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Llantos, aplausos, la marcha peronista y la “bendición” de Máximo: la última jornada de Massa en Diputados

Massa levanta el pulgar, en su última reunión con el bloque del FdT. A su derecha, con saco rojo, Cecilia Moreau, su reemplazante al frente de la Cámara

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“Lo hicimos moquear. Por primera vez lo vi llorar”. El diputado oficialista aún se mostraba sonriente en el pasillo contiguo al recinto, luego de bajar del tercer piso, donde Sergio Massa encabezó su última reunión con el bloque del Frente de Todos y como jefe de la Cámara baja. Con aplausos, llantos y la marcha peronista, el tigrense tuvo su propia despedida en la víspera de asumir como ministro de Economía, Producción y Agricultura.

El cónclave oficialista a puertas cerradas comenzó antes de las 13 y se extendió por más de media hora, en la que el centro de la atención no solo fue Massa, sino también Cecilia Moreau, a punto de convertirse en la primera presidenta mujer en la historia de la Cámara. En una mesa central, se sentaron ellos dos y Germán Martínez, titular de la bancada de 118 diputados. 

Frente a ellos, estuvieron todas las tribus oficialistas representadas, pero una ausencia llamó más la atención que otras: la de Máximo Kirchner, que se recluyó en una reunión personal. Una fuente confió a elDiarioAR que se había cruzado al Senado para acompañar a su madre, Cristina Kirchner, en el segundo día de los alegatos en su contra en el juicio por supuesta asociación ilícita. Otra voz kirchnerista que habló con él en las últimas horas lo encontró “molesto” por la versión que circuló entre los despachos de que quería volver a ser jefe de bloque. Sin embargo, apuntó que habitualmente el presidente del PJ bonaerense y de La Cámpora no participa de esos mítines internos.

Un aplauso inicial hizo emocionar a Massa. Agradeció la predisposición de sus compañeros y lo escucharon hablar de que su próximo desafío en Economía “requiere la unidad de todos”. “Él siempre estuvo a tiempo completo, 24/7”, expresó un diputado. “Hoy renace una esperanza, fueron días duros los que pasamos”, completó otro.

Luego fue el turno de Moreau, quien llega a la presidencia de la Cámara baja por pedido expreso del tigrense. Internamente nadie se opuso, recogió este medio. La legisladora del Frente Renovador también se emocionó hasta las lágrimas cuando le tocó hablar. Agradeció la confianza del FdT, e incluso tuvo una mención hacia Kirchner. “Máximo supo armar una arquitectura para que funcione el bloque”, dijo, recordando que hasta febrero pasado el hijo de la vice se hizo cargo del espacio. Una mirada entendió que con ella al frente de Diputados, el camporismo ganó un casillero en la estructura de poder, relegando, por ejemplo, a los gobernadores, que buscaban ungir a la fueguina Rosana Bertone. 

El mitín frentetodista cerró con la marcha peronista, en su versión original, y hubo quien se permitió bromear con Massa y Moreau por la versión kirchnerista que nació al calor del gobierno de Néstor Kirchner: “¿Ustedes tienen versión de la marcha del Frente Renovador?”.

Palcos massistas

Tras la reunión del bloque, Massa se recluyó en su despacho de la Presidencia de la Cámara. Hasta allí se acercaron para saludarlo personalmente su esposa, Malena Galmarini, y su cuñado, Sebastián Galmarini, ex senador bonaerense. También pasaron el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, y la vicegobernadora de Buenos Aires, Verónica Magario. 

El tigrense estuvo poco con ellos. Termo y mate en mano, raudo salió a la reunión de Labor Parlamentaria con los jefes de todos los bloques para organizar lo que fue su última sesión. Al primero que saludó en el pasillo fue a un opositor: el diputado Ricardo Buryaile, ex ministro de Agricultura de Mauricio Macri, justo en el día en que el tigrense anunció que Juan José Bahillo será su secretario en el área. Como un enjambre de abejas siguiendo un panal, un sinfín de fotógrafos escoltaron a Massa hasta que entró al salón Delia Parodi, ubicado justo antes de Pasos Perdidos.

Massa se sentó en el estrado principal del hemiciclo a las 14.55, cuando un aplauso cerrado le dio la bienvenida. No se pararon para saludarlo los legisladores opositores. La expectativa estaba en el aire: los tres pisos de balcones se habían copado de invitados. Senadores oficialistas como Anabel Fernández Sagasti y José Mayans. El sindicalista Jorge Acuña, del triunvirato de la CGT. Ahí sí en su banca se sentó Máximo Kirchner. Muy cerca de él, el ministro del Interior, Wado de Pedro, en el palco reservado para invitados especiales al lado del Presidente de la Cámara. También se acomodaron ahí Marco Lavagna, titular del Indec; Luana Volnovich, del PAMI; Victoria Donda, del Inadi, y Cristina Álvarez Rodríguez, ministra de Gobierno de la provincia de Buenos Aires.

“Si algo me enseñó este lugar es a escuchar mucho más que hablar. Es aprender a tolerar, a convivir en la diferencia, intentar hasta el último instante a buscar acuerdo, con resultados positivos o negativos. Y me enseñó a valorar la tarea que cada uno de ustedes lleva adelante”, dijo Massa en su último discurso antes de dejar su cargo parlamentario. Recordó que pasó 996 días al frente de la Cámara. 

Agradeció personalmente a Martínez y a Kirchner, y hasta se permitió sonar como flamante “superministro”. “Sepan que desde mañana en esa nueva etapa voy a venir una y cien veces a esta casa a buscar para que entre todos, más allá de nuestras diferencias, podamos darle a los argentinos cuatro, cinco o diez temas de acuerdos”, anticipó. “El año que viene con el debate electoral seguramente en otros temas nos pelearemos”, completó. 

Entonces Massa dejó el estrado principal del hemiciclo y se sentó a la izquierda de Wado. Y Máximo Kirchner se paró de su banca y lo estrechó en un fuerte abrazo.

MC

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