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El Gobierno y los grandes empresarios se pusieron de acuerdo en criticar la inflación

Cafiero y los ministros del gabinete económico recibieron hoy a los empresarios.

Alejandro Rebossio

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El Gobierno y los grandes empresarios escenificaron este jueves en la Casa Rosada el segundo encuentro del anhelado acuerdo de precios y salarios. La primera foto fue ayer con los sindicalistas. Con estos encuentros, el Ejecutivo busca alinear las expectativas de inflación de los gremialistas a la hora de pedir alzas salariales y de los hombres de negocios cuando tengan que remarcar. Funcionarios y ejecutivos coincidieron en criticar el fenómeno de la inflación. Ahora resta el esquivo desafío argentino de bajarla.

El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, abrió la reunión con los empresarios en el Museo del Bicentenario y ratificó la voluntad del Gobierno de Alberto Fernández de “construir un diálogo franco para reconstruir la Argentina”. “No existe una sociedad que se realice sólo desde el Estado, pero tampoco una que se realice sólo desde el mercado”, se definió Cafiero ante las voces que piden más una y otra cosa.

“La actividad económica se está recuperando”, destacó. “Teniendo en cuenta la pandemia y el estado de situación, lo que queremos es establecer un acuerdo político y social entre los distintos sectores de la sociedad. Por eso esta convocatoria. Si todo el esfuerzo de las empresas y los trabajadores se va por la canaleta de la inflación, no nos va a servir de nada”, parafraseó con otra lógica aquella criticada frase del dirigente radical Ernesto Sanz en 2010, cuando dijo: “La asignación universal por hijo se está yendo por la canaleta de la droga y el juego”.

Teniendo en cuenta la pandemia y el estado de situación, lo que queremos es establecer un acuerdo político y social entre los distintos sectores de la sociedad

Santiago Cafiero

“Hay que hacer más vigoroso todo el enclave exportador argentino”, opinó Cafiero, para beneplácito de quienes lo oían. Luis Pagani, titular de Arcor, está de viaje y su grupo envió a Adrián Kaufmann Brea. También está afuera Paolo Rocca, de Techint, que envió a otro ejecutivo, Martín Berardi. Tampoco fue Luis Perez Companc, de Molinos, que envío a Amancio Oneto. Estuvieron Jean Carlo Aubry, de Nestlé; Karla Schlieper, de Mondelez; Juan Garibaldi, de Danone; Teddy Karagozian, de TN&Platex; Mario Ravettino, del consorcio exportador de carne vacuna ABC; Joaquín de Grazia, de Granja Tres Arroyos; Claudio Drescher, de Jazmín Chebar; Alfredo Weber, de Gador; Gustavo Pelizzari, del laboratorio Elea (no fue su dueño Hugo Sigman, residente en España); Daniel Herrero, de Toyota; Laura Barnator, de Unilever; Lorena Bula, de Procter & Gamble; Marcela Barroso, de Ledesma (tampoco asistió su propietario, Carlos Pedro Blaquier, de 93 años, y retirado del día a día de la compañía); Martín Ticinese, de Cervecería Quilmes; Luis Galli, de Newsan (en lugar de su accionista principal, Rubén Cherñajovsky, otro que está en el extranjero); Everton Negresiolo, de Acindar; Javier Madanes Quintanilla, de Aluar y Fate; Sergio Affronti, de YPF; Christophe Dumont, de Bayer; Sergio Faifman, de Loma Negra; Guillermo Petracci, de Unipar Indupa (ex Solvay Indupa); Diego Ordoñez, de Dow Química y PBB Polisur; Pablo Gaynecotche, de Vidriería Argentina (VASA); Javier Quel, de Tetrapak; Pablo Ruival, de Arauco; Diego Pino, de Transclor; Damián Seltzer, de Bridgestone; Iván Szczech, de la Cámara Argentina de la Construcción; Daniel Funes de Rioja, de la Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios (Copal); y Juan Martínez, de la Asociación de Supermercados. Faltaron Alfredo Coto y el representante de Rigolleau.

Sólo Daniel Funes de Rioja respondió a las consultas periodísticas. Dijo que el diálogo con el Gobierno “es muy importante” para buscar una “estabilidad macroeconómica” que detenga la “espiral” inflacionaria, y afirmó que nada de eso se consiguió durante el gobierno de Mauricio Macri. Minutos antes de ingresar, el empresario de la industria de alimentos afirmó que “sin el crecimiento del sector privado, ningún país se recupera y crece”, y remarcó que ningún empresario quiere inflación.

“Este país necesita no sólo recuperarse, necesita crecer y generar empleo. Todo eso se da en un marco de estabilidad macroeconómica y nosotros no queremos la inflación”, dijo. Consultado sobre cómo había sido el desempeño económico durante el macrismo, Funes de Rioja estimó que si ese gobierno hubiera alcanzado la estabilidad “no se estaría discutiendo hoy”. Respecto de los señalamientos realizados ayer por los líderes sindicales contra los formadores de precios, comentó que la inflación no tiene un solo origen, y que “el año pasado los alimentos procesados tuvieron subieron entre 4 y 10% y la inflación fue de 36”.

AR, con información de Télam.

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