Adorni celebró la victoria con Milei, que le apuntó al PRO: “Se pintó de violeta el bastión amarillo”

El show arrancó a las 20.40. Desde los laterales del escenario montado en el primer piso del Hotel Libertador, Javier Milei ingresó al ritmo de Vamos por la gloria, de La Beriso. Lo presentó Pilar Ramírez, la principal armadora libertaria en la Ciudad, y lo precedió su hermana Karina, que abrió la noche con una frase que buscó instalar continuidad épica: “Las Fuerzas del Cielo lo volvieron a hacer”. El Presidente subió al escenario, saludó uno a uno a sus ministros —alineados como en una postal de gabinete— y tomó el micrófono para lo que fue, más que un discurso de celebración, una proclamación de hegemonía.
“Hoy se pintó de violeta el bastión amarillo, y a partir de ahora a pintar de violeta todo el país”, dijo. No nombró al PRO, pero lo señaló con precisión. Con el 30% de los votos, La Libertad Avanza ganó por primera vez una elección en la Ciudad de Buenos Aires y desplazó al macrismo al tercer lugar. Fue una victoria con nombre propio —Manuel Adorni encabezó la lista—, pero Milei la celebró como si se estuviera plebiscitando su gestión. En el mismo salón donde en noviembre de 2023 festejó su elección presidencial, volvió a construir una escena cargada de símbolos y mensajes hacia el futuro.
“Este trabajo y este triunfo tiene claros responsables. Quiero agradecer a todo el equipo de gobierno, porque entiendo el desafío histórico y cómo le pusieron el cuerpo a la campaña”, dijo. Pero enseguida viró hacia su núcleo de poder real: “Esto no hubiera sido posible sin los gigantes que forman el triángulo de hierro: Santiago Caputo y, como no podía ser de otra manera, el gran arquitecto, el Jefe: Karina Milei”. Esa mención desató una de las tantas ovaciones colectivas de la noche.
Luego fue el turno de Adorni, a quien el Presidente presentó como “el gran ganador de la noche”. El vocero apareció por un lateral del escenario al ritmo de Eye of the Tiger, como si estuviera entrando a un ring. Fue su primera aparición en público tras los resultados y su discurso mezcló agradecimiento, tono de campaña y convocatoria política.

“Agradezco al medio millón de porteños que nos acompañaron, y también a todos los fiscales que no cobraron un solo peso para hacer esto realidad”, comenzó. En su tono habitual, Adorni buscó nacionalizar la elección: “Tal vez llamó la atención ver en una elección local tantas caras relevantes en distintos espacios, y fue simplemente porque no era una elección a legislador. Era una elección entre dos modelos: el modelo kirchnerista y el de la libertad”.
Envalentonado, el vocero lanzó una invitación amplia, con destinatarios concretos pero sin nombrarlos: “Definitivamente somos el mejor instrumento para terminar, de una vez y para siempre, con el kirchnerismo, que no ha sido más que una enorme tragedia para la República Argentina. Por eso quiero extender mi invitación a cada uno de los dirigentes de los distintos partidos políticos que quieren un cambio real para la Argentina”.

El mensaje fue directo hacia afuera, pero también hacia adentro. “La gente tomó una decisión, y la decisión es que el instrumento para el cambio es La Libertad Avanza. Invitamos a todos a dejar los egoísmos de lado y sumarse a esto que se llama La Libertad Avanza y que es el instrumento que ha elegido la sociedad para cambiar la Argentina”.
Cerró con humor y show: “Termino con esto. ¿Me cantan un ‘Adorni, Adorni’, que me encanta?”. Se despidió sonriente, como vocero y como candidato, en la cima de su exposición pública. Detrás de él, Milei lo observaba con satisfacción. Lo que se había jugado en la Ciudad no era solo una elección legislativa: era el primer ensayo de una expansión política nacional que ya comenzó, con Mauricio Macri mirando de atrás.
PL/DTC
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