La libertad de prensa de Milei: 4 de cada 10 entrevistas se las dio a Majul y el 30% fue en la pantalla de LN+

Javier Milei tiene una libertad de expresión selectiva. Habla con apenas un puñado de medios y de periodistas, a quienes les ofrece entrevistas periódicamente, incluso en cortos espacios de tiempo. Un relevamiento hecho por elDiarioAR en el marco del Día del Periodista, que se celebra este 7 de junio, demostró que desde que ganó las elecciones presidenciales el 19 de noviembre de 2023 el libertario ofreció al menos 45 notas a un grupo reducido de comunicadores argentinos y plataformas: se repartieron en 12 medios distintos y entre 17 interlocutores diferentes. El repaso de las apariciones públicas del mandatario revela más que un patrón de comunicación: traza una estrategia de cercanía con algunas vidrieras y figuras, y una distancia deliberada a las preguntas incómodas o planteos críticos.
En las casi 50 entrevistas que dio Milei desde noviembre de 2023 hasta mayo pasado se destaca sin dudar un dúo de “preferidos”: Luis Majul en la pantalla de LN+. El periodista lo entrevistó al menos diez veces, pero tanto en el canal vinculado al centenario diario como en la radio El Observador. Eso sí, la vidriera de LN+ fue la más escogida por el Presidente: apareció allí 13 veces con distintas “estrellas” del canal, desde Majul a Esteban Trebucq u Horacio Cabak.
Después de Majul aparece un pelotón de otros periodistas “preferidos” por Milei, pero con menos intensidad: Trebucq (ya se dijo, de LN+) y Jonatan Viale (de TN) lo entrevistaron cinco veces. Y cuatro veces Antonio Laje (tanto en su paso por LN+ como ahora en A24) y Alejandro Fantino (Neura). Un escalón más abajo aparece Gabriel Anello y la primera repetición en otro medio fuera de la pantalla: tres veces en su programa de Radio Mitre.
Con menos frecuencia, en este año y medio de mandato Milei habló también con otras caras conocidas, tanto periodistas como streamers libertarios o figuras del mundo del espectáculo: Susana Giménez, Mirtha Legrand, Yuyito González (cuando era su pareja) o el Gordo Dan, entre otros.
La repetición mediática es también reveladora. Además de las presencias sistemáticas en señales como LN+, Milei ya estuvo en TN siete veces; en Neura, cinco; y en El Observador, cuatro. Otros medios —Canal 13, Telefe, Forbes, incluso Radio Rivadavia— figuran en la línea, pero como excepciones esporádicas, no como parte del circuito regular.
Algunas curiosidades: entre mayo y junio de 2024, en un abanico de 40 días, Milei apareció tres veces seguidas en LN+. Entre abril y mayo de 2025, por ejemplo, Majul tuvo al Presidente tres veces al aire en menos de 30 días, tanto en su programa de televisión como en la radio. También hay repeticiones de medios y nombres: las tres veces que fue a A24 fue con Laje, y las apariciones en radio Mitre solo se dieron con Anello.
Sin duda queda en la memoria la interrupción que hizo el asesor presidencial Santiago Caputo a la entrevista que Milei le dio a Viale en TN apenas estalló el escándalo de la cripto $LIBRA. El diálogo que se transmitió revela la complicidad del periodista con el aparato comunicacional del Gobierno.
Otro dato de color sobre las entrevistas de Milei es que la última vez que estuvo con Laje fue de “sorpresa”: apareció mientras el periodista hablaba con el economista ultraliberal Jesús Huerta de Soto. El rostro de incomodidad del conductor fue delator.
El Presidente llegó a hablar unas 5 horas en Neura con Fantino, quien se declaró “amigo” del mandatario tras “descubrirlo” en Animales Sueltos –primera pantalla donde Milei irrumpió con éxito de rating–. Ahora analizan juntos dar una serie de charlas sobre economía en distintas provincias, donde Fantino hará de “entrevistador” para que el mandatario despliegue toda su teoría ultraliberal de ajuste y motosierra.
Una nota al margen fue con el Gordo Dan en el streaming libertario La Misa: fue de seis horas sin pausa, logrando el récord de “la entrevista más larga de la historia” a un presidente.
La regularidad de nombres y medios muestra una dinámica selectiva que desafía la retórica oficial sobre la libertad de prensa. La libertad, parece, no está restringida, pero sí está cuidadosamente administrada: Milei habla cuando quiere, donde quiere y, sobre todo, con quienes quiere. Elude conferencias de prensa, evita periodistas que podrían incomodar y prefiere espacios donde la cercanía ideológica o afectiva garantiza una conversación a medida.
Este mapa de entrevistas funciona también como radiografía del ecosistema mediático afín. No es solo Milei quien elige: son también ciertos periodistas quienes, por convicción, interés o alineamiento, abren sus micrófonos para amplificar el mensaje presidencial sin demasiadas fisuras. La selección no parece casual en tiempos en que el propio gobierno promueve un discurso confrontativo con sectores del periodismo: acusa sin pruebas de operar, mentir o responder a intereses oscuros, y avala el ataque a los trabajadores de prensa tanto en redes sociales como físicamente en las represiones fuera del Congreso.
En definitiva, en lugar de diversidad de voces, Milei opta por un repertorio acotado. En lugar de confrontar con preguntas, elige la comodidad de los reflectores amigos. Y en lugar de celebrar el ejercicio del periodismo como control del poder, lo reduce —al menos en sus apariciones públicas— a una zona segura.
MC
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