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A horas de una votación clave

El veto a la mejora jubilatoria: la decisión de unos 40 diputados de distintos bloques, en la lupa del Gobierno y la oposición

Menem y Espert, durante la última sesión de Diputados; el oficialismo busca abroquelar el el veto presidencial al aumento jubilatorio.

Mauricio Caminos

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En un nutrido grupo de votos está la definición en Diputados del veto de Javier Milei al aumento de los jubilados. La distribución de los porotos en contra o a favor es tan justa a 24 horas de la sesión que pidió un amplio abanico opositor para este miércoles, en las bancadas que motorizan la ofensiva contra el Gobierno sobrevuela la duda sobre un grupo de legisladores que son determinantes para inclinar la balanza. La expectativa tiene como condimento extra que para que se rechace la medida presidencial hacen falta dos tercios de los legisladores presentes al momento exacto de la votación, por lo que las ausencias pueden ser tan decisivas como las presencias. Matemática política.

La incertidumbre atraviesa a todo el abanico de colores, desde el radicalismo al peronismo, pasando por las fuerzas de centro y las provinciales, y alcanzando incluso al macrismo. Son las peceras donde el Gobierno presiona para quebrar voluntades, principalmente a través de los gobernadores que tienen bancas propias. La intención oficialista es que no se repita la foto del 5 de junio, cuando la Cámara baja juntó los dos tercios de los presentes para la media sanción de la ley: el tablero marcó 160 apoyos y 72 rechazos, con 8 abstenciones y 16 ausencias.

Con ese antecedente, los libertarios necesitarían solo 8 rechazos más para boicotear a la oposición. A su vez, a medida que haya más presentes, la vara de los dos tercios aumenta. Y si este miércoles se sientan en sus bancas los 257 diputados, la oposición tendría que sumar 12 votos para imponerse nuevamente. En ese sentido ya tiene a su favor que los 5 legisladores de la Izquierda, que se abstuvieron, ahora votarán contra el veto. Pero tiene el mal trago de que Ricardo López Murphy, que había rechazado la ley y está dispuesto a voltear el veto, está de viaje en Estados Unidos por un tema familiar. 

Ante ese panorama, según pudo reconstruir elDiarioAR de fuentes parlamentarias, la atención legislativa está puesta en casi 40 bancas. Hay misterio en el pelotón de los que estuvieron en su momento a favor. Al menos 10 radicales y 17 peronistas que responden a mandatarios no kirchneristas: 6 del bloque de Unión por la Patria, 8 de Innovación Federal y los 3 de Independencia (fuerza del gobernador tucumano Osvaldo Jaldo). Pero además hay incertidumbre sobre 9 legisladores que se ausentaron en junio, como 7 fichas del PRO y dos de Encuentro Federal (que capitanea Miguel Pichetto). Y hay preguntas sobre qué hará la libertaria, ex LLA, Lourdes Arrieta.

Los radicales

El radicalismo carga con la presión más importante porque el partido levanta la defensa de los jubilados como una bandera histórica. De sus 34 diputados, 33 votaron a favor de la nueva fórmula jubilatoria. En su momento solo se ausentó el legislador por Corrientes Manuel Aguirre, que no responde al gobernador Gustavo Valdés. En la UCR anotan que ahora sí estará. Pero ponen la lupa sobre otros correligionarios.

Muchos de los radicales que están en duda son los que responden al gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo. La cercanía con la Casa Rosada quedó demostrado el viernes con el recibimiento que tuvo Milei en la provincia cuyana y los aplausos que recogió en su discurso lleno de insultos y diatribas contra la oposición y el periodismo. 

Los hilos de Cornejo trascienden su propio terruño y así como el gobernador tiene ascendencia sobre diputados de otras provincias, hay radicales que tienen un puente directo con el Gobierno por cuestiones locales. Ese grupo lo integran Pamela Verasay y Lisandro Nieri (por Mendoza), Soledad Carrizo y Luis Picat (Córdoba), José Tournier (Corrientes), Roxana Reyes (Santa Cruz), Martín Arjol (Misiones), Mariano Campero (Tucumán) y Pablo Cervi (Neuquén). 

Cuando se consulta en ese puñado de nombres la respuesta es una evasiva. Y en las filas radicales no se arriesgan a adelantar que esos diputados votarán en contra, sino que podrían ausentarse.“Todos los radicales votaron a favor. Aquel que cambie tendrá que dar explicaciones de por qué a su electorado”, avisó una espada de la UCR. “Van a tener que pensar bien la jugada, porque si no van a quedar muy escrachados”, entendió otra voz legislativa al tanto de las conversaciones. Anoche circuló un video del diputado Fernando Carbajal muy enojado con sus compañeros de espacio. El quiebre demuestra que ni Rodrigo de Loredo ni Martín Lousteau pueden mantener el bloque y el partido unido.

Un voto extra que pierde la UCR es el del entrerriano Pedro Galimberti, diputado del riñón de Facundo Manes y que renunció ayer a su banca para asumir un cargo en su provincia. Entró a la cámara en 2021 y su reemplazo tiene que ver con la boleta que en su momento construyó Juntos por el Cambio. Pero la suplencia está envuelta en polémica. El reemplazante por paridad de género debería ser el actual intendente de Gualeguaychú, Mauricio Davico, pero ante su negativa asumiría Nancy Ballejos, dirigente del PRO “ultramileísta”, aunque referenciada en el gobernador Rogelio Frigerio, quien duda sobre si apoyar o no el veto.

Los peronistas

Unión por la Patria aportó 97 de sus 99 votos a la media sanción de la ley. Como fuerza se abroqueló para robustecer la ofensiva opositora. En la votación se ausentaron Ricardo Daives, de Santiago del Estero, y Magalí Mastaler, de Santa Fe. Pero ahora hay dudas sobre otros legisladores propios que ya votaron a favor: los que responden al gobernador de Catamarca, Raúl Jalil. 

De la provincia son Fernanda Ávila, Silvana Ginocchio, Dante López Rodríguez y Sebastián Nóblega. Hace exactamente un mes, el 12 de septiembre, Jalil fue recibido en la Cámara baja por Martín Menem. Una cumbre que ahora toma otro cariz.

Sobre el espacio peronista no-kirchnerista de Innovación Federal, armado por tres gobernadores equidistantes del Gobierno, está puesta una gran atención porque sus ocho integrantes votaron a favor. Si el Gobierno quiebra esas voluntades, son votos que valen doble. Una espada federal que está en la rosca más fina metaforeó sobre la suerte de esos legisladores: “Quieren votar igual que la sesión pasada, salvo que llame Pekerman, y creo que Pekerman llama”, dijo a este medio.

Se trata de los legisladores salteños Pamela Caletti, Pablo Outes y Yolanda Vega (referenciados en Gustavo Sáenz); los misioneros Alberto Arrúa, Yamila Ruíz, Carlos Fernández y Daniel Vancsik (comandados por Hugo Passalacqua, pero en el fondo por Carlos Rovira), y el rionegrino Agustín Domingo (de Alberto Weretilneck). El diálogo con la Rosada está abierto: ayer el salteño se mostró muy sonriente con la ministra Patricia Bullrich. 

Otro bloque frente a la expectativa es el Independencia, de los tucumanos Agustín Fernández, Elia Fernández y Gladys Medina. Son los diputados de Jaldo separados del kirchnerismo apenas asumió Milei. En media sanción de la ley no votaron: los tres se ausentaron en el momento exacto de elegir a favor o en contra.

Los macristas

La realidad en el PRO es heterogénea porque hay amarillos dentro y fuera del bloque, a los que están atentos los opositores. Cristian Ritondo ratificó ayer la postura a favor del veto, pero en junio llamativamente siete de los 37 se ausentaron. Son fichas que aportan a bajar la vara para los dos tercios. 

Los nombres más trascendentes fueron los de María Eugenia Vidal –condicional de Macri– y Silvia Lospennato –que estuvo ayer en la Rosada en la reunión de aliados libertarios con El Jefe–. Los otros amarillos que se ausentaron fueron Héctor Stefani, Ana Clara Romero, Aníbal Tortoriello, Héctor Baldassi y Belén Avico. 

Fuera de la trinchera PRO, otro amarillo dudoso es el entrerriano Francisco Morchi, quien responde directamente a Frigerio, pero que está en el espacio de Pichetto. “Estamos en proceso de conversación”, dijo un operador al tanto de ese voto, que fue ausente en junio. El gobernador no quiere quedar pegado a “la mancha venenosa” del kirchnerismo. Si finalmente Ballejos se suma a las filas de Ritondo, en la oposición entienden que el gobernador podría poner un huevo en cada canasta.

Otra ficha codiciada en Encuentro Federal es la de Jorge Ávila, el jefe del sindicato de los petroleros. Estuvo ausente en la votación anterior y no va a las reuniones de bloque. “Su voto está dando vueltas”, comentaron al lado de Pichetto. Este martes a la tarde la fuerza tiene una cumbre a puertas cerradas para ordenar sus porotos.

Un átomo suelto es la libertaria Arrieta, flamante expulsada de LLA luego de denunciar a varios compañeros por la polémica visita a represores en la cárcel. La diputada se manifestó recientemente a favor del aumento a los jubilados y ella abrió un diálogo con el peronismo buscando cierta protección cuando denunció amenazas a su familia. Si se da vuelta, podría ser un voto doble para la oposición.

Con tantas monedas en el aire, ayer el panorama de la oposición estaba a la defensiva. “Estamos en un poroteo muy difícil contra las herramientas del Gobierno, que son muchas. Las nuestras son más limitadas porque sólo son la sabia política y el sentido común. Ellos la tienen más fácil para bloquearnos que nosotros para avanzar”, interpretó una de las principales espadas que está rosqueando por estas horas. 

Sigue en pie la estrategia que ya publicó este medio el viernes pasado: ante una matemática adversa, los opositores solo se limitarían a lograr quórum –de 129, que no parece difícil– para abrir la sesión y luego votar un emplazamiento para obligar que la comisión de Presupuesto, que preside José Luis Espert, discuta el veto de Milei. Buscarían más volumen antes de volver al recinto. “No se va a liquidar la faena el miércoles –aseguró un operador parlamentario–. Pero ganás una o dos semanas y le seguís rayando el auto al PRO”.

MC/JJD

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