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Interna en el peronismo

Kicillof convoca una mesa con intendentes para diagramar las listas bonaerenses

Axel Kicillof, gobernador de la Provincia de Buenos Aires.

María Cafferata

25 de junio de 2025 07:07 h

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“Estamos más cerca de la unidad”. El festejo llegó desde las entrañas del PJ, por parte de un dirigente massista, apenas unas horas después de que Axel Kicillof se comunicara con Federico Otermín, alfil del camporismo, para destrabar las negociaciones por las listas bonaerenses. Máximo Kirchner y Sergio Massa habían presionado, amagando con convocar a una cumbre de apoderados sin presencia del kicillofismo, y el gobernador bonaerense había respondido: habría mesa de unidad y la protagonizarían los intendentes del camporismo y el Movimiento Derecho al Futuro.

La fecha aún es incierta, pero será esta semana y tendrá como objetivo comenzar a diagramar la estrategia bonaerense. Entre viejos resentimientos, orgullos heridos y sospechas de traición, el kicillofismo y el camporismo dejarán en manos de los jefes comunales la decisión de romper el hielo. La relación de Kicillof y Kirchner no se recompuso tras las condena de Cristina Fernández de Kirchner, pero en ambos sectores predomina la convicción de que, tras la proscripción de la expresidenta, no había más espacio para resolver la interna con los votos: tenía que haber lista de unidad, la disputa interna se dejaría para más adelante.

“Si no se rompió hasta ahora es solo porque a nadie le conviene”, explica un funcionario bonaerense de diálogo con todas las tribus del peronismo. El primer paso será dar forma al acuerdo que Kicillof cerró con CFK hace dos semanas, en el primer encuentro que ambos tuvieron después de meses de no verse ni hablarse, cuando la condena de CFK era una amenaza latente, pero no una realidad concreta. Kicillof le hizo saber, entonces, que no daría marcha atrás en el desdoblamiento de la elección bonaerense y que no sería un convidado de piedra en la mesa de Máximo: Kicillof reclamaba para sí los lugares que le correspondían al gobernador.

“Tiene que ser una estrategia electoral, respetuosa de cada uno de los sectores y sus representatividades pero que permita ponerle un freno a Milei”, explicó Kicillof, en diálogo con C5N, en sintonía con lo que vienen reclamando, por lo bajo, en La Plata: no una fórmula de distribución matemática, sino una que responda a los intereses de los intendentes y que sea competitiva. “Ahora, si el reparto es matemático, al MDF le corresponden la mayoría de los lugares, pues concentramos la mayor cantidad de intendentes, de habitantes y de votos sacados en la última elección”, advierten, a su vez, en el kicillofismo.

La mesa de negociación, sin embargo, nunca se terminó de conformar. Tras el fallo de la Corte Suprema que confirmó la condena de Cristina, el peronismo entró en un estado de alerta y movilización que dejó las discusiones electorales de lado. Fue recién el fin de semana cuando, luego de la marcha a Plaza de Mayo, Kirchner y Massa comenzaron a operar para reactivar las conversaciones, lanzando una convocatoria a los apoderados de ambos espacios para que se reunieran en el PJ.

El argumento del jefe de La Cámpora y el líder del Frente Renovador era que, más allá de la discusión por las candidaturas, el partido tenía que empezar a aceitar las herramientas electorales, con sus reglamentos internas, juntas electorales y apoderados conjuntos. En el kicillofismo, sin embargo, lo recibieron por lo que era: un mensaje teledirigido para que convocara a una reunión.

“La opereta de Massa, el frontman de Máximo”, ironizaba un dirigente kicillofista, blanqueando la sospecha que se extiende por el MDF: que Massa no solo trabaja a la par de Kirchner, sino que funcionará, durante la campaña, como el policía bueno de La Cámpora cuando haya que negociar.

Pese a todo, la presión del tándem Massa-Kirchner cumplió su objetivo: Kicillof levantó el teléfono y se reactivaron las conversaciones para organizar una cumbre. La excusa -la reunión de los apoderados del PJ- se terminó pateando, así, para el miércoles.

Qué se debatirá en la mesa de unidad

El objetivo principal será especificar un mecanismo para el reparto de lugares en las ocho secciones electorales. La distribución se hará de acuerdo a los “entrables”, que en el peronismo especulan que, en el caso de la Cámara de Diputados, será una treintena. Antes que por los nombres, el debate será por la proporcionalidad de la distribución de los lugares.

Kicillof, por ejemplo, reclama para sí la mitad de los lugares. “Axel es el gobernador, y tiene la mayor cantidad de intendentes y de territorio, así que va a buscar tener una mayoría en el reparto”, admite un dirigente bonaerense cercano al gobernador. Massa coquetea con que haya una distribución de a tercios entre las tres grandes tribus que componen el peronismo bonaerense: el kicillofismo, el camporismo y el Frente Renovador. Pero el gran debate será con Kirchner, quien reclama renovar la misma cantidad de bancas que pone en juego La Cámpora en la Legislatura. Esto es: la mitad de los lugares.

El segundo objetivo será definir los nombres de los dirigentes y dirigentas que encabezarán las listas. El mecanismo, en este caso, no responderá solo a la aritmética distributiva, sino a encuestas y sondeos de opinión que demuestren que son competitivos y pueden ganarle a los pesos pesados de La Libertad Avanza.

El plato fuerte es la Tercera Sección Electoral, por varios motivos. Es la más populosa -representa a casi 5 millones de votantes- y amigable con el peronismo. Es la única sección que el kirchnerismo cree que va a poder ganar en esta elección, por lo que quien encabece tendrá un protagonismo al interior del peronismo bonaerense. Es, además, la sección en la que CFK iba a competir antes de que la Corte Suprema la inhabilitara.

En el kicillofismo descuentan que La Cámpora querrá hacerse con la lapicera de la Tercera, y se preparan para dar batalla. Hay muchos intendentes del MDF enojados con el camporismo que se resisten a acompañar una lista encabezada por Máximo Kirchner, y amenazan con presentar listas paralelas. Evitar que esto suceda será uno de los principales desafíos de la mesa electoral.

Los intendentes que participarán de las negociaciones serán, por el lado del MDF, Julio Alak (La Plata), Fernando Espinoza (La Matanza), Alberto Descalzo (Ituzaingó) y Andrés Watson (Florencio Varela). En el caso de La Cámpora, irán Mayra Mendoza (Quilmes), Otermín (Lomas de Zamora) y Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), quien es también uno de los nombres que en el cristinismo propone para encabezar la Primera Sección Electoral. En el kicillofismo, en cambio, proponen a Gabriel Katopodis.

Será un debate álgido que finalizará al filo de la medianoche del 19 de julio, cuando cierren las listas. “Lo importante es que haya un sistema de pesos y contrapesos. Si un grupo lidera la Tercera, el otro encabeza la Primera”, razona, zen, un dirigente bonaerense con muchos cierres de listas encima. “Lo importante es el sistema de compensaciones, que todos queden contentos en la foto del día después”, agrega.

MC/JJD

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