Antes que Pfizer, Fernández espera que Biden lo auxilie con las vacunas que le sobran
Palabra clave, capaz de excitar a medio país, Pfizer se propaga como pocas en la polarización doméstica. Sin embargo, no parece ser, a esta altura, la solución inmediata para los problemas de Alberto Fernández. Las recientes declaraciones de la asesora Cecilia Nicolini a Futurock confirmaron lo que se sabía desde que el Presidente se reunió con los enviados de Joe Biden, Juan Sebastián González y Julie Chung, hace dos semanas en la residencia de Olivos. Tras el fracaso del operativo AstraZeneca y en medio de una segunda ola que amenaza con provocar un desborde sanitario, el Gobierno retomó conversaciones con la multinacional norteamericana y puso a Jorge Argüello a trabajar por lograr que las dosis que precisa Argentina lleguen también desde Estados Unidos. El 13 de abril pasado, el Presidente le pidió al director Principal del Consejo Nacional de Seguridad para el Hemisferio Occidental y a la subsecretaria Interina para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado explorar todas las posibilidades para contribuir con el operativo de vacunación local. Gestor de la visita de los funcionarios de Biden a Buenos Aires, el embajador argentino en Washington tiene hace más de un mes una unidad especial que se dedica a multiplicar las gestiones para conseguir auxilio de la potencia global a la que le sobran vacunas.
Relegado en el momento en el que el Gobierno apostaba todo al acuerdo con Oxford/AstraZeneca y trabado por las prerrogativas que Pfizer se adjudica en todos lados y Fernández no quiso ceder, el entendimiento del que ahora se vuelve a hablar es un paso adelante en las negociaciones pero va a demorar tiempo y no tendrá una resolución en el corto plazo, según le dijeron a elDiarioAR fuentes al tanto de la negociación.
La principal apuesta del presidente argentino es lograr que Biden dé muestras de que busca una interlocución privilegiada con Argentina en la región e incluya al país en la donación de 60 millones de vacunas de AstraZeneca que Estados Unidos tiene sin utilizar desde hace varios meses y piensa distribuir entre mayo y junio. No se trata de las dosis de la multinacional sueca que se fabrican en la planta de mAbxience en Garín y que, tal como informó anoche AstraZeneca, siguen demoradas, sino de otro contingente que está en poder del gobierno norteamericano y sólo depende para su uso de de una aprobación interna.
Esta semana el coordinador de la pandemia de Covid-19 para la Casa Blanca, Jeff Zients, confirmó que el excedente existe y está disponible. “Dado el robusto portafolio de vacunas que Estados Unidos tiene y que han sido autorizadas por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos, por sus siglas en inglés), y dado que la vacuna de AstraZeneca no ha sido autorizada para su uso en los Estados Unidos, no necesitamos usar vacunas de AstraZeneca aquí durante los próximos meses. En consecuencia, Estados Unidos está contemplando opciones para compartir las dosis de AstraZeneca con otros países a medida que pasen a estar disponible”, dijo. En plena carrera global por la cura, con millones de víctimas fatales en todo el mundo, al rival estratégico de China le sobran vacunas de Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson.
Tal como anticipó elDiarioAR, el peronismo oficial apuesta a que la administración demócrata cumpla con lo que deslizó González -mano derecha de Biden para América Latina- en las conversaciones privadas: un gigantesco operativo de Estados Unidos para completar en pocos días su proceso de vacunación doméstico y salir después en una operación global bien diseñada en auxilio de países aliados. Sería una forma de competir con Rusia y China, que hoy están desbordados por la demanda externa y no pueden cumplir en tiempo y forma con las dosis que tienen comprometidas. Con ese gesto, la diplomacia norteamericana podría estrechar lazos con algunos de sus aliados y repartir parte del activo estratégico que tiene a su disposición y hoy se conserva en heladeras sin uso mientras mientras millones de personas mueren porque no tienen acceso a la cura. Todo es ver para creer y nadie quiere anunciar nada, pero la esperanza de los colaboradores de Fernández es que el operativo vacunas para todos made in Washington se inicie en muy poco tiempo y que las vacunas lleguen de forma gratuita.
En la embajada argentina en Estados Unidos lo confirman a su modo. “Estamos trabajando intensamente todas las alternativas. Pero probablemente haya novedades antes de parte del gobierno de EE.UU. que de Pfizer”, afirman. De ser así, Argentina recibiría una parte de las 60 millones de dosis que se irán distribuyendo, de manera paulatina, a lo largo de los próximos dos meses. En la residencia de Olivos están esperando que, de un momento a otro, salga un primer lote de 10 millones de dosis para un grupo de países que tienen relación con la administración demócrata. De esa cifra inicial, Fernández podría obtener una cuota para la vacunación local. El Gobierno considera que puede recibir de manera “inmediata” ese primer lote que Biden espera distribuir en breve y que tiene entre sus primeros destinatarios a la India, el principal productor mundial de vacunas que hoy experimenta una segunda ola de crecimiento exponencial de casos. También la Unión Europea, México y Canadá están en la lista que incluiría a la Argentina.
WC
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