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EL AÑO ELECTORAL Escenas de la campaña

Radiografía del votante K: el menú que aparece ante Massa y el karma del FMI

Cristina Kirchner durante un acto en el Estadio Único

Pablo Ibáñez

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Arriba, al tope, está el karma del FMI y sus derivaciones: el componente económico y la deuda, claro, pero sobre todo la dimensión política y las limitaciones, así entendidas, para el desarrollo de la economía criolla. Para 9 de cada 10 votantes K, el universo que suele llamarse “kukismo”, no hay destino posible si el fondo monetario sigue en Argentina con sus imposiciones y sus recetas.

La demanda aparece en un informe que explora las demandas del voto puro y duro K. “El desafío de hablarle a la base propia (a partir de lo que esa base propone)” lleva por título el análisis y lo hicieron Juan Martín Gené, Natalia Torres y Martín Romeo, politólogos Gené y Torres, investigador de opinión pública, Romeo, a partir de un planteo que hizo tiempo atrás Cristina Fernández de Kirchner respecto a que lo imprescindible era confeccionar un “programa de gobierno” que “vuelva a enamorar a los argentinos y las argentinas”.

El estudio, que llegó a manos de Eduardo “Wado” De Pedro, y fue consumo e insumo en la cima del poder cristinista, ofrece un registro para entender los reclamos y el comportamiento del espacio que en términos políticos y electorales es el socio mayor de UP, el que sufrió una desazón cuando Sergio Massa emergió como el candidato de “síntesis” del panperonismo y, en el mismo acto, naufragó la experiencia “Wado” De Pedro que, por varias razones -propias y la vice de Juan Manzur- tampoco había generado entusiasmo.

Es una radiografía del votante K puro y duro. El desendeudamiento, como medio para desmarcarse del FMI, es el tema prioritario para la amplísima mayoría de ese universo electoral hiperleal a la vice mientras que, luego, aparecen las “Regulaciones defensivas” -que agrupan demandas referidas a lo cuestiones como el control de precios y la defensa de los salarios- y la “Desconcentración de poderes fácticos”, en este caso entendido como procedimiento para “recomponer el poder popular” que “se percibe perdido y apropiado por unos pocos”. Más abajo aparece la cuestión judicial y, al final, en el top 5 que enfoca el estudio, la “recuperación de la identidad peronista en su fase fundacional” que, indica el informe, “no contraponen sino que vinculan con el kirchnerismo”.

Torres, Gené y Romeo -que forman parte del ecosistema K- tomaron un universo abiertamente kirchnerista: suscriptores de sitio InfoSiberia, vinculado a Juan Martín Ramos Padilla, cuyos lectores son “predominantemente kirchneristas” y “altamente politizado”. El análisis partió de preguntas abiertas -cuyas respuestas se recolectaron antes de que se definan los candidatos de UP- que luego fueron agrupadas, por temática, por los autores que eligen ese universo como registro del votante y militante K.

Por tratarse de un grupo de alta identificación y militancia intensa, para los autores lo que demanda y exprese ese sector se vuelve relevante por varias razones. Una tiene que ver con que la principal oferta de UP, Sergio Massa, no encaja con la mirada de ese universo K. Es, de hecho, el espacio que se sintió el golpe del a bajada de “Wado” y la aparición de Massa como el candidato “de Cristina”. Ante eso, el perfil que adquiera Massa en la campaña, puede generar niveles de confrontación o resistencia del votante K.

Massa y Grabois

En los últimos días, mientras negocia con el staff del fondo, Massa repitió el mantra de que hay que pagarle al FMI para sacárselo de encima. No era, al menos con esa literalidad, un planteo que había antes. Encaja, además, con un modo más belicoso, en la disputa pública, respecto a la negociación con el organismo. Un Massa que, en ese sentido, es más candidato que ministro.

Otra razón refiere a que Massa aparece como el tercer episodio de una película conocida por el votante K, en la que Cristina convoca a votar a un dirigente que no es propio. Ocurrió con Daniel Scioli, con Alberto Fernández y, ahora, con Massa. Los autores plantean que el voto ultra K es, al final, pragmático porque acata lo que indica o sugiere Cristina pero a la vez, sobre todo al mirar la experiencia “fallida” del gobierno del Frente de Todos (FdT) -el contrato electoral incumplido- desliza una crítica a la vice, o a la dirigencia K, por no haber hecho más para impedir la decepción del “gobierno albertiano”.

Sobre la gestión Fernández “”ya no sienten motivación para su defensa“ aunque ”no implica votar por fuera de UP“. Entre las críticas recurrentes al presidente está que ”no se cuestionó la legitimidad de la deuda, no se consiguieron cambios reales en la justicia, no se cuidó el poder adquisitivo de los salarios, no se pudo avanzar con Vicentín ni con la desmonopolización de poderes antipopulares“. La síntesis: ”Es un gobierno no peronista del que nadie se hace cargo pero que es motivo de vergüenza para casi todos“. En paralelo, eso generó entre los votantes K una sensación de ”orfandad“.

En simultáneo, Grabois parece haber detectado hace mucho cuáles son los planteos del universo cristinista puro y duro, y en su posición pública interpela a esos votantes. La aparición, por segunda vez en 15 días, de Cristina Kirchner junto a Massa y la serie de actividades que el ministro comparte con dirigentes y referentes del ecosistema K, en particular La Cámpora, parecen dirigidos a evitar la fuga de voto propio hacia Grabois. El lunes, en una entrevista con Carlos Pagni, el dirigente sostuvo que la gestualidad pública de Cristina y La Cámpora responde a pedido del propio Massa.

Tensiones

Para los autores, lo que piensa el universo K “no es algo para desdeñar” en la campaña. “Si Massa gira hacia el centro, antes o después va a tener un conflicto con ese votante y eso es especialmente riesgoso porque en la elección no sobra nada”, apuntan. Tiene que ver la lectura referida a que hasta las PASO, Massa debe estar enfocado en consolidar el voto K y luego debe -o debería- autonomizarse de Cristina para atraer sectores ajenos.

El domingo, en elDiarioAR, se hizo mención a un estudio de Pulsar sobre una preponderancia de privatistas entre el universo de votantes. El estudio de Gené, Torres y Romeo advierte que “en la base propia”, algo que podría “ser extensible a votantes probables o indecisos”, se detecta el “retorno crítico de una contradicción clásica: más Estado y protección o más mercado con destino abierto, en términos amplios”. “Presumimos que la matriz estadocéntrica no fue abandonada, aunque -como hace mucho señalara Mora y Araujo- es una centralidad estatal pero no burocrática”. Aparece, el reproche a la dirigencia “por ineficacia para resolver esa paradoja” o por “rehuir la discusión pública sobre ella”.

En las conclusiones, el estudio de Gené, Torres y Romeo analiza que “de cara a ampliar la base electoral, la moderación se presenta como un lugar incierto. Entre la confrontación y el diálogo, los electores indecisos se inclinan por la confrontación” pero, “por otro lado, la preferencia de confrontación aumenta a medida que crece el nivel económico social; señal de que es poco lo que UP podría pescar en esa pecera. Los indecisos se destacan por el menor grado de politización y un apego por la democracia más bajo; configuran un perfil de difícil acceso a UP”.

“Todos los caminos conducen al mismo lugar: fortalecer lo propio y luego ver. En ese marco es para destacar que el apoyo al kirchnerismo aumenta a medida que desciende el nivel económico social. Sin embargo, debe atenderse que el discurso de la meritocracia caló hondo en la sociedad con un agravante: la idea de que el resultado de la situación por la que atraviesa la población es responsabilidad del esfuerzo propio aumenta a medida que el estrato socioeconómico disminuye”, concluyen.

Otro tramo del estudio presenta matices entre las prioridades para los votantes K del interior del país y los del conurbano. “A los del interior les interesa más el desendeudamiento como forma de gatillar el desarrollo que, de alguna manera, sienten que está prisionero de ese endeudamiento”, apuntan los autores y advierten que, en “la zona metropolitana, el primer reclamo son las regulaciones protectivas ”que atribuyen a que es el territorio donde “se siente la intemperie y desprotección porque es la región más desigual de la Argentina”.

PI

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