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EEUU atraviesa una “pandemia de los no vacunados” con la inmunización estancada

Varias personas caminan cerca de un centro de vacunación sin cita previa contra la COVID-19 en Overtown, Miami.

Sarah Yáñez-Richards

Nueva York —

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Pacientes de COVID-19 ingresados en el hospital que preguntan y ruegan ser vacunados. Mark Williams, doctor y decano de Salud Pública de la Universidad de Ciencias Médicas de Arkansas, recuerda los testimonios de algunos compañeros médicos que tratan a enfermos de coronavirus. A su juicio, este acto de desesperación refleja que las personas no vacunadas en Estados Unidos han sido sometidas a una especie de continuo “mantra” de desinformación sobre la vacuna y el virus, y que no se dan cuenta de la gravedad del asunto hasta que es demasiado tarde.

Los casos de COVID-19 se han casi triplicado en Estados Unidos en las dos últimas semanas y las autoridades sanitarias han reconocido que el país vive un “momento crítico” por la virulencia con la que se está extendiendo la variante delta, más contagiosa. Los expertos insisten en que las vacunas protegen a la mayoría de las personas de enfermarse de gravedad, pese a que no las protege totalmente de contagiarse.

La directora de los Centros de Prevención y Control de Enfermedades (CDC, en sus siglas en inglés), Rochelle Walensky, ha alertado de que la situación en EEUU se está convirtiendo en una “pandemia de personas no vacunadas”, ya que casi todos los hospitalizados y los fallecidos con COVID-19 son personas no inmunizadas.

“En Arkansas (estado en el que solo el 46% de la población tiene la pauta completa) pasamos de un promedio de 500 casos, hace tres semanas, a cerca de 2.000 casos al día y veremos que la curva continuará aumentando”, dice Williams, que añade que el 98,5% de las personas hospitalizadas no están vacunadas y que a diferencia de las otras olas, el promedio de los ingresados es de 40 años. “Esa edad media es probablemente 27 años más joven que el último pico”.

“Mi expectativa es que con esta variante, debido a lo infecciosa que es, probablemente estaremos viendo en algún lugar alrededor de 5.000 casos por día y, si eso sucede, inundaremos nuestro sistema hospitalario con pacientes de COVID-19”, recalca el experto.

La vacunación, estancada

Mientras las infecciones crecen, las cifras de la campaña de vacunación –que tuvo uno de los mejores inicios del mundo– muestran un claro estancamiento. Muchos estados y condados con bajas tasas de inmunización se han visto muy afectados por el último aumento de contagios.

Se están administrando alrededor de 0,18 dosis por cada 100 habitantes al día, una cifra que se ha mantenido prácticamente estable en las últimas semanas pero que sigue siendo muy inferior al pico de abril, cuando se ponía cerca de una dosis por cada 100 personas al día. 



No es un problema de falta de vacunas. En EEUU, un país con dosis suficientes y la infraestructura necesaria como para vacunar a toda su población mayor de 12 años, solo el 49% de la población total ha recibido la pauta completa, según los datos del los CDC.

“Hay más que suficiente para todos. De hecho, el Departamento de Salud dijo que va a tener que destruir miles de dosis que van a caducar. Simplemente porque no pudieron usarlas”, dice Williams. Según el medio especializado Stat News, millones de vacunas no utilizadas se van a desperdiciar a medida que la demanda disminuye y las dosis probablemente expiren este verano. Varios departamentos de salud estatales dicen que han pedido repetidamente al Gobierno federal que redistribuya sus suministros a otros países. En Washington, sin embargo, alegan problemas legales y logísticos.

La tendencia de la campaña de vacunación continúa preocupando a las autoridades ante el aumento de contagios. “Estamos avanzando en la dirección equivocada”, ha lamentado recientemente el principal epidemiólogo del país, Anthony Fauci, quien ha dicho que es “un problema” que la mitad del país no esté vacunado. El Gobierno, dice, les está “prácticamente suplicando” que se vacunen.

“Si no te has vacunado, no eres tan inteligente como pensaba”, ha dicho esta semana el presidente Joe Biden, que ha asegurado que está “considerando” la posibilidad de hacer que las vacunas sean obligatorias para los millones de estadounidenses que trabajan para el Gobierno federal.

Este martes, los CDC recomendaron que los vacunados vuelvan a llevar mascarilla en interiores en la mayor parte del país, dos meses y medio después de aconsejar a quienes habían recibido la pauta completa que fueran sin mascarilla la mayor parte del tiempo.

Las autoridades estadounidenses están tratando de acelerar el ritmo. A partir del viernes, la ciudad de Nueva York ofrecerá a quien se vacune en un centro municipal un incentivo de 100 dólares, según ha anunciado este miércoles su alcalde, Bill de Blasio. 

El aumento de los casos y hospitalizaciones por la variante delta ha hecho que en la última semana se haya visto un ligero repunte en la curva de las vacunaciones. En el caso de Arkansas el cambio semanal en las dosis administradas vio una subida del 41% y en el de Florida, del 20%, según los datos de los CDC. 

Escepticismo y desinformación

¿Por qué hay una parte importante de la población que se siente escéptica con respecto a la vacuna? Williams asegura que no hay solo una razón, sino un cúmulo de ellas, como puede ser la desinformación en las redes sociales o la existencia de un grupo muy conservador que tiene una tendencia a “no creer en el Gobierno y lo que dice el Gobierno o no creer en la ciencia y en lo que los científicos están afirmando”.

Por ejemplo, una de las desinformaciones “más graves” y populares que están corriendo por Arkansas es la idea de que la vacuna podría dejar infértiles a las mujeres. “Convencer a alguien de que algo que ha oído una y otra vez es falso es muy difícil”, dice Williams, quien explica que la técnica que usan para explicar la verdad es presentar a una serie de mujeres que han sido vacunadas y que han concebido.

“Además de eso, la pandemia en sí ha sido politizada por algunos políticos en Estados Unidos. No obstante, también estamos viendo muy recientemente que algunos de los políticos que estaban minimizando la credibilidad de los científicos y de los CDC ahora están cambiando su narrativa”, dice.

Según una encuesta de AP-NORC, solo el 51% de los republicanos en general declararon a mediados de junio que habían recibido al menos una dosis, en comparación con el 83% de los demócratas.

Uno de los estados que más afectado se ha visto por esta ola de hospitalizaciones de no vacunados es Florida. Los últimos datos de los CDC muestran que una de cada cinco infecciones que se dan en el país se dio en este estado.

La presidenta de la ONG Lateral Latino, Marytza Sanz, cree que ahora la gente no tiene excusa para no vacunarse. “Uno puede ir al supermercado Walmart y recibir una vacuna gratis”. Lo que sí hay es, dice, procrastinación y desinformación, no solo en las redes sociales, sino también en algunas iglesias desde donde se lanzan “mensajes confusos”.

“La gente me dice: 'Ay, es que el pastor mío dice que debemos de esperar un poco más'”, dice Sanz. Les contesta que el virus no entiende de tiempos y se pone como ejemplo, ya que hace un año la COVID-19 la dejó intubada e inconsciente durante varios días.

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