos comerciales entre sus 13 miembros y es clave en la institucionalización del Día de la Integración Latinoamericana.

Proyectos estratégicos en marcha

  • Corredores Bioceánicos: Iniciativas multimodales que conectan el Atlántico con el Pacífico. El Corredor Bioceánico Vial Capricornio, por ejemplo, une Argentina, Chile, Paraguay y Brasil, y busca facilitar el comercio regional.
  • Integración gasífera regional: Argentina, Brasil y Paraguay avanzan en acuerdos para exportar gas natural a través del trazado del Corredor Capricornio.
  • Plan Maestro Regional de Integración y Desarrollo: Apoyado por el BID, busca mejorar infraestructura y logística en el norte argentino y países vecinos.

Nuevas tendencias y desafíos

  • Fragmentación política: Las diferencias ideológicas entre gobiernos dificultan la convergencia entre bloques como MERCOSUR y la Alianza del Pacífico.
  • Presión geopolítica global: La reconfiguración de rutas comerciales hacia Asia y el regreso de Donald Trump a la presidencia de EE.UU. generan incertidumbre y urgencia por fortalecer la cooperación regional.
  • Agenda social y ambiental: Se incorporan temas como género, juventudes, transición energética y derechos humanos en los mecanismos de integración.

La tensión en la última reunión del Mercosur

El pasado 3 de julio, el presidente Javier Milei recibió a sus pares en la sede de la Cancillería y solo con sus gestos dejó expuesto la disímil relación política-personal que tiene con sus pares. Fue evidente la seriedad de Milei al recibir al brasileño Lula da Silva, con quien apenas compartió un saludo formal y la foto protocolar. El mandatario del vecino país además tuvo que soportar unos minutos en las escalinatas del Palacio San Martín que no se vio en la transmisión oficial antes de ingresar a un salón para verse con el libertario.

“De vagar” –por “despacio”, en portugués–, se lo escuchó decir a Lula en un momento de zozobra cuando llegó con su comitiva a la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, que conduce el canciller Gerardo Werthein. Luego fue el propio ministro de Milei que salió para buscar a Lula y llevarlo con Milei.

La tensión con Lula está marcada, además, por la visita del brasileño a Cristina Kirchner en su prisión domiciliaria. El mandatario tuvo que pedir permiso a la Justicia para ir a San José 1111, encuentro que se agendó para esta tarde, una vez que finalice la agenda protocolar del Mercosur.

A diferencia del cruce con Lula, Milei se mostró muy efusivo con el paraguayo Santiago Peña. “¡Yo tengo frío todavía acá!”, dijo el mandatario del vecino país cuando ingresó a la Cancillería, en medio de la ola polar que azota a Buenos Aires. “¡Je, yo también!”, le devolvió Milei entre sonrisas y abrazos. “¿Qué haces?”, remató.

En esta oportunidad, la Argentina le traspasó a Brasil la presidencia pro témpore del Mercosur y el libertario buscó dejarle un mensaje a su par: “Esperamos que la próxima presidencia adopte las ideas de libertad”, avisó. Luego alertó ante la continuidad del país en el espacio regional: “Si los socios del bloque prefirieren resistir al cambio, tendremos que insistir en flexibilizar las condiciones de sociedad que nos unen”.

Antes Milei había dicho: “El Mercosur incumplió su objetivo original, cercenó libertades económicas y privó de oportunidades a los privados de la región. El Mercosur, al que de mercado y de común, le quedó cada vez menos”. Y lanzó: “Nosotros buscamos ponerle fin a lo que consideramos una inercia destructiva”.

Pese a las amenazas de ruptura la Argentina de Milei desandó en el último tiempo una actitud beligerante, entendiendo que la salida del bloque requiere aprobación legislativa y un consenso político que hoy no existe. Aun así, como ya contó elDiarioAR, el Gobierno dio gestos simbólicos de desapego, como el recorte de fondos al Parlamento del Mercosur y al Instituto de Derechos Humanos del bloque. Por eso el Presidente dijo en su discurso de apertura que el Mercosur tiene “una estructura elefantiásica”.

En su discurso, Milei recordó que en el semestre del país al frente del bloque, el país “propuso un esquema más libre en lugar de la cortina de hierro a la que estamos sometidos”. Celebró en ese sentido que se haya reflotado el acuerdo con la Unión Europea, que aún sigue pendiente en su letra chica. Este miércoles se oficializó la conclusión del tratado con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), conformada por Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein.

Pero la apuesta mayor de Milei es abrir negociaciones directas con países como Estados Unidos. En ese sentido el Mercosur aceptó exceptuar 50 productos por país del arancel externo común del bloque para que así cada miembro negocie con Trump rebajas arancelarias. “Debemos dejar de ser un escudo que nos proteja para convertirnos en una lanza que permita profundizar los mercados”, dijo Milei. La frialdad de la relación con los mandatarios se notó, también, en el estricto protocolo. Milei se limitó a hacer su discurso, pasarle la posta a Lula y listo. No armó ni impulsó reuniones paralelas con sus pares, aunque a última hora trascendió que podría verse a solas con los presidentes de Uruguay, Yamandú Orsi, y de Panamá, José Raúl Mulino. Al mediodía la cumbre del Mercosur ya había finalizado por completo.

Con información de agencias, ALADI y AI.

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