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EE.UU.

Despidos, visados y la izquierda investigada: el trumpismo pone en marcha una 'caza de brujas' tras el asesinato de Kirk

El presidente de EEUU, Donald Trump, camina hacia el Air Force One en el Aeropuerto de Morristown el 14 de septiembre de 2025 en Morristown, Nueva Jersey.

Andrés Gil

Washington —

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Se están produciendo despidos: de profesores, comentaristas de la MSNBC, columnistas del Washington Post, profesores y miembros de las fuerzas armadas. Se están anunciando retiradas de visados a periodistas, como uno alemán que comparó prácticas de Stephen Miller, adjunto a la jefatura de Gabinete de la Casa Blanca, con el nazismo. Y se están anunciando investigaciones contra organizaciones consideradas de izquierda, como la Open Society Foundation, de George Soros.

Después de los migrantes, deportados sin garantías judiciales a macrocárceles; la ofensiva contra las universidades; los estudiantes propalestinos; los despachos de abogados progresistas; los comunicadores críticos; los recortes de garantías y derechos para la diversidad; y los despliegues militares en ciudades demócratas, la Administración Trump está dando un paso más en su agenda ultra.

El trumpismo está lanzando una caza de brujas contra todas aquellas personas acusadas de izquierdismo, en tanto que el propio Trump responsabilizó a la izquierda del asesinato de Charlie Kirk. Referentes mediáticos ultras con Steve Bannon o Laura Loomer están pidiendo desde afuera esa ofensiva contra la izquierda y la Casa Blanca está respondiendo.

Es más, el propio Miller reveló que en una de sus últimas conversaciones con Kirk, el comentador ultra le había pedido atacar a las organizaciones de izquierda: los mismos que reivindican la libertad de expresión y acusan al wokismo de cancelar lo que no le gusta, están en una dinámica creciente de control de lo que se dice, dónde se dice y cómo se dice. Y haciendo pagar con su trabajo a quien, según ellos, haya celebrado, relativizado o bromeado con el asesinato de Kirk.

Hasta tal punto hay una comunión total entre lo que representaba Kirk y esta Casa Blanca, que este lunes el vicepresidente de EEUU, JD Vance, presentó el programa de Kirk desde la Casa Blanca y por los micrófonos pasaron miembros importantes del Gabinete, como el propio Miller; la jefa de Gabinete, Susie Wiles; el secretario de Salud, Bobby Kennedy JR.; y el comentarista Tucker Carlson, entre otros.

Y no solo eso: el programa de dos horas se pudo seguir en dos pantallas colocadas en la sala de prensa de la Casa Blanca.

El vicepresidente estadounidense, J. D. Vance, en los monitores de la Sala de Prensa de la Casa Blanca mientras presenta "The Charlie Kirk Show" en honor al activista ultra asesinado, el 15 de septiembre de 2025.

Durante el programa, Vance y Miller dieron pistas de la investigación a la izquierda anunciada el domingo por la noche por Trump y avalada, según los protagonistas, por el propio Kirk.

“El último mensaje que me envió Charlie”, dijo Miller, “creo que fue justo el día antes de perderlo, es que necesitamos una estrategia organizada para perseguir a las organizaciones de izquierda que promueven la violencia en este país. Escribiré esas palabras en mi corazón y las llevaré a cabo. La gente me pregunta qué emociones siento ahora mismo: hay una tristeza increíble, pero también una ira increíble”.

Y añadió: “Pongo a Dios por testigo que utilizaremos todos los recursos disponibles en el Departamento de Justicia, Seguridad Nacional y en todo este gobierno para identificar, desmantelar y destruir estas redes y hacer que Estados Unidos vuelva a ser un lugar seguro para el pueblo estadounidense. Lo haremos, y lo haremos en nombre de Charlie”.

El vicepresidente de EEUU, JD Vance, afirmó: “Vamos a perseguir a la red de ONG que fomenta, facilita y participa en actos de violencia inaceptables. La violencia no es aceptable en nuestro sistema”.

“Estamos creando la misma cultura del miedo que deberíamos intentar combatir”, afirma Adam Goldstein, de la Fundación para los Derechos Individuales y la Expresión.

Trabajadores, tanto estatales como federales, fueron reprendidos por sus publicaciones en redes sociales, y varios empleados del sector privado fueron blanco de ataques de personalidades de derecha. También periodistas, como el comentarista de MSNBC despedido la semana pasada, Matthew Dowd, por poner contexto a la muerte de Kirk –“Fue una de las figuras más divisivas, alguien que constantemente promovió este tipo de discurso de odio”– o la columnista de The Washington Post Karen Attiah, por postear una frase elocuente de Kirk: “Las mujeres negras no tienen la capacidad de procesamiento cerebral necesaria para ser tomadas en serio. Hay que robarle el puesto a una persona blanca”.

También se están anunciando retiradas de visados a periodistas. Este mismo domingo, el número dos del secretario de Estado, el vicesecretario Christopher Landau, anunciaba en X la retirada del visado a un periodista alemán que hacía una descripción muy crítica de Stephen Miller.

“Es inaceptable que el personal militar y los civiles del Departamento de Guerra celebren o se burlen del asesinato de un compatriota estadounidense”, publicó el jueves en X el portavoz del Departamento de Defensa, Sean Parnell. “El Departamento de Guerra tiene tolerancia cero al respecto”.

“Estamos siguiendo de cerca todo esto y lo abordaremos de inmediato. Es completamente inaceptable”, respondió el secretario de Defensa, Pete Hegseth. La Guardia Costera, la Armada y la Fuerza Aérea de EEUU declararon que están investigando las publicaciones de algunos empleados tras la muerte de Kirk.

El secretario de la Armada, John Phelan, afirmó que los uniformados y civiles de la Armada y el Cuerpo de Marines que “muestren desprecio” hacia Kirk en redes sociales “serán tratados con rapidez y decisión”.

La Universidad Estatal de Middle Tennessee anunció el miércoles el despido de un empleado por “comentarios inapropiados e insensibles en redes sociales sobre el horrible y trágico asesinato de Charlie Kirk”, según un comunicado del rector de la universidad. La Universidad de Mississippi también lo hizo, informa Notus, que relata que docentes de escuelas primarias públicas también están siendo sancionados y despedidos.

A nivel estatal, el Departamento de Educación de Florida anunció el jueves que investigará a los profesores que hicieron “comentarios despreciables en redes sociales” sobre la muerte de Kirk. Ryan Walters, secretario de instrucción pública de Oklahoma, declaró que su departamento también está haciendo lo mismo: “No permitiremos que ningún docente a cargo de nuestros alumnos celebre el asesinato de nadie. La muerte de Charlie Kirk es una tragedia para todo nuestro país. Cualquier docente que celebre su muerte será vetado de la docencia”.

Es una táctica que el propio Kirk ayudó a popularizar. Turning Point USA, la organización ultra juvenil que fundó el activista asesinado, lideró campañas contra profesores que sus miembros consideraban demasiado izquierdistas. TPUSA aún mantiene una “lista de vigilancia de profesores” pública donde los estudiantes pueden denunciar a empleados universitarios con puntos de vista opuestos.

David Keating, presidente del Instituto para la Libertad de Expresión, declaró a Notus que las instituciones deberían reunirse con especialistas en la Primera Enmienda sobre las publicaciones de los empleados e informar al público que están investigando mientras tanto, en lugar de “disparar primero y pensarlo después”.

Pero la Administración Trump lo tiene claro. Así lo explicó JD Vance en el monólogo final del programa de Kirk este lunes, emitido en directo en la sala de prensa de la Casa Blanca, y en el que citaba un artículo crítico con el activista ultra en The Nation: “No hay unidad con alguien que miente sobre lo que dijo Charlie Kirk para justificar su asesinato. No hay unidad con quienes celebran el asesinato de Charlie Kirk y no hay unidad con quienes financian estos artículos, quienes pagan los salarios de estos simpatizantes terroristas que argumentan que Charlie Kirk, un esposo y padre amoroso, merecía un disparo en la nuca porque pronunció palabras con las que no están de acuerdo”.

Y concluye poniendo los primeros nombres y apellidos: “¿Sabían que la Open Society Foundation de George Soros y la Fundación Ford son los grupos que financiaron ese repugnante artículo que justifica la muerte de Charlie? ¿Saben que se benefician de un generoso tratamiento fiscal? Están literalmente subvencionados por ustedes y por mí, los contribuyentes estadounidenses. ¿Y cómo nos recompensan? Vamos a desmantelar las instituciones que promueven la violencia y el terrorismo en nuestro propio país”.

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