Las opciones del Gobierno para bajar el blue: señales para encaminar la macro, intervenir el mercado o pagar el costo de una devaluación
La ministra de Economía, Silvina Batakis, ofreció el pasado lunes un discurso con medidas de ajuste fiscal y monetario para calmar a los mercados, pero no lo logró. Ante las vacaciones de invierno y después de que se encareciera el dólar tarjeta, el blue o ilegal batió un nuevo récord este viernes: $ 295, para cerrar la semana en $293. Los paralelos legales también subieron: el contado con liquidación (CCL), al que recurren algunos importadores sin acceso al mercado oficial y aquellos que buscan girar fondos al exterior, llegó a $ 301,49 y el MEP (Mercado Electrónico de Pagos), para hacerse de divisas en la plaza local, alcanzó los $ 291,31. El oficial cotiza a $ 135,29.
¿Y ahora qué podrá defendernos de la devaluación del peso en los tipos de cambio paralelos? Porque si bien el mercado mayorista es donde opera la mayoría de las importaciones y es el más determinante en el índice de precios al consumidor (IPC), la suba de los dólares alternativos incrementa las expectativas inflacionarias y de depreciación del peso. Las autoridades no pueden actuar en el blue y tienen restricciones para intervenir comprando o vendiendo bonos en el CCL y el MEP a partir del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) porque esas actuaciones disminuyen las reservas, que el Banco Central se ha comprometido a incrementar.
Ortodoxos
Para buscar alternativas, elDiarioAR consultó tanto a operadores del mercado, que suelen tener una visión ortodoxa, como a economistas heterodoxos. Mauro Mazza, de Bull Market Brokers, sostiene una opinión drástica: “O llaman a elecciones anticipadas o vienen con Gendarmería y Prefectura y rompen todo. Lo más probable y lo que estamos esperando es que esta semana vengan con regulaciones muy fuertes por parte de la CNV (Comisión Nacional de Valores, donde Sebastián Negri reemplazó como presidente a Adrián Cosentino). No tenemos en claro por dónde irán, pero algo se viene. Será la primera medida de Negri, que tiene un único mandato: contener el CCL y el MEP. Obviamente, esto sólo generará que el blue se dispare”.
Otro asesor de inversiones, Jonatan Kon Oppel, opina que “las medidas que ayudan a estabilizar el precio del dólar libre son las mismas que ayudan a estabilizar la inflación: mostrar un plan y presupuesto que lleve pronto al equilibrio fiscal y mostrar que lo cumplen a lo largo del tiempo”. “Esto haría que se espere menos emisión de dinero en el futuro. Por otro lado, reformas más profundas que incentiven las inversiones en nuestro país para que aumente la demanda de pesos”, concluye el economista Kon Oppel.
Gloria Patrón Costas, analista de Portfolio Personal Inversiones (PPI), atribuye “la disparada del dólar financiero, principalmente, a la incertidumbre que impera hoy en el mercado, tras una seguidilla de factores macro que los inversores venían observando, como emisión monetaria récord, fuerte deterioro de los números fiscales, a lo que se sumó la sorpresiva salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía”. “Si bien Batakis brindó algunas señales correctas, el mercado prevaleció incrédulo a la espera de medidas concretas. La ministra habló de cumplir las metas con el FMI y alcanzar un equilibrio fiscal, pero sin dar demasiado detalle sobre cómo alcanzar estos objetivos. A priori, el aumento en la percepción de ganancias del 35% al 45% al dólar tarjeta va por el camino contrario, alimentando las tensiones cambiarias. Esta definición pone un piso de brecha entre el oficial y los dólares financieros del 80%. En definitiva, para que el dólar baje, tendrían que verse señales que muestren que Argentina busca encaminar su economía, que mejore las expectativas acerca del rumbo económico, una tarea nada sencilla, considerando la desconfianza que reina hoy entre los inversores, en medio de las renovadas tensiones políticas entre el propio gobierno. Por lo pronto, la emisión monetaria récord del Banco Central para financiar al Tesoro alimenta una nominalidad creciente en la economía y los dólares financieros acompañan”, apunta Patrón Costas, también economista.
Pablo Bachur, operador bursátil de Tomar Inversiones, recomienda subir el dólar oficial para acotar la brecha. “Idealmente, liberarlo, dentro de un plan con otras medidas que den certidumbre para adelante”, propone Bachur una receta que este gobierno jamás adoptaría, pero que Juntos por el Cambio está evaluando materializar si llega al poder en 2023, tal como hizo en 2015, aunque después en 2019 reinstauró el cepo. Otro colega suyo, que prefiere mantener el anonimato, pide al Gobierno que “demuestre que realmente irán bajando el déficit y la emisión de moneda”.
Heterodoxos
Desde la heterodoxia, Nicolás Zeolla, de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE), comienza señalando que “el dólar financiero es una referencia de expectativa, pero no tiene canales de transmisión a la economía real”. “Para bajarlo hay que intervenir mediante operatoria dólar bolsa o similares, reduciendo liquidez del mercado para evitar que parte del reflujo de liquidez se dolarice, subiendo tasas, cuyos efectos son débiles en el dólar financiero y muy fuertes en la actividad económica. O directamente eliminando controles cambiarios e impuestos y vendiendo dólares a los privados libremente, pero las consecuencias de eliminar controles sería una devaluación, una recesión y acelerar muchísimo la inflación. En una economía bimonetaria, la regulación cambiaria es indispensable y la brecha es una consecuencia de ello, un reflejo de tipos de cambio múltiples, es decir, un dólar financiero caro, algo que va a tener que existir durante un tiempo hasta atacar los efectos del bimonetarismo”, se refiere Zeolla a la dolarización del ahorro.
Enrique Dentice, profesor de la Universidad de San Martín, lamenta que “el Gobierno no consigue superar la imposibilidad de oferta de dólares”. “Tiene una pésima situación en cuanto al nivel de reservas. La desconfianza de la gente es muy grande. Todos ven que el dólar oficial tiene un valor, pero realmente tiene otro en el mercado. Eso describe la altísima velocidad de circulación del peso, que nadie lo quiere. Las expectativas son que aún no se ha devaluado todo lo que se tiene que devaluar. Todo esto sólo se puede solucionar con un programa serio para equilibrar las variables macroeconómicas y mucho pulso político, que hoy no lo tiene ni siquiera la oposición y mucho menos el Gobierno. El que mete más fuego es el propio Gobierno con sus peleas, pero también la oposición, que dice que está armando un plan, pero hay que ver si es creíble y soportable para la población. No hay instrumento que sirva si no hay credibilidad. Se puede seguir haciendo lo que se está haciendo, pero no cambia las expectativas de la gente”, advierte Dentice.
AR
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