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El surtidor de Mauricio Kartun, heridas de guerra

Mauricio Kartun acaba de publicar la novela "Salo solo. El patrullero del amor".

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Llevo varios días pinchada. Tironeada por ese loop: un montón de escenas se van apelmazando en el cuerpo y no tienen límites muy definidos. Esa boca de lobo íntima donde nada alcanza: ni el tiempo, ni la plata, ni el amor, ni los esfuerzos, ni las palabras. Esa corriente que arrasa y hace esfumar las paredes entre el cansancio acumulado, las urgencias, las preocupaciones terrenales, los desvelos, una cuota de angustia, otra de tedio. Esa fuerza que estruja, que no es nítida y que, al mismo tiempo, pesa. Y pesa una tonelada. En la espalda, en la cabeza, en la mirada del chico que tengo sentado al lado en el colectivo. Ahí estoy, en el colectivo, en esa soledad compartida y a cuestas, puro desamparo rodante. Sin imágenes claras para este espacio y con una neblina generalizada que atraviesa otros terrenos vitales.

En días así vuelvo a algo que dijo Mauricio Kartun en una entrevista que le hice en 2017 (pude entrevistarlo una vez más por acá y, cada tanto, tengo la alegría de cruzarlo por el barrio en el que vivimos). Ese día estaba rodeado de sus plantas, de sus fotos, de esos rejuntes que suele hacer cuando camina (creo que me mostró una maderita a la que él le había visto la forma de un personaje que después pasaría a formar parte de una de sus obras). Le pregunté por qué siempre destaca los concursos literarios como una energía que motoriza la escritura. “Es que todos somos resultado del deseo. Todos los seres humanos somos resultado del deseo del otro. El otro es el que de alguna manera establece una demanda. El otro, como interlocutor, es el que pide, el que demanda, el que crea una vía para que hagas y también el que te propone una forma. Yo creo mucho en la energía de la interlocución. ¿Para quién? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? (...) Uno con el tiempo descubre que es una energía salvadora. Que cada vez que uno está bajoneado, decepcionado, con poca energía para crear, el surtidor al que debe ir a cargar combustible es el deseo del otro. Nunca dentro de uno. Dentro de uno las cosas siempre están un poco mezcladas (...) Todas esas posibilidades del otro demandando son una generación, en principio, de un canal de energía y después también de una forma”, respondió.

Vi que esta semana Kartun presentaba en la Feria del Libro su novela Salo solo. El patrullero del amor (Alfaguara, 2023) y un poco tomada por cierto pensamiento mágico (“el pensamiento es mágico”, carraspeó un amigo por estas horas) voy a escucharlo como quien entra a un templo con desesperación, a cortarse el pelo triste o a una curandera. Con esa urgencia, con esas ganas de que todo pase rápido y cambie después de un abracadabra.

Durante la presentación Kartun cuenta que el libro nació durante los días más duros del confinamiento por la pandemia. Pasó más de un año aislado con su esposa en una casa que tienen cerca del mar. “¿Cómo voy a escribir teatro si no sé cuándo voy a volver a ensayar?”, se preguntaba. “¿Qué hacemos con la escritura? ¡Qué hacemos con el deseo! Porque de alguna manera uno siempre escribe on demand. Porque hay una expectativa del otro lado, porque vas a publicar, porque viene un concurso o porque vas a estrenar. Si no, la verdad, esto de escribir durante un largo tiempo algo a lo que uno no le conoce el destino es muy difícil”, dice ante un público que lo escucha con mucha atención.

Entonces relata que salía a caminar y que en sus recorridos pasaba por la casa de un amigo que había muerto hacía poco, una de las personas más graciosas que conoció. Recuerda una conversación que había tenido cuando ese amigo se había divorciado y la soledad le pesaba: un día le comentó que había empezado un curso de filosofía. A Kartun le hizo un poco de ruido el interés repentino de su amigo por Spinoza hasta que apareció la revelación: ¡un curso siempre es un lugar en el que se puede conocer gente! 

Ahí Kartun pescó algo así como un perfume: “En ese gran impulso hay una fuerza. Los que escribimos teatro sabemos que necesitamos un conflicto, una energía que mueva todo. ¿Hay una fuerza más grande en el mundo que salir a buscar amor y sexo? ¡No hay! ¿Hay algún impulso que haya creado más cosas que la búsqueda del afecto?”.

Como si fueran piedras para hacer fuego, esa imagen y ese amigo surtidor hicieron chispa contra una forma, que fue la de pequeños relatos que Kartun fue subiendo a Facebook y que provocaron carcajadas en cientos de lectores en esa red social durante aquellos días de incertidumbre global. El protagonista: Salomón Goldfarb, el viudo desvelado que por consejo de su psiquiatra salió a patrullar. Sus aventuras y desventuras amorosas –todas divertidísimas, todas llenas de imágenes incandescentes– se podrían multiplicar al infinito. Por ahora integran este libro que Kartun presenta con todo su don, con toda su gracia. “Creo mucho en la belleza del que ríe”, dice más adelante.

Después se refiere al humor, ese lugar al que siempre vuelve: “Para mí es vital, no terapéutico”. Hacia el final, directamente nos hace entrar en estado de hipnosis, entre risotadas y aplausos. En algún momento lee una aventura de Salo, en otro retoma la archicitada frase de Sartre y la remienda con una sonrisa: “El infierno son los otros, sí, pero también el paraíso”.

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1. Victoriosa, de Yishai Sarid. Abigail es brillante, directa y brutal. Hija de un psicoanalista y de una ama de casa que pretendía para ella “una vida normal”, terminó cursando sus estudios en una escuela a la que llama “de superdotados” y luego se formó en Psicología. Pero lejos del anhelo familiar, ella entró por una puerta distinta a la disciplina paterna y tuvo una carrera destacada en el ejército israelí como psicóloga militar. ¿Su especialidad, su campo de investigación, su práctica? Preparar a las personas enviadas a las batallas para enfrentarse con la muerte. Como ejecutores, como testigos, como posibles víctimas.

En ese terreno, entre la frialdad, la estrategia, la deshumanización, el deber, las tensiones, las atrocidades y los estragos que deja cualquier guerra, se mete la novela Victoriosa (Sigilo, 2023), del escritor israelí Yishai Sarid para ofrecer una historia contundente y sobria. Un libro que deja traslucir contradicciones más que certezas. Es que, llegando a los 50 años Abigail se convirtió en una especie de asesora sobre estos asuntos, mientras que en su propio consultorio se multiplican los pacientes que fueron enviados a combatir en otros tiempos –probablemente arengados por ella misma o sus colegas– y le exponen todo tipo de traumas y heridas. Así, todas las convicciones de la protagonista, que circula en un mundo de varones con desparpajo y solvencia, empiezan a tambalear y crujen todavía más cuando es su propio hijo adolescente el que es reclutado para combatir mientras se cocina una nueva contienda bélica.

El escritor Yishai Sarid nació en Tel Aviv, en 1965. Antes de su carrera literaria llegó a ser oficial del ejército y tiene experiencia en inteligencia militar. Su novela El poeta de Gaza fue traducida a ocho idiomas y ganó el gran premio de Novela Negra Extranjera en Francia (2011). Victoriosa, recientemente traducida al español por Ana Bejarano para Sigilo, es su sexta novela.

La novela Victoriosa, de Yishai Sarid con traducción de Ana Bejarano, salió por la editorial Sigilo.

2. Olivia Colman por dos. La actriz británica es una favorita absoluta de este espacio. De hecho, hace un tiempo hice este compilado con algunas series y películas que la tienen como protagonista y se pueden ver por streaming. En los últimos días se sumaron dos. Por un lado, llegó al catálogo de Netflix la película El padre, que tuvo un estreno en cines un poco acotado en 2021, y por la que Anthony Hopkins se llevó el Oscar a mejor actor. 

El largometraje sigue los días de Anne (interpretada de una manera muy sutil por la propia Colman), la hija de Anthony (Hopkins), quien busca reclutar a una persona para cuidar a su padre, un hombre grande que empieza a mostrar signos de pérdida de memoria. 

El relato, que juega con los desvaríos del protagonista, hará que los espectadores, a veces un poco perdidos como él, se vayan metiendo en su cabeza. Una película que, pese a algunos desajustes en la narración, cuenta con grandes actuaciones y una historia tan desgarradora como universal. En la crítica de algunos medios internacionales el largometraje tuvo reseñas desparejas: algunos denostaron la teatralidad en la puesta, otros rescataron justamente esa decisión de su director francés Florian Zeller. Por las dudas, un recordatorio: El padre está basada en la obra de teatro Le Pere, del mismo director.

Por estos días también se sumó a la plataforma Star+ la película Imperio de luz, que también tiene a Colman como protagonista y a Sam Mendes como director. En este caso se trata de una historia de amor que transcurre alrededor de un cine antiguo en la costa sur de Inglaterra, en la década de 1980.

La película El padre está disponible en Netflix. El largometraje Imperio de luz se puede ver por Star+.

3. Viedma, la capital que no fue, de Jorge Leandro Colás. “Esta no es una voluntad presidencial. Esta es, gracias a Dios, la decisión de un pueblo que por fin se ha convencido de la necesidad de cambiar su rumbo”. Raúl Alfonsín habla en la Patagonia desde un balcón. Lo hace frente a un grupo de ciudadanos que, entre la sorpresa, la ilusión y algunas resistencias, se prepara para un movimiento radical que cambiará sus vidas. Luego de que se aprobara en el Congreso de la Nación la llamada Ley de Traslado de la Capital, los poderes del Estado iban a dejar de estar en Buenos Aires para instalarse en un nuevo y ampuloso distrito federal que se construiría en las localidades de Viedma, Carmen de Patagones y Guardia Mitre, entre lo más austral de la provincia de Buenos Aires y el norte de Río Negro.

Con ese discurso de 1986, con otros grandes rescates de archivo, con testimonios de vecinos y autoridades, con las voces de periodistas locales que tuvieron la primicia y con los arquitectos convocados para trazar el plan, el cineasta argentino Jorge Leandro Colás armó el notable documental Viedma, la capital que no fue que, después de su estreno en el BAFICI, llegó por estos días a salas de cine en todo el país.

A partir de una narración detallada y muy sobria en los recuerdos de quienes vivieron de cerca aquellos días, el largometraje se detiene en la sorpresa inicial de los habitantes de Viedma, en las cuestiones técnicas que implicaban entonces una empresa tan ambiciosa y un poco extravagante y, finalmente, en todo lo que llegó a planificarse y quedó trunco. Si tienen ganas de leer un poco más, en esta nota armé algo un poco más extenso sobre la película, que vale la pena ver en pantalla grande si tienen la posibilidad de cruzarse con alguna función.

Viedma, la capital que no fue, de Jorge L. Colás, llegó a varios cines de todo el país. Más información, por acá.

Banda sonora. Imposible no recordar a Rita Lee aquí esta semana. Una reina de verdad y una pionera. Elegí algunas canciones de Os Mutantes, otras de ella en solitario y otras en participación con otros músicos de Brasil, que se suman ya mismo a nuestra banda sonora compartida.

Estuve escuchando bastante el disco Secret Life, que acaban de lanzar el productor británico Fred Again y el legendario Brian Eno (de pie, señoras, señores, ¡de pie!). No me decido: por momentos los sonidos que proponen me envuelven y esa música entre la electrónica y el ambient me lleva, por momentos de tan etéreo lo que escucho me expulsa. Así que elijan ustedes. Sumé los temas que más me gustaron a nuestra lista y también les dejo el disco completo acá abajo.

Bonus track. Me animo a decirlo así, rimbombante. La chica del sur, de José Luis García, es uno de los mejores documentales argentinos de la historia (abajo les dejo el tráiler, si no me creen). Pero hay un problema: salvo cuando lo pasan cada tanto en cable por I-sat o en algún lugar non sancto, es medio difícil de ver.

El domingo 14 de mayo, Juan Pablo Mansilla, autor del newsletter Línea Documental (quiero creer que ya están suscriptos, pero si todavía no lo hicieron, es por acá) y uno de los mayores expertos en el rubro –y no digo más de Juan por pudor y porque, lo aprendimos del Chino Darín cuando una quiere referirse a su pareja: si lo defino, lo limito– lo va a proyectar en el bar Yunta de Almagro. Si están en Buenos Aires, es una linda oportunidad porque, además, al finalizar la película habrá entrevista con el director. Más detalles, por acá.

Bonus track II. Se va terminando la Feria del Libro de Buenos Aires 2023, como ya dijimos, ese te amo, te odio dame más anual de quienes trabajan en la industria editorial y sus barrios aledaños. Por acá algunos editores me comentaron sus impresiones de esta edición, por si quieren pispear. También les dejo un recordatorio por si van a La Rural y tienen ganas de buscar los libros que comentamos Mil Lianas: los encuentran en este link.

¡Hasta la próxima!

AL

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