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ENTREVISTA

Carlos del Frade: “No hay nada mejor para el negocio del narcotráfico que mandar fuerzas de seguridad a los barrios”

El diputado provincial de Santa Fe Carlos del Frade

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El diputado provincial y periodista Carlos del Frade, que aspira a la relección, analizó en esta entrevista el panorama electoral a diez días de las elecciones en Santa Fe y brindó detalles sobre el alcance del narcotráfico en esa provincia. “La curiosidad que está en la gente es saber si el resultado de Javier Milei a nivel nacional tendrá algún tipo de canalización en las elecciones provinciales que vamos a disputar el 10 de septiembre”, reflexionó.

-¿En qué condiciones llega el peronismo el gobernador Omar Perotti a la elección? Después de un resultado muy malo en el que salieron huyendo los cientos de de miles de votos que había cosechado en 2019 y con un Cambiemos muy fortalecido. La oposición ganó las primarias y perdió el oficialismo. ¿Por qué se dio ese resultado? ¿Y cómo lo ves hacia adelante?

-El gobierno de Perotti expresa el pejotismo conservador y siempre amigo de los grandes capitales, y por eso provoca este rechazo en la población. La idea de generar un espacio en el que converjan las distintas fuerzas del peronismo no termina siendo real, porque los sectores transformadores progresistas jamás tienen la posibilidad de utilizar las herramientas de transformación del Estado y, en este caso nada menos que el Estado de la provincia de Santa Fe, que no es cualquiera. Estamos hablando de una economía que produce 50 mil millones de dólares anuales de producción bruta geográfica, como se denomina, y que tiene 660.000 personas por debajo de la línea de la pobreza. Esa obscenidad, más la falta de conducción política para eliminar los nichos de corrupción de la policía, que son los que constituyen las bandas narco policiales que se comen la vida de nuestras vidas y nuestros pibes en los barrios, generó un rechazo al gobierno de Perotti y por lo tanto, el crecimiento en las elecciones de Maximiliano Pullaro, que justamente había sido el ministro de Seguridad de Miguel Lifschitz, que había sido rechazado por eso y en aquel momento había ganado Perotti. Ahora, increíblemente, cuatro años después, el que era el ministro de Seguridad de Lifschitz, el más cuestionado, termina siendo el sucesor o puede terminar siéndolo porque la diferencia entre este frente que se constituyó es de casi 700.000 votos. Es muy difícil recuperar esas elecciones, pero siempre el futuro está abierto. Igualmente me da la sensación que la respuesta a tu pregunta directamente está vinculado a que Perotti expresa la derecha y el peronismo conservador que no termina nunca de evaporarse y eso genera que el Estado termine siempre sirviendo al poder económico concentrado, como tiene la provincia de Santa Fe.

-¿Hay una tendencia imparable o se procesó a nivel social de alguna manera y puede generar algún tipo de sorpresa en diez días, cuando los santafesinos vayan a votar otra vez?

-En todo caso, la curiosidad que está en la gente es saber si el resultado de Javier Milei a nivel nacional tendrá algún tipo de canalización en las elecciones provinciales que vamos a disputar el 10 de septiembre. Esa es la mayor duda, pero no hay duda sobre si se puede dar vuelta o no la elección. Eso no está planteado en casi ningún sector político ni tampoco en las organizaciones sociales o sindicales. Igualmente hemos visto que el gobernador Perotti se puso la campaña a su espalda. Lo que pasa es que él va de candidato a diputado provincial igual que yo, y el candidato a gobernador del peronismo es Marcelo Lewandowski, y lo vemos muy solo, muy separado, lo que también marca la disgregación este deshilachamiento que tiene el peronismo a nivel provincial. La expectativa política es saber si alguien puede canalizar esos votos que mayoritariamente también tuvo Milei en la provincia de Santa Fe. Es posible que allí aparezca una vez más la figura de un fenómeno extraño en la política, pero real y concreto, con muchísimos votos, que es Amalia Granata, quien dice estar en la línea de Milei. Así que la sorpresa puede estar allí nada menos que en esta elección tan importante que es la Cámara de Diputados. Igualmente la que sacó mayor cantidad de votos es Clara García, una mujer que viene del socialismo. Pero hoy el socialismo dio este volantazo hacia la derecha, juntándose en este frente por sobre todas las cosas antiperonistas que se configuró en la provincia de Santa Fe.

-¿Y por qué? ¿Por qué Milei se queda con los votos de lo que es Juntos por el Cambio a nivel nacional? ¿Por qué pensás que expresa mejor a esos votantes y termina dando esta sorpresa en la presidencial en Santa Fe?

-Porque considero que es mucho más directo y más firme en su crítica a todos los sectores políticos, incluyendo al propio macrismo. Entonces Patricia Bullrich parece tibia. Milei representa la década del 90. Él lo dice sin ningún tipo de ocultamiento. Él cree que el mejor gobierno de la historia fue el de Carlos Menem y por eso tiene como asesor económico a Roque Fernández, aquel ministro de Economía que a los santafesinos nos robó mil millones de dólares cuando liquidó el Banco Integrado Departamental en la Semana Santa de 1995. Con él fue a negociar al Fondo Monetario Internacional. La figura de Milei es más representativa del castigo a los sectores políticos que cualquier otra, incluso por derecha, como representa la propia Bullrich. El símbolo más claro de castigo a la política, que es lo que planificó el poder económico a través de sus partidos políticos, son los grandes medios de comunicación desde el 2018 al presente, teniéndolo permanentemente adentro de la casa de cualquiera de nosotros, como era Milei a través de las pantallas de televisión, terminó siendo lo que eligió el sistema: un castigo por arriba y por derecha. Y eso es lo que termina haciendo Milei y por eso lo terminan votando. Ahora la gran pregunta es qué va a pasar en aquellas elecciones de octubre en las que empieza a aparecer casi como necesidad saber que Milei sirvió para golpear lo que no se quiere, pero ahora ¿qué es lo que quiere Milei? ¿Tiene que ver con lo que yo quiero para mis seres amados, para mis hijas, para mis hijos, para mis amigos, para mis compañeras, mis compañeros? En esa opción, el futuro está abierto y decididamente las cosas pueden cambiar.

-¿Una de las grandes sorpresas fue el triunfo de Juan Monteverde? ¿En qué se diferencia esta expresión en la que confluyen sectores de centroizquierda y izquierda de otras experiencias progresistas en la provincia, a nivel nacional y del kirchnerismo en particular? ¿Qué es lo que tiene de distinto y que logró concitar la atención de de muchos rosarinos?

-Sin duda. Monteverde va a ser el próximo intendente de la ciudad de Rosario. Apuesto fervientemente por su construcción porque los conozco desde sus orígenes, antes incluso de la primera campaña de 2015, que generó nada más y nada menos que tuvieran tres concejales y a partir de allí no pararon de crecer. Es una extraordinaria opción, verdaderamente progresista y transformadora en la ciudad de Rosario. A diferencia de lo que ocurrió en otros lugares, aquí se juntaron con la muchachada del Movimiento Evita e hicieron una interna en Rosario que iba por dentro del peronismo y ganaron esa interna. Por lo tanto, se han convertido en quienes disputan el Ejecutivo municipal de una de las ciudades más importantes de América del Sur. Así que ese discurso progresista, real, concreto, inteligente, con mucha audacia, puede generar un motivo de esperanza no solamente para el pueblo de Rosario sino para la Argentina, en un marco en el que evidentemente las ideas de los '90, de la mano de Milei y de su candidata a Vicepresidenta (Victoria Villarruel), que además es negacionista de la dictadura, puede llegar a ser un punto de inflexión, insisto, no solamente para Rosario, sino para toda la Argentina.

-Te lo pregunto por el hecho de que asistimos a nivel nacional a lo que pareciera ser un agotamiento del ciclo kirchnerista que lleva como candidato a Sergio Massa, que no pudo presentar un candidato que tenga que ver con con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Rosario sorprende en ese contexto. ¿Uno supone que que hay una diferencia, no? Al menos en el discurso con con lo que tiene que ver con los años del kirchnerismo en el poder.

-Sin dudas. Por eso es tan interesante ver como la renovación con nuevas generaciones de visión progresista pueden también discutir el poder y necesitar el Estado para justamente construir políticas públicas de transformación desde el poder. Por eso esa disputa es muy diferente a las izquierdas tradicionales que generalmente se quedaron en lo testimonial. Fue muy importante esa discusión que dio Ciudad Futura para discutir el Ejecutivo y me parece que es posible que eso se empiece a repetir en otros lugares. En Santa Fe, la experiencia fue al revés. Sectores del peronismo decidieron irse del pejotismo por todo esto que estamos hablando de la experiencia de Perotti. Se juntaron con sectores de izquierda, pero esa vez por afuera del peronismo y van a disputar la Intendencia, pero quizás con menos intención de voto. Lo de Juan (Monteverde) está a un paso de ser realmente un hecho histórico. Por eso es tan interesante esta confluencia de distintos sectores que se van alejando de los sectores conservadores y logran una representatividad política muy importante a la hora, ya no solamente de legislar, sino de ejecutar y estar a cargo de poderes ejecutivos tan importantes como el caso de Rosario.

-Leía una nota tuya en la agencia Pelota de Trapo que hablaba del narcotráfico, uno de los temas que más conocés. Planteas dos puntos de vista: uno de Massa que, en sus declaraciones de campaña ahora como candidato, propone saturar las calles de gendarmes para que Rosario deje de sangrar. Vos decís que es la consigna de distintos gobiernos desde hace más de 20 años y todos se igualaron en el fracaso. Por otro lado, planteas la visión de los que ya se sienten vencedores de las elecciones provinciales. Aseguran que hace falta adherir a una ley de narcomenudeo, una herramienta que sirvió solamente para garantizar nuevas cajas negras a las policías provinciales. ¿Por qué pensás que se insiste desde los distintos sectores de la política en repetir consignas o propuestas que ya se demostraron inviables en Rosario?

-A mí me parece que eso es lo que le conviene a Estados Unidos. Cuando Richard Nixon fundó la DEA (Administración para el Control de Drogas, en español) el 1 de julio de 1973, lo hizo con la idea de mandar los ejércitos de cada uno de los países para ir en contra de la pibada que consumía distintas drogas, convirtiendo a los pibes no solamente en elementos subversivos, sino que además los calificaba de narcotraficantes y eran lo que había que eliminar. Para eso, Estados Unidos garantizaba dos cosas: control político sobre la población joven para no repetir la idea de que mucha juventud en América Latina se vuelva revolucionaria, como sucedió justamente en los años '70; y por el otro lado, garantizar el negocio, porque al llenar las cárceles de América del Sur de gente pobre y muy joven, lo que genera es que el circuito del dinero. No hay nada mejor para el negocio del narcotráfico y el control de armas que justamente mandar fuerzas de seguridad a los barrios para que se garantice el flujo de dinero. Nunca hubo tanto narcotráfico en América Latina desde la implementación de esta política de Estados Unidos. Por eso es lo único que dicen los partidos que tienen llegada nacional e internacional directamente vinculados a los Estados Unidos. Con ese criterio de mano dura hacia abajo y mano blanda para arriba, garantizan el flujo de dinero del narcotráfico y del contrabando de armas, que son dos de las principales cinco arterias que tiene el capitalismo de hace 60 años. Por eso me parece que siempre se repiten las mismas fórmulas del pasado que van al fracaso, pero que para ellos le viene bárbaro porque se genera más dinero por narcotráfico y por contrabando de armas, y más dinero para las empresas privadas que le venden tecnología de seguridad a los estados subnacionales que son las provincias. Es un gran negocio, convirtiendo al Estado cada vez más bobo, cada vez más cómplice, y con el drama que esto acarrea, especialmente para los sectores juveniles de los barrios, no solamente en la provincia de Santa Fe, en toda la Argentina, en toda América del Sur.

-Vos decías que en Rosario hay 40 bandas narco policiales que tomaron el poder.

-Esto es lo que decíamos en diciembre de 2012. Las bandas narco policiales efectivamente tienen gobiernos de facto en determinados barrios de la ciudad de Rosario.

La curiosidad está en saber si el resultado de Javier Milei a nivel nacional tendrá algún tipo de canalización en las elecciones provinciales que vamos a disputar el 10 de septiembre.

-Las estadísticas de las víctimas son escalofriantes porque son pibes y pibas de menos de 30 años. Esto que mencionabas sobre la necesidad de cortar el flujo de dinero, ¿qué hace falta para intervenir en ese circuito? ¿Y cómo se hace desde el Estado para lograr la intervención en un circuito de dinero que surge del narcotráfico?

-Allí es central el rol que tiene que jugar el Banco Central de la República Argentina. Es el sistema bancario el que termina captando todo el dinero sucio y lo blanquea. Es el 30% del sistema financiero internacional, como lo viene diciendo las Naciones Unidas desde hace tanto tiempo. Necesitamos un sistema de alerta de operaciones financieras sospechosas, algo de lo cual se viene hablando desde hace 30 años, cuando se empezó a hablar del delito de lavado de dinero en la Argentina. Pero eso no se aplica. Por eso incluso Milei habla de sacar al Banco Central. Si hacés eso no habrá ningún tipo de órgano de control para que justamente fluyan cada vez con mayor facilidad los dineros ilegales. Por eso Milei habla de venta de órganos, armas y drogas con con tanta facilidad, porque sabe que el flujo de dinero que sostiene al capitalismo hoy mayoritariamente tiene que ver con la economía ilegal. Lo que necesitamos es, insisto, sacar el Estado bobo y cómplice, pero hacerlo mejor al Estado, entre otras cosas, al Banco Central, para que haga este sistema de alertas de operaciones financieras sospechosas y justamente se corte el flujo del lavado de dinero. Eso es vital. Por ahora no se hizo en la Argentina. El año pasado hubo menos de 300 delitos vinculados al lavado de activos y eso me parece que es directamente proporcional a la impunidad de los delincuentes de guante blanco que están por encima de todo esto.

-Vos planteabas también la necesidad de recuperar el Banco Provincial de Santa Fe y que este banco está sospechado de ser responsable del principal flujo que proviene del lavado de dinero. Contá un poco cómo es esta situación, ¿qué elementos hay y por qué es necesario?

-En 1998, durante el segundo gobierno de Menem, mientras Roque Fernández era el ministro de Economía, ocurrió la privatización de dos cosas muy importantes que tenía el Estado santafesino: los puertos, por un lado, especialmente el de Rosario; y el Banco Provincial de Santa Fe. Fueron 135 años de construcción colectiva de varias generaciones para tener un sistema bancario que ayude fundamentalmente a los sectores trabajadores y a la clase media. Era uno de los bancos más importantes de América del Sur. Lo privatizaron y se lo entregaron al Banco General de Negocios de los hermanos Rohm. Terminaron muriéndose los dos que estaban presos en cárceles de Estados Unidos por lavado de dinero del narcotráfico. Eso es impactante porque la provincia de Santa Fe le entregó entre 1998 y el 2002 la logística para el lavado de dinero a las bandas narcos de toda América del Sur. Por eso la característica que tiene esta provincia, y que no tiene ninguna en la Argentina, es que entregaron la banca pública a lavadores de dinero del narcotráfico. Eso también lo que hace la diferencia con respecto a la violencia que vemos allí en relación a otras provincias.

-Si algo demuestra lo que fue un gobierno errático de Perotti es su política de seguridad. Él comienza con con Marcelo Saín, cambia alrededor de cuatro ministros y termina con un gendarme como Claudio Brilloni. ¿Cómo explicas este este derrotero?

-Marcelo Saín tenía una idea muy clara de que también había que enfrentar a los sectores políticos vinculados a la corrupción. Y fueron esos sectores políticos los que justamente lo terminan echando, en alianza justamente con quienes ahora van a ganar la provincia porque Saín golpeó muy duro contra lo que fue la administración de Pullaro. Entonces a Saín lo terminan sacando de todas esos lugares donde reside el poder político y judicial en la provincia de Santa Fe, eso que yo llamo PUS, el Partido Único Santafesino, una alianza estructural de los sectores conservadores del peronismo, el socialismo, el radicalismo, el PRO, la Iglesia y los grandes medios de comunicación, que son los que realmente hacen que una provincia con tanta riqueza tenga tanta obscenidad de pobreza. Así que lo que generó la salida de Saín fue volver a la idea de cómo comandar la policía. La policía es una sociedad anónima, está dividida en varias bandas. Esas bandas además interactúan con las bandas narcos que aparecieron en los últimos 20 años en los principales departamentos de la provincia, y la seguridad termina siendo, en lugar de una cuestión política, una especie de resignación de la política a lo que pasa en los barrios. Brilloni es un hombre con experiencia. Se lo ve honesto, pero se lo ve sin poder político para sacar de los patrulleros a los que se suben para cuidar los bunkers en lugar de cuidar a la gente. Y eso para mí es el tema político por excelencia. Eso lo tiene que hacer el sector político. No es un problema policial. La policía es un problema político que se debe resolver recuperando, entre otras cosas, el control de la comisaría y poner en los barrios aquello que hace falta, que es trabajo, educación, cultura, alegría y deporte, y así empatarle a lo que ofrece el mundo ilegal, que son drogas y armas.

-Leía una nota de Luciana Rosende en Tiempo Argentino en la que habla de un dato menos conocido relacionado a Rosario y a la trama del narcotráfico. En base a cifras del Ministerio Público de la Acusación, dice que durante 2022 se registraron 288 asesinatos que tienen que ver con el narcotráfico, pero también hubo 460 suicidios, casi el doble que dos años atrás, en 2020. Vos decías que esto está relacionado en parte también con el narcotráfico. Me sorprendió ese dato tanto del del de la cifra de suicidios como de las causas, y quería que que expliques un poco en qué se vinculan los suicidios.

-Nosotros fuimos a investigar a dos lugares de la provincia en los últimos años cuando se habían producido muchos suicidios. Uno de ellos era una ciudad del norte profundo de la provincia, Villa Ocampo, un lugar muy empobrecido en donde había muchos suicidios de chicas y chicos adolescentes. Después otro lugar en el oeste, San Jorge, que estaba vinculado al desarrollo rural, al modelo de la soja, donde las cosas son muy diferentes en lo económico. Sin embargo, ahí también había muchos suicidios y en ambos casos pudimos investigar el relato de chicas y chicos que eran consumidores. Entraban en deuda con quienes le proporcionaban la droga y entonces los amenazaban con que le a matar a un ser querido. Entonces resolvían matarse para que justamente no sufrieran la pérdida. Era impresionante, porque el dolor me imagino que debe haber sido traumático para cada una de esas familias. Era la tremenda soledad de las chicas y de los chicos. Esto también se da en Rosario. Lo que sí queda claro es que hay muchos suicidios porque hay mucha gente que cree que no tiene futuro y que no le encuentra sentido a seguir viviendo. Y eso me parece que es un cuestionamiento estructural muy fuerte a todos los sectores políticos en la provincia. Deberíamos hacer algo de política pública para no dejar tan en soledad a las chicas y los chicos que se desesperan de esta manera, que terminan siendo consumidores, consumidos, o sicarios, o matadores, o matados en un negocio que les traga la vida porque, entre otras cosas, creen que la vida no tiene futuro. Esto para mí también está en parte de lo que se votó el otro día en las PASO nacionales. Solamente se tiene el presente. El presente genera mucha bronca, se vota así y no se piensa en función de futuro. La gran cuestión para transformar esto es dar un futuro en lo electoral, en lo social, en lo económico, en lo laboral y en lo cultural. Ese es el gran desafío en Rosario, en Santa Fe y en la Argentina.

Entrevista realizada por Diego Genoud en su programa Fuera de Tiempo (Radio Con Vos)

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