¿Hay lugar para una tercera fuerza en Argentina?
“PG: ¿Cuál es el destino de las terceras fuerzas en la Argentina? Y lo pregunto para después preguntarnos cuál puede ser el destino de Lavagna...
RH: Yo ahí lo primero que diría es que una una tarea cuesta arriba construir una tercera fuerza y me parece que hay una historia de terceras fuerzas. No sólo de anchas avenidas del medio, sino también de terceras fuerzas, porque hay unas que quisieron ponerse en otro lugar del cuadrante político ideológico, no solamente ir a buscar el punto medio, pienso en el socialismo. Pero me parece que viéndolo en perspectiva, la historia argentina no ha sido amable con esa iniciativa. Lo lamento por momentos.
PG: ¿Por ejemplo? ¿Por dónde empezarías?
RH: Primero, diría lo siguiente. Cuando uno mira la política argentina en el largo plazo, uno de los rasgos que la caracteriza es que tiene partido dominante. Pasó con el PAN durante 30 años, el partido que controlaba la política argentina. En un momento el PAN se derrumbó. Vino la Unión Cívica Radical y por otros 30 años fue el amo del sistema político. Incluyo acá los años del fraude porque seguía siendo la fuerza dominante. Y en un momento se derrumbó y aparece otra cosa que se llama peronismo, del cual todavía no hemos salido. Seguimos en la estela abierta en el 45. Y un partido muy fuerte tiende a construir un polo opositor. Y me parece que es muy difícil buscar una tercera posición si el sistema político se organiza de esa manera. Entonces yo empezaría diciendo que la primera de esas tercera fuerzas, la que quiso ocupar un lugar como tercero en discordia, fue la Unión Cívica Nacional de Mitre. Tenemos el PAN dominando el Estado, controlando la política durante un tiempo muy largo; en una posición disidente, la Unión Cívica Radical, no siempre es el centro del escenario y no siempre con mucha fuerza, pero ocupando por lo menos simbólicamente, el rol de oposición. Y la Unión Cívica Nacional de Mitre, acercándose o alejándose de acuerdo a circunstancias específicas, a contextos específicos. Y finalmente, creo que no logró tanto porque cuando vino la era democrática…
PG: De hecho, entraron todos al radicalismo.
RH: Se tuvieron que buscar un segundo lugar, una segunda casa desde.
PG: Es muy interesante. En realidad en parte perduraron por la política que seguía la segunda fuerza, la fuerza opositora. Porque la revolución y la abstención les daba un lugar, como le daban lugar al socialismo. Y tuvieron algún momento de cordialidad el radicalismo y la Unión Cívica Nacional, mientras Bernardo de Irigoyen estuvo allí y mientras Hipólito no pegara un golpe en la mesa en el 97“.
“RH: Uno podría poner (en esta lista) a Alsogaray, la UCeDe, de efímera suerte también.
PG: Es interesante cómo fue su efímera suerte, porque parece Alfredo Palacios protestando porque el peronismo le robaba las banderas. El programa más que las banderas. Tuvo mucha influencia a fines de los 80, durante los 80, diría yo. Hasta que llega Menem y Menem es -no es exacto lo que voy a decir- pero es la realización de un programa liberal popular que deja sin lugar a la UCeDé y deja sin lugar a la familia Alsogaray...
RH: Al punto tal que la mayor parte de los dirigentes de la UCeDé terminan migrando al peronismo en esa extraña confluencia.
PG: Eso significa entonces que Francisco Manrique fue absorbido por el radicalismo alfonsinista y que la UCeDé como aspirante a tercera fuerza fue absorbida por el peronismo menemista.“
“PG: ¿Y entonces Roberto Lavagna?
RH: Bueno, yo creo que si Lavagna se mira en este espejo histórico, no estoy muy seguro de que tenga tantas razones para festejar.
PG: Estoy de acuerdo con vos. Lo único que yo diría es que quizá no está festejando. Quizás con su epístola de fin del 2020 lo único que está pretendiendo es entrar al año electoral recobrando una fisonomía propia para no desaparecer del todo. Porque su partido no pertenece al Frente de Todos. Jugó un rol equivalente al que Sergio Massa jugó con Macri en los primeros dos años de su gobierno.
RH: Una suerte de aliado externo.
PG: Y ese aliado externo, para existir como tal, necesita en los momentos electorales diferenciarse de aquél con el cual está colaborando. Quizá no tenga mucha otra aspiración más que esa. Pero sí la tiene, coincido con vos, creo que estaría equivocado.“
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