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CAMINO AL CIERRE DE LISTAS La interna peronista

El jueves caótico de Wado, la ansiedad de Manzur y el ruido que lastimó el anuncio

Wado De Pedro

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“La fórmula todavía no está anunciada”. Es casi las 1 AM del viernes. El mensaje llega un rato después de que finalizara la cena, mano a mano, entre Cristina Kirchner y Sergio Massa. Treinta horas atrás había empezado a circular, en off, que la fórmula del dispositivo K la integrarían Wado De Pedro y Juan Manzur, pero al cierre del día solo se conocía un video de autoproclamación del ministro del Interior que, además, tuvo escasas réplicas incluso dentro del universo K.

A las 18.26, mientras viajaba desde el edificio de la Unión Industrial (UIA) a una mutual en Caballito para una cumbre con dirigentes gremiales, De Pedro dio el OK para disparar el spot en el que anunció su deseo de ser candidato a presidente. Ocurrió casi al mismo tiempo que Gerardo Zamora y Raúl Jalil, gobernadores de Santiago del Estero y Catamarca, abandonaban el ministerio de Economía donde se habían reunido con el ministro de Economía. Antes, los mandatarios estuvieron en Casa Rosada con Fernández y le pidieron que gestione un acuerdo. “Si me traen alguien que mida más de 30 puntos, yo hablo con Scioli”, les dijo. Ni Cristina mide, aquí y ahora, 30 puntos.

Unos minutos antes, pasada las 18, Juan Manzur había terminado una larguísima sobremesa en Las Lilas, un restaurant de Puerto Madero, donde esperó con un grupo de dirigentes de Tucumán que ocurra lo que no ocurrió: un anuncio oficial que confirme la fórmula W-M. Hubo brindis, íntimo, y detalles sobre la charla que 24 horas antes tuvo con Cristina Kirchner. Y, sobre todo, ansiedad. Sentado en ese corro, el gobernador electo de Tucumán Osvaldo Jaldo tuiteó por pedido de Manzur un “anuncio” unilateral sobre la fórmula. Casi no tuvo rebotes.

Al mediodía, Manzur y un grupo de tucumanos habían estado en el estudio del Complejo C del barrio de Chacarita filmando el spot con el que se anunciaría la fórmula. Hubo selfies y videos. Luego de la sesión, De Pedro, Manzur y sus compañeros, tomaron un café y charlaron. Antes de despedirse, un wadista hizo un pedido: “No publiquen nada hasta que salga el video”. Jaldo, no escuchó o no quiso escuchar porque al rato disparó su tuit anunciador .

Pudo ser más que un arrebato, un contrafuego contra lo que empezaban a olfatear: que estaba en marcha un operativo para rediscutir la fórmula que tenía como epicentro a Massa y a algunos gobernadores. Manzur movió rápido y esa decisión le valio´el enojo del mundo Cristina.

Línea de tiempo

La línea de tiempo, el registro de los mundos paralelos del peronismo en el poder, no alcanza para trasmitir algo intangible: la falta de nervio, de épica, que rodeó lo que debió ser el punto de inicio de una campaña que, al menos en los manuales de la supervivencia política, debería planearse para tratar de ganar. Todo, o casi todo, fue caótico y autonomizado, acciones silvestres de un dispositivo donde faltó, parece, la mano ejecutora y ordenadora de Cristina.

Hubo un dato estruendoso: al atardecer, con el video de Wado girando en loop, en la TV y las redes, el subtexto se enfocaba en otro ámbito, la duda sobre si efectivamente Manzur sería el candidato a vice, la operación contra reloj de los gobernadores y el malestar, explicito, de Massa con todo el proceso. Lo que no se aclaró, enturbió la única certeza que expuso el cristinismo: la postulación de De Pedro. Si existió una decisión táctica de que primero se instale el debate en torno al candidato presidencial, y por eso se demoró el anuncio de la fórmula, el cometido no se logró.

Fue como una transición. Cuando Wado dio la orden de subir su spot a las redes, se había apagado la intriga sobre si Massa podía convertirse en la figura central de la fórmula, pero quedaba abierto el capítulo Manzur que concentró varias furias. Una, se afirma, de la propia Cristina, con quien el tucumano acordó su lugar en la boleta pero luego no respetó un mandamiento sagrado del kirchnerismo: la reserva. El miércoles al anochecer, empezó a rodar la versión Wado-Manzur, y el jueves, muy temprano, desde el entorno del tucumano se lo daba como confirmado. Primero en off, luego en ON.

El segundo factor tuvo que ver con los gobernadores que tenían como prioridad que haya lista de unidad para que eso no le derrame internas a sus provincias, pero que además pretendían tener otro nivel de protagonismo. “Manzur se cortó solo, negoció la suya y avanzó”, coincidieron, palabra más, palabra menos, fuentes de los tres búnkeres de UP: el cristinismo, Massa y el albertismo. Un dato lo refleja: salvo Jaldo -y hasta que muy tarde anudó algunos elogios Ricardo Quintela- ningún gobernador salió a bancar la vice del tucumano.

Un tercer enojo, muy cerca de De Pedro, apuntaba a Massa y ese sentido de supervivencia del tigrense que juega hasta el final, hasta el último minuto, aunque el partido vaya 3 a 0 abajo. El spring final que dejó instalar sobre que, mientras rondaba la fórmula Wado-Manzur, podía haber cambios y aparecer su nombre en la tira, cayó mal en el entorno del ministro del Interior. “Sergio es así, siempre es así. Es más fuerte que él. Patológico”, apuntó un operador de la mesa De Pedro.

PASO

Los gobernadores, en línea con Massa, pedían como única cláusula que no haya PASO. Se lo plantearon Zamora y Jalil a Alberto Fernández. Hubo, y habrá, intentos hasta último momento para evitar que Daniel Scioli vaya a la primaria. En algún punto, De Pedro quiere ese proceso porque cree que lo valida. Para esa eventualidad, y para que el armado de Scioli y Victoria Tolosa Paz llegue lo más diezmado posible, Máximo Kirchner hizo valer el control del partido e impuso un reglamento que hace poco atractiva la competencia interna. “Si Scioli no se baja ¿es culpa de Wado?”, plantearon en el entorno del ministro donde hubo inquietud por el tono de las movidas que surgieron desde Economía.

El jueves, Scioli hizo su lanzamiento, anunció a Hugo Moyano como su candidato a diputado y hizo un despliegue, modesto, de candidatos. El jefe camionero aportará, dicen, esa estructura capital que se necesita en una interna peronista para “cuidar” los votos. Es difícil prever qué pasará con ese gremio porque Pablo Moyano ayer se mostró con De Pedro. Guardianes de las dos boletas, quizá. Cobrar dos veces por el mismo oficio. Deberá soportar, hasta el final, gestiones para que desista de la competencia. Pero esa es la otra interna, mientras el espacio mayoritario de UP, tiene que administrar su propia convivencia accidentada. A lo largo del viernes, debería producirse la ola de respaldos a la postulación de Wado y la confirmación, si no hay cambios, de Manzur como el vice.

La cuestión Scioli aparecía, el jueves, como otro elemento que podría explicar la demora: que responda a una decisión táctica de dejar abierta la vice para una negociación con el embajador que, por otro lado, ayer estuvo toda la tarde en su búnker de Balcarce al 100 pero no hubo gestiones formales, al menos intensas, para intentar una conversación sobre lista de unidad.

PI

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