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Crecen las diferencias entre la querella de CFK y los investigadores

Las “pistas políticas” empiezan a elevar la tensión en la causa por el atentado a Cristina

La vicepresidenta Cristina Fernández en el primer acto público después del atentado, con curas y monjas.

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La madrugada del 1° de septiembre último, horas después de que Fernando Sabag Montiel intentara matar a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, el viceministro de Justicia, Juan Martín Mena, se presentó en los tribunales federales de Comodoro Py para seguir de cerca los primeros pasos de la investigación y coordinar lo necesario con los responsables de la causa, confirmaron a elDiarioAR dos fuentes del expediente. Una sintonía ajena a la relación entre el kirchnerismo y Comodoro Py, fundamentada en el extraordinario y preocupante cariz del hecho.

A lo largo de las horas subsiguiente, el funcionario y el jefe de la custodia de la expresidenta, Diego Carbone, coordinaron con la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo el momento, lugar y circunstancias propicias para que Fernández de Kirchner declarar como testigo a catorce horas del hecho. Alrededor de las 11 de la mañana, Capuchetti y Rívolo partieron en sus autos hacia Recoleta para encontrarse con la vicepresidenta en su departamento y escuchar su testimonio.

En cuanto decidió presentarse como querellante, Fernández de Kirchner fue aceptada y sus abogados José Manuel Ubeira, quien lleva adelante la batalla mediatico-judicial, y Marcos Aldazabal tuvieron acceso al expediente sin demoras, incluso a un legajo especial que no estaba incorporado formalmente, informó una fuente con acceso a la causa. La querella solicitó allanamientos, detenciones y testimoniales y se les hizo lugar.

El diálogo entre la jueza Capuchetti y la querella es cordial pero durante las últimas semanas, distintos episodios que no están aislados comenzaron a resquebrajar aquella sintonía inicial. Aunque de ambos lados mantienen las formas, algunos de los investigadores judiciales afirman que las filtraciones del expediente que apuntan a los supuestos vínculos políticos de Sabag Montiel y su principal cómplice, Brenda Uliarte, están perjudicando la investigación a cambió de ganar la batalla mediática.

Otros investigadores creen que el kirchnerismo está politizando la investigación por el atentado, tratando de instalar supuestas evidencias de que Sabag Montiel y Uliarte habrían recibido financiamiento e instrucciones de miembros de la oposición para el homicidio de Fernández de Kirchner.

En el juzgado de Capuchetti aseguran que la jueza investiga todas las pistas pero algunas arrojan resultados positivos y otras negativos. Tiene diez personas abocadas a la causa y solicitó más contratos a la Corte Suprema para sumar personal.

La querella, en tanto, cree que la jueza y el fiscal no le han dado la entidad apropiada a las pistas que apuntarían a esas evidencias, que hasta el momento se centran en dos ejes centrales, unidos a su vez, por un mismo hilo conductor, según el kirchnerismo: Revolución Federal y la empresa Caputo Hermanos SA; y el entorno de la presidenta de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, cuya última incorporación se denomina “la pista Casablanca”. Bullrich ha negado cualquier vínculo con el hecho y las personas investigadas, ante la consulta de elDiarioAR. También el diputado Gerardo Milman, protagonista de dicha pista.

Tanto Capuchetti como Rívolo plantearon en el expediente que la denuncia realizada por la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), que terminó con las detenciones e indagatorias de Jonathan Morel, Leonardo Sosa, Gastón Guerra y Sabrina Basile, no está vinculada al atentado, descartando así subir en la cadena de responsabilidad del homicidio calificado en tentativa hacia esa línea.

Carrol

En juez federal Julián Ercolini y el fiscal Eduardo Taiano quedaron a cargo de una denuncia presentada en los últimos días por la jueza Capuchetti para que se investigue la responsabilidad en la filtración a los medios de comunicación de un escrito presentado por Sabag Montiel al que sólo habrían tenido acceso la fiscalía y la querella. Se trata de “la pista Carrol”, que sirvió al kirchnerismo para vincular indirectamente a Bullrich con el intento de homicidio. No es la fiscalía de Rívolo la ocupante de las sospechas de la jueza.  

Hernán Carrol es dirigente de Nueva Centro Derecha, uno de los espacio antikirchneristas que surgió durante la pandemia y buscaron tomar la calle en oposición a la cuarentena por el Covid-19. Carrol participó del espacio de José Luis Espert, coqueteó con Javier Milei y tiene fotos con Patricia Bullrich en actos políticos.

Hace cinco semanas, Sabag Montiel presentó un escrito ante la jueza Capuchetti sosteniendo que quería ser su propio abogado, lo cual fue rechazado por la magistrada. Luego, el acusado sostuvo ante el juzgado que ponía a Carrol a cargo de elegirle un nuevo abogado, algo que nunca sucedió. La defensa de Sabag Montiel sigue a cargo del defensor oficial Juan Martín Hermida.

En dos entrevistas con el periodista Pablo Duggan -por radio y en C5N-, Carrol negó cualquier vínculo con el atentado y con la pareja Sabag Montiel-Uliarte, aunque explicó que se conocían.

Casablanca 

El viernes 23 de septiembre último, en un horario inusual, a última hora de la tarde, Jorge Alberto Abello, asesor legislativo del diputado kirchnerista Marcos Cleri (Frente de Todos, Santa Fe), se presentó en el juzgado de Capuchetti y solicitó declarar como testigo en la causa por el atentado a Fernández de Kirchner. 

Su testimonial tuvo lugar sin la presencia de la fiscalía ni de la querella. Abello sostuvo lo que se daría a conocer la semana última en Página/12, C5N y Télam: que el 30 de agosto último, escuchó al diputado Gerardo Milman, del riñón político de Bullrich, decir la siguiente frase a dos asesoras: “Para cuando la maten, yo voy a estar en la Costa”. La conversación que Abello dijo haber oído mesa de por medio fue en el bar Casablanca, frente al anexo de Diputados.

A partir de ese testimonio, que tuvo lugar 22 días después del hecho -algo que generó suspicacias en los investigadores-, la querella aguardó unos días, a la espera de medidas, pero el 5 de octubre último solicitó una serie de medidas para activar esa pista.

La jueza ordenó entonces reconstruir la escena relatada por el testigo, identificar a las dos asesoras que acompañaban a Milman en la mesa de Casablanca e interrogarlas.

Todo eso se realizó con extrema cautela para evitar la filtración a los medios, pero se filtró igual

El acceso a cámaras de video del circuito cerrado de Casablanca y de la Ciudad de Buenos Aires en vía pública corroboraron la reunión de Milman con dos mujeres en dicho bar el 30 de agosto entre las 15.23 y las 16.28. La Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) estuvo a cargo de identificar a ambas asesoras.

Se trata de Carolina Gómez Mónaco e Ivana Bohdziewicz, quienes el miércoles último declararon como testigos ante la jueza, el fiscal y la querella. Ambas negaron haber estado en Casablanca en agosto hasta que se les exhibieron las imágenes de las cámaras. Entonces recordaron la reunión, confirmó una fuente con acceso directo a las testimoniales. 

Ambas testigos negaron que Milman hubiera hablado del homicidio de Fernández de Kirchner u otra referencia a los que sucedería dos días después. Bohdziewicz sí confirmó que hablaron de un viaje que el diputado haría al día siguiente a la ciudad balnearia de Pinamar, según confirmó elDiarioAR con dos fuentes de la causa.

Luego de las testimoniales, el abogado de Fernández de Kirchner, Aldazabal, solicitó a la jueza que secuestrara los teléfonos celulares de ambas asesoras de Milman, pero Capuchetti se negó.

La querella presentó un recurso para insistir con el secuestro de los teléfonos e irá a la Cámara Federal de Apelaciones para insistir con la medida, aunque las cuestiones sobre medidas de prueba no son apelables, por lo que los abogados de CFK saben que perderán.

Estábamos organizando un evento en Mar del Plata y al mismo tiempo, organizamos previas recorridas por distintos municipios que yo realizaría en distintas semanas. Fue así que concurrí, primero a Pinamar y volví al día siguiente a la mañana.

Gerardo Milman. Diputados (Juntos por el Cambio).

El jueves, los investigadores de Comodoro Py se sorprendieron con la tapa de Página/12 y la publicación de un mensaje de WhatsApp que el testigo Abello le habría enviado al diputado Cleri, poco después del atentado a la vicepresidenta en el que le afirmó:  “Marcos, ayer cuando salí de tu oficina fui con mi cuñado a comer a Casablanca. Al lado mío estaba Milman con dos pibas y graciosamente decía cuando la maten yo estoy camino a la costa y se mataban de risa” (sic). “Están las cámaras que no me dejan mentir”, “hdmp (sic) lo escuché” y “créeme estoy temblando”, le escribió a Cleri en otros tres mensajes de chat.

El mensaje no fue aportado por el testigo a la causa, tampoco por Cleri, con quien elDiarioAR intentó comunicarse este viernes, sin éxito.

La contradenuncia

Milman se presentó el viernes último en los tribunales federales y denunció al testigo Abello por “falso testimonio”. En un escrito apurado, con numerosos errores de tipeo y ortografía, dijo que efectivamente había estado en Casablanca reunido ese día con sus asesoras. “Estábamos organizando un evento en Mar del Plata y al mismo tiempo, organizamos previas recorridas por distintos municipios que yo realizaría en distintas semanas. Fue así que concurrí, primero a Pinamar y volví al día siguiente a la mañana”, afirmó Milman.

“Ese fue el tema de conversación en dicha oportunidad, siendo que jamás hice una afirmación como la que el ”Testigo“ ha pretendido imponer como salida de mi boca, quien sabe con que inconfesados fines políticos”, agregó el diputado de Juntos por el Cambio.

La jueza Capuchetti envió su denuncia a sorteo. El caso quedó a cargo del juez Ercolini y el fiscal Taiano, según confirmó una fuente directa del caso a este medio.

ED

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