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Fuego en las islas del Paraná Análisis
Incendios en el Delta más que un cruce entre Bordet y Cabandié

Rosa del río Hibiscus striatus en floración. Extinción de especies, alteraciones del clima y pérdida de fertilidad en los suelos son algunos de los efectos ambientales más severos de los incendios en las islas del Delta del Paraná, por lo que especialistas en ecología advirtieron que "se van a necesitar entre 300 y 400 años para recuperar el humedal que teníamos".

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Una grieta se produjo en el seno del oficialismo con la respuesta del gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, a un posteo en la red social Twitter por parte del ministro de Ambiente de la Nación, Juan Cabandié. “Pedimos a la provincia de Entre Ríos que arbitre los medios para prevenir nuevos focos ígneos intencionales” escribió Cabandié a través de un tweet, para añadir que el Servicio Nacional de Manejo del Fuego había detectado un nuevo foco ígneo en Entre Ríos y que luego de 3 horas de trabajo, con 13 brigadistas habían logrado controlarlo.

La respuesta de Bordet no se hizo esperar, primero a través de sus redes sociales y luego en declaraciones en medios de comunicación, le indicó a Cabandié que hable menos y trabaje más. “Tuvimos que crear brigadas específicas que significa la incorporación de personal; hemos hecho acuerdos con Bomberos Voluntarios; hay 150 bomberos capacitados para combatir el fuego en Entre Ríos; estamos incorporando lanchas y con los helicópteros de la policía de la provincia estamos trabajando todo el día”, enumeró Bordet ante la prensa para agregar que “hay que trabajar más y hablar menos que es lo que hace falta en estos momentos”. 

El mandatario entrerriano señaló también que “lograr la solución en definitiva es controlar el incendio y después ver concomitantemente cómo se penaliza y se castiga a quienes intencionalmente provocan los focos de incendios”.

La respuesta significó -además de una crítica a un ministro que es cuestionado por su gestión ante distintos problemas ambientales- una ruptura con el tradicional estilo del gobernador, la moderación. Bordet es un dirigente que se ha caracterizado por evitar la confrontación, incluso con sus adversarios políticos. Esta particularidad le ha garantizado tener una imagen positiva por encima del 60 por ciento, incluso en este su segundo mandato. 

Sin embargo, la crítica hacia el gobernador entrerriano ha provenido generalmente por parte de sectores que buscan definiciones más categóricas en distintas cuestiones, como por ejemplo la gestión ambiental. Referentes de distintas organizaciones de Entre Ríos reclaman desde hace tiempo acciones concretas en relación a los incendios en el Delta, la ley de humedales, la ley del uso de agroquímicos, entre otros temas de injerencia directa en una provincia de neto perfil agro-ganadero y donde el tema ambiental es central.

Referentes de distintas organizaciones de Entre Ríos reclaman acciones concretas en relación a los incendios en el Delta, la ley de humedales, el uso de agroquímicos, entre otros temas en una provincia de perfil agro-ganadero

El enfrentamiento de Bordet con Cabandié profundiza un debate urgente sobre la gestión ambiental, al tiempo que abre las aguas dentro del propio oficialismo. Por eso legisladores nacionales de Entre Ríos como el senador Edgardo Kueider, la diputada Carolina Gaillard y el diputado Marcelo Casaretto, al igual que dirigentes provinciales, salieron a respaldar al gobernador, mientras que el diputado nacional por Juntos por Entre Ríos, Pedro Galimberti, fustigó a ambos funcionarios a través de sus redes. “Las cosas no se arreglan por Twitter. Agarrá el teléfono, vení a la provincia. Hablen. Coordinen. Actúen. Lo que sea, pero hagan algo. Ambos son responsables”, expuso el legislador.

Un debate que falta y críticas que no son oídas

La crítica situación provocada por los incendios en el Delta entrerriano dispara nuevamente un punto de inflexión sobre un debate que no se ha saldado, la productividad y el desarrollo sustentable en una de las mayores áreas naturales del litoral. El planteo es sostenido por distintas organizaciones ambientalistas de toda la provincia y se basa en datos y documentos técnicos como los informes de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales -CONAE- que dan cuenta que hasta el jueves 18 de agosto se quemaron 95.000 hectáreas en Entre Ríos y Santa Fe, lo que ha generado invaluables pérdidas en la biodiversidad que afectan la vida de esta generación y las futuras.

Para Enzo Culasso Orué, abogado activista de la Multisectorial por los Humedales de la ciudad de Paraná e integrante de la Asociación Argentina de Abogados y Abogadas Ambientalistas, las acciones para frenar el fuego deberían ser coordinadas por el Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible en el Delta del Paraná (PIECAS), un acuerdo interjurisdiccional entre las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe y el gobierno nacional, cuyo objetivo es gestionar los humedales del delta del Paraná. Culasso Orué explicó que el PIECAS nace a partir de las intensas quemas que hubo en el 2008 como forma de articular las acciones entre todas las jurisdicciones comprometidas, pero “lamentablemente de alguna manera se lo ha puesto a dormir”. También señaló que la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el fallo Equística instó nuevamente a la creación de un Comité de Emergencia Ambiental en el marco del Plan Estratégico, que debía ser el responsable de informar periódicamente sobre las medidas a ejecutar, pero tampoco tuvo efecto. 

“Las quemas en el territorio del Delta son ilegales porque la Ley de Manejo del Fuego provincial establece la prohibición, excepto que se otorguen autorizaciones y hasta donde sabemos sobre ese territorio no se ha otorgado ninguna autorización”, aseguró el abogado para quien es fundamental contar con la información catastral de esas tierras para confeccionar actas de infracción e ir teniendo un registro de quienes son las personas que prenden fuego.

“Entre Ríos tiene plena jurisdicción sobre el Delta ya que los recursos naturales pertenecen de manera originaria a las provincias, por ende tiene plena potestad y poder de policía”, indicó Culasso Orué y añadió que “esto no se soluciona poniendo más brigadistas yendo a apagar los incendios porque el camino es otro, es ordenar el territorio y entender que es un Área Natural Protegida, donde no se debe incendiar jamás y mucho menos puede haber ganadería descontrolada”.

Natacha Crimella, de la organización ambientalista “Salvemos el río Gualeguaychú”, con sede en esa ciudad, también coincide en la falta de instrumentación del PIECAS aún cuando hubo consensos entre los gobernadores de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires para suscribir el plan. “Deberían trabajar en conjunto en el marco de este plan, para terminar con los incendios en el Delta”, dice Crimella y advierte que según los informes del Conicet “llevará más de 300 años restaurar los humedales del Río Paraná tras las quemas”. 

“Tenemos que empezar a hablar de un desarrollo sustentable”, dice Crimella para quien el cambio de denominación de “sostenible” a “sustentable” trata de arrojar luz sobre las demandas actuales sin que ello comprometa las necesidades de generaciones futuras. En este sentido la ambientalista explicó que esta idea garantiza el equilibrio de las economías y el respeto al medio ambiente y el bienestar social.  “No se puede hablar de un equilibrio si no pensamos que el Delta es un bien común y no un recurso. Tenemos que empezar a cambiar el paradigma de producción y recordar que la Ley general de Ambiente -25675- habla del principio de equidad intergeneracional, lo que quiere decir que los responsables de la protección ambiental, deben velar por el uso apropiado del ambiente por parte de las generaciones presentes y futuras”, señaló.

Tironeo de responsabilidades

En relación a los cruces entre el gobernador Bordet y el ministro Cabandié, Crimella habló de un tironeo de responsabilidades interjurisdiccionales. “Hay que recordarles a estas tres provincias, a los gobernadores que en el 2008 firmaron el Plan Estratégico para conservar el Delta, que ahora lo tienen que volver a reactivar”, dijo para advertir que “hay que dejar de discutir y de hacer un uso político de este tema porque estamos de cara a las elecciones del 2023 y los discursos pseudo ambientalistas, salen a la luz”.

Con dureza la ambientalista señaló una “falta de conocimiento y arraigo al medio ambiente” por parte de funcionarios tanto municipales, de la provincia como de Nación. “Tienen que dejar de ver al ambiente como una fuente de recursos para la economía”, afirmó para entender que se trata de un bien social finito y por lo tanto estos bienes deben ser considerados como persona no humana sujeta de derechos. “Si no se dejan de discutir que son los que tienen que tomar las decisiones políticas, difícilmente esta situación llegue a buen puerto”, apuntó Crimella para agregar que los funcionarios “tienen que dejar las diferencias políticas para ponerse a la altura de las consecuencias que ellos han generado”. 

Para la ambientalista de Gualeguaychú, el problema es parte de un lobby inmobiliario “no me atrevería a decir agropecuario porque la tierra va a quedar tan inservible que no se va a poder usar para la producción”, refirió.

Culasso Orué sindica como responsable de las quemas al sector ganadero que busca renovar las pasturas. “Estos espacios jamás deben incendiarse y tampoco debe haber ganadería descontrolada”, explicó el abogado y señaló que habría que preguntarse quiénes son los dueños de estas explotaciones ganaderas, cuántos animales se están introduciendo en las islas y con qué parámetros se ingresan. El especialista advirtió que es urgente la sanción de una Ley de Humedales que promueva el uso racional del ecosistema. “Este es uno de los sitios con mayor biodiversidad de la provincia y también de Argentina y por lo tanto tendría que ser un reservorio para poder hacerle frente al cambio climático y a los efectos que ya estamos teniendo en la actualidad”, puntualizó.

Para Tula Nuñez, guía de pesca e integrante de Guardianes de Victoria, baqueano de la zona del Delta, el problema tiene que ver “con el gran dragado del Río Paraná y el no dragado de las bocas de ingreso al humedal” que ha profundizado que el resto de los arroyos, lagunas y riachos se sequen, lo que constituía un cortafuego natural en la zona. 

“Desde hace años más de 15 años se vienen comprando tierras, sembrando soja, construyendo terraplenes, y la justicia no ha hecho nada con respecto a eso”, dice Nuñez en relación a la situación que se ve agravada en cada bajante. Los relevamientos que han hecho baqueanos del lugar han registrado más de veintidós terraplenes construidos en la zona. Estos terraplenes se han convertido en muros de contención, un obstáculo que va secando paulatinamente el inmenso sistema de vasos comunicantes, característico del Delta. 

Para Nuñez, quienes tienen animales y emprendimientos productivos en las islas saben que no se debe prender fuego porque corren el riesgo de perderlo todo y advierte que los incendios se están produciendo frente a la ciudad de Rosario, donde se sabe que hay un gran interés inmobiliario que se ha incrementado en los últimos años.

SM

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