El Gobierno negoció con organizaciones sociales y al final habrá una acotada movilización frente al Congreso
Finalmente Alberto Fernández tendrá una movilización que lo acompañe en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso. Ante el temor de exponer la soledad en la que se encuentra el mandatario en medio de las internas del Frente de Todos, una serie de negociaciones de última hora entre la Casa Rosada y las organizaciones de base llegaron a la conclusión de que sí habrá una concentración popular este miércoles frente al Palacio Legislativo.
“Hubo llamados desesperados desde el Gobierno”, comentó a elDiarioAR un importante dirigente territorial, luego de que ayer se conociera la negativa de las agrupaciones oficialistas a marchar en favor del Presidente, principalmente por parte del Movimiento Evita de Emilio Pérsico y Somos-Barrios de Pie de Daniel Menéndez. Son las principales organizaciones del gremio de la economía popular (UTEP), donde también tributa el MTE de Juan Grabois, muy distanciado del mandatario.
Según supo este medio, por el albertismo la gestión la llevaron adelante el jefe de Gabinete, Agustín Rossi, y la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz. Del otro lado de la línea estuvieron Pérsico –a su vez secretario de Economía Social– y la otra figura del Evita, Fernando “Chino” Navarro –secretario de Relaciones con la Sociedad Civil y Desarrollo Comunitario de la Jefatura de Gabinete–.
Lo que acordaron entre el Gobierno y los dirigentes sociales fue que la movilización sea la mínima y necesaria, muy lejos de la demostración de fuerza que hubo el año pasado, cuando el Evita se concentró en la avenida 9 de Julio y marchó al Congreso por la avenida de Mayo. “Habrá una columna en apoyo al proceso institucional de la apertura de sesiones ordinarias”, comentó una fuente consultada.
En la marcha no habrá ninguna mención a la intención de Fernández de ir por la reelección, situación que rechazan las organizaciones, pese a que en los comienzos del FdT eran íntimos aliados. “Nos vamos a desmarcar de cualquier posicionamiento electoral”, acotó el dirigente territorial.
Ayer Gildo Onorato, secretario gremial de la UTEP y referente del Evita, había expuesto a viva voz esa distancia que hay entre las intenciones electorales del Presidente y la preocupación de las organizaciones sociales: “No movilizamos el 1º de marzo porque es un escenario que intenta convalidar una candidatura de Alberto y eso hoy divide al Frente de Todos. Nosotros queremos que haya unidad y vamos a trabajar para que por intermedio de las PASO o por consenso podamos construir una propuesta competitiva”, fueron sus palabras. Esta mañana, el dirigente abundó: “No hay gran entusiasmo de la militancia por el discurso de mañana de Alberto Fernández”, comentó en diálogo con Perfil.
Si el Evita era el principal sostén territorial de la gestión de Fernández, hoy ya no parece tan seguro. En medio de la discusión electoral, el viernes pasado el Evita y Somos-Barrios de Pie lanzaron su propio partido político –“La Patria de los Comunes”– para tener un sello propio sobre el cual negociar en las PASO por abajo.
Con la pelea por la candidatura presidencial abierta, acompañan la posibilidad de que Axel Kicillof sea reelecto en la provincia de Buenos Aires, pero tienen la intención de disputar al menos nueve intendencias al propio peronismo, principalmente La Matanza, donde gobierna Fernando Espinoza. Allí la candidata del Evita es Patricia “Colo” Cubría, diputada bonaerense del FdT y esposa de Pérsico.
De la calle al Palacio
Si el Gobierno logró que Fernández tenga cierto recibimiento en las calles cuando suba las escalinatas del Congreso, el recibimiento que le espera dentro del Palacio no será el más caluroso. La frialdad la marcará desde el inicio Cristina Fernández de Kirchner, que como vicepresidenta será su anfitriona, como rige el protocolo. Una vez que atraviesen los salones Azul y de Pasos Perdidos, dentro del recinto de la Cámara de Diputados el viento será en contra.
“Va a estar solo, solísimo”, comentó a elDiarioAR sin inmutarse un diputado oficialista que estuvo al principio de la gestión muy cerca de Fernández. “Él tiene que registrar eso y tener un discurso acorde, ser muy institucionalista y evitar cualquier mención a la reelección. Tiene que darse cuenta del lugar en donde está”, agregó otro legislador que tributa en el kirchnerismo.
Una de las comidillas en la sesión de extraordinarias que hubo este miércoles para votar la moratoria jubilatoria era qué gestos hará CFK, que no tendrá el micrófono mientras dure el discurso presidencial. “Ella va a hablar con la cara. ¿Te imaginas qué puede hacer si él dice algo? Le va a tirar la copa de agua para mojar el discurso”, bromeó un operador parlamentario.
“Para mí va a seguir adelante con sus intenciones, pero no lo va a decir explícitamente. Seguro dará un discurso que podrá ser leído de varias maneras”, acotó otro legislador del oficialismo. “No me entra en la cabeza cómo en la Casa Rosada siguen pensando en la reelección”, expresó un operador, que había recibido en su WhatsApp un flyer con una foto de Fernández y la frase “A23. Por todo lo que hicimos y por lo que falta”.
Hasta ayer temprano era una incógnita qué lineamientos tendrá la intervención del jefe de Estado. Germán Martínez, titular de la bancada del FdT, estaba más preocupado por conseguir los votos suficientes para que haya quórum este martes que en la Asamblea Legislativa. Apenas consiguió abrir la votación con las mínimas 129 presencias necesarias.
MC
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