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Análisis Visita de Sullivan

Satisfacción y sorpresa en el gobierno por el mensaje reservado de los enviados de Biden

Fernández con Jake Sullivan, el viernes pasado en Olivos.

Diego Genoud

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La visita de Jake Sullivan a Buenos Aires no tuvo ni de cerca la repercusión que tiene cada voto de Argentina en los foros internacionales en los que se discute la situación de Venezuela, Nicaragua o Cuba. Pero tiene una relevancia infinitamente mayor. El Consejero de Seguridad Nacional de Joe Biden hizo una viaje relámpago, visitó la Casa Rosada, almorzó con Alberto Fernández en la residencia de Olivos y se vio con representantes de todos los sectores. Sullivan tiene 44 años, es un funcionario de máxima cercanía del sucesor de Donald Trump y llegó acompañado por el director del Consejo Nacional para el hemisferio, el colombiano Juan González, un interlocutor habitual de Biden con el país desde que en abril pasado entró por primera vez la quinta presidencial. El desembarco norteamericano además incluyó al director de la Oficina del Departamento de Estado para la región, Ricardo Zúñiga, al director de Tecnología y Seguridad Nacional Nacional, Tarun Chhabra, y al director de Cibernética, Amit Mital.

Los enviados de Biden fueron recibidos en Balcarce 50 por Gustavo Beliz, Jorge Arguello, Felipe Solá y Martín Guzmán. Pasaron por el Palacio San Martin y tuvieron también un encuentro con parlamentarios entre los que estaba el flamante ministro de Defensa, Jorge Taiana. En las conversaciones con el gobierno argentino, Sullivan y sus colaboradores dejaron una serie de definiciones que confirman el lugar destacado que le otorgan a la Argentina en el contexto actual, con una región convulsionada y una disputa geopolítica entre Estados Unidos y China, que se libra en todos los campos. 

La delegación estadounidense venía sorprendida para mal por la bienvenida que les había dado Jair Bolsonaro en Brasil. Alineado todavía con Trump, el presidente de Brasil viene alertando sobre la posibilidad de irregularidades en las elecciones de 2022 en su país. No solo eso. Planteó el tema ante los enviados de Biden. Según le contó uno de los norteamericanos a un funcionario de Fernández, Bolsonaro le dijo a Sullivan: 

-Ustedes son producto del fraude. 

Eso explica la relación de mayor confianza por contraste que van edificando con el gobierno peronista y la sensación de cierto alivio que experimentaron en Buenos Aires. De hecho, uno de los visitantes le transmitió a sus interlocutores argentinos una frase que difunden los ministros de Fernández: 

-Todos los que no pensamos como Bolsonaro somos comunistas. 

Las diferencias exceden las reuniones privadas y se pueden advertir en público: apenas unos días después del encuentro de su padre con Sullivan, Eduardo Bolsonaro, el hijo del presidente brasileño, visitó este lunes a Trump en Nueva York y lo invitó a participar de la Conferencia de Acción Política Conservadora, la cumbre de ultraderecha.  

Así como en Estados Unidos inquieta el avance de China en la región, la preocupación principal del Frente de Todos es lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que le permita a la Argentina cierto alivio en los dos años que le quedan a Fernández de mandato. Para eso, necesita el respaldo explicito del tesoro norteamericano que durante la administración Macri aprobó el crédito de 44.000 millones de dólares para el gobierno de Cambiemos. 

Según le dijo a elDiarioAR un funcionario argentino, los enviados de Biden se esforzaron por dejar en claro que la administración demócrata busca, en esta etapa, escapar a los lineamientos del Consenso de Washington y desmarcarse del mote de neoliberales. En ese sentido, Sullivan se declaró admirador de Franklin Roosevelt y Lyndon Johnson y sorprendió a los colaboradores de Fernández cuando aseguró que, en la mirada del gobierno norteamericano, las multinacionales tienen que “pagar más del 15%”, el porcentaje del nuevo impuesto que se acordó en la reunión de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Economico (OCDE) a principios de julio y con el respaldo del G7. En ese punto, Estados Unidos aparece en línea con el planteo que hizo Guzmán en esa oportunidad, cuando pidió que el tributo se ubique entre el 21 y el 25%.

Desde hace tiempo, la sintonía de Biden con Fernández se expresa de diferentes maneras. Se trata de la tercera incursión de funcionarios de alto nivel a la Argentina: viene precedida por la visita de González en abril junto a la subsecretaria Interina para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Julie Chung, y por el viaje que hizo el jefe del Comando Sur, Craig Faller, en esos mismos días. González y Chung eligieron bien a qué países visitar: hicieron escala en Colombia, Uruguay y Argentina pero no pasaron por Brasil ni por Chile. En una América Latina que viene de sufrir la eclosión en Chile, Colombia y Perú -los tres países que apostaron a la alianza del Pacifico- y con Bolsonaro en Brasil, Argentina aparece y se promociona a sí misma ante Estados Unidos como garante de la estabilidad. Durante el fin de semana, Fernández le transmitió a su entorno que estaba muy conforme con el encuentro que mantuvo con Sullivan. 

Por supuesto, existen motivos de discrepancias sobre Venezuela, Cuba y Nicaragua pero el interés de la delegación estadounidense estaba en trabajar sobre las coincidencias y, una vez más, en averiguar cuál era el alcance de las relaciones con China. 

En el encuentro con los parlamentarios, Sullivan y la comitiva norteamericana afirmaron que no pretenden “imponerle la ideología a nadie” pero preguntaron por la base China en Neuquén y fue Taiana el encargado de responder. Dijo que también la Unión Europea tiene una base en Mendoza, la Agencia Espacial Europea. El flamante ministro de Defensa afirmó además que la mayor parte de la pesca ilegal en las 200 millas de la Zona Económica Exclusiva del Mar Argentino tiene que ver con España, en especial con Galicia: el argumento, si bien es cierto, no convenció a los norteamericanos que ven a China como el más activo en la zona, pero anticipa la estrategia discursiva del sucesor de Agustín Rossi.

Dos aspectos más se tocaron en los encuentros entre Sullivan y el gobierno. El 5G y la vacunación. En el primer caso, Estados Unidos busca competir con Huawei en las licitaciones en la región y repite que esa tecnología es la forma de China para desembarcar en los países donde busca expandirse. Por eso, el enviado de Biden ofreció posibilidades de financiamiento para infraestructura. Sin embargo, según le aseguró a elDiarioAR uno de los funcionarios argentinos, la delegación norteamericana reconoció que Estados Unidos corre desde atrás la carrera por el 5G. 

En el segundo caso, se habló de un préstamo del Banco Mundial por 500 millones de dólares para que Argentina compre las vacunas de Pfizer y Moderna. Fernández agradeció la donación de Biden en materia de vacunas -3 millones y medio de dosis de Moderna- pero también afirmó que estaba “muy agradecido” a Rusia y China por la provisión de aplicaciones durante la primera mitad del año. Estados Unidos  considera que hoy la vacuna es la diplomacia más eficaz y pretende comprar 100 millones de vacunas más para donar a los países con los que pretende tener una relación fluida. 

De hecho, en el encuentro en el Palacio San Martin estuvieron presentes representantes de laboratorios estadounidenses y argentinos.  Entre los primeros, se destacaron Nicolás Vaquer, de Pfizer y  Juan Ignacio Didi, de Bristol- Myers Squibb; entre los segundos, directivos de Biogénesis Bagó. Biosidus, Cassará, Richomnd, de Marcelo Figueiras y Sinergium Biotech, de Hugo Sigman. Junto a ellos estuvo el sindicalista de Sanidad, Héctor Daer.

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