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OPINION

El inesperado día en que LN+ tuvo que velar en vivo a JXC

LN+, frente a la derrota de Patricia Bullrich.

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El periodismo es una profesión de riesgo, y a la suma innumerable de pruebas que lo atestiguan se suma la que se vivió ayer en los estudios de La Nación+ cuando se dieron a conocer los primeros resultados de las elecciones presidenciales. Estupefactos y en estado de angustia contenida, los periodistas del canal del diario fundado por Mitre tuvieron que hacerse cargo de pilotear el naufragio al que condujo Patricia Bullrich a Juntos por el Cambio.

“Yo no sé si van a estar preparados para un número como este, no sé si la sociedad, los votantes y los militante de las distintas fuerzas políticas podrían estar preparados para datos como este…”, dijo el conductor estrella de LN+, Eduardo Feinmann, para abrir el análisis de unos resultados que indicaban que Sergio Massa recibiría el 37% por ciento de los votos, Javier Milei el 30% y Patricia Bullrich el 22%. 

Con la vista hundida en su teléfono mientras Pablo Rossi y Luis Novaresio se apuraban a corroborar los datos con su propias fuentes, Feinmann no logró contenerse y sentenció: “No tenemos destino…”. 

A partir de allí, el colectivo periodístico de LN+ condujo una transmisión en la que fue evidente el esfuerzo por evitar el desangramiento en vida de una fuerza política que en dicho estudio no había casi conocido los sinsabores de la repregunta y el frío cotejo con los datos duros. Sin embargo, el shock y la falta de preparación ante tamaño revés no impidió que algunos de ellos patinaran al calor de la llegada de nuevos datos. 

Rossi y Novaresio, por ejemplo, protagonizaron un incómodo ida y vuelta por la carga de los resultados electorales. El cordobés hizo responsable al gobierno por la carga lenta durante el escrutinio provisorio, y Novaresio explicó que no podían informar los resultados hasta después de las nueve de la noche por que así lo indicaba la ley. “No es culpa del gobierno”, le dijo para dar por terminado el intercambio, pero Rossi no quiso ceder y retrucó “sí, es culpa del gobierno”.  

Unos minutos después, mientras Viviana Canosa iba dejando preguntas que nadie respondía (“¿De verdad a los argentinos no nos importa la corrupción?”), Jony Viale comentó entre la sorpresa y la risa una serie de mensajes que iba recibiendo desde el búnker de Juntos por el Cambio. “Hablan de catástrofe nuclear… muy floja Bullrich”, afirmó con el gesto de un acusado que se sabe inocente. Feinmann, que ya había brindado otros datos negativos sobre la candidata cambiemita, se ocupó de aclarar que era la información que les estaban brindando desde el propio partido. “No se enojen con el cartero”, afirmó para buscar la comprensión de una audiencia que parecía arrastrada por la ira.

Sobre las diez de la noche cuando los resultados oficiales ya se habían asentado y se confirmaba el pase al balotaje de Sergio Massa y Javier Milei, Novaresio intentó llevar algo de racionalidad al análisis dándole paso a José del Rio, Secretario General de la Nación.

“El plan bolsillo, plan platita” explica la inesperada performance de Massa, señaló el periodista que contabilizó en 2,4 billones de pesos los fondos que el ministro de Economía gastó entre las ayudas y las reducciones de impuestos anunciadas en las últimas semanas. Mientras que para explicar la derrota de Juntos por el Cambio, Del Río explicó que la campaña de Bullrich basada en el orden no había seducido a los votantes.

Para evitar los tecnicismo y la complejidad analítica, Canosa, que no encontraba con facilidad su lugar para comentar los comicios, lanzó tajante: “Massa hizo campaña con 3 millones (de pesos) nuestros, somos un rebaño de pelotudos”. 

A esta altura, y ya con la presencia de Luis Majul en el centro de la pantalla, el análisis electoral dio pie a las especulaciones sobre qué podría pasar con Juntos por el Cambio tras no haber logrado entrar al balotaje. Envalentonado por el clima ya jocoso de sus compañeros, Jony Viale aseguró que el espacio político fundado por Mauricio Macri se partiría “le guste a quien le guste”. 

Entonces, Luis Novaresio, que parecía mantener una conversación por chat con dirigentes cambiemitas, dijo de pronto: “Acá en el búnker de Juntos por el Cambio no se animan a decir que hay balotaje, parece que vamos a votar a todos en noviembre”. El comentario marcó un punto de inflexión con una carcajada de Canosa, y el subsiguiente “baaasta”, como si el morbo del velatorio ya fuese indigerible para sus propios estómagos. 

Sin embargo, Luis Majul quiso llevar el razonamiento derrotista al extremo, y le preguntó a Jony si en un eventual balotaje en la Ciudad de Buenos Aires Jorge Macri podría perder frente a Leandro Santoro. “Sería dramático que pierda Macri faltándole un punto (para llegar a los 50)”, respondió entre risas el joven conductor y remató: “si no ganan en la capital, tienen que cerrar Juntos por el Cambio”. 

Todo estaba dicho ya ante unos resultados oficiales que con un escrutinio del 90% mostraban un balotaje a disputarse entre Massa y Milei. El resto eran especulaciones sobre cómo podrían comportarse los votantes de Bullrich, Schiaretti y Bregman en la segunda vuelta, y sobre cómo podría sobrevivir el país al “populismo” y las siete plagas kirchneristas.

El derrotero de la fuerza política que había encontrado en LN+ un espacio de sosiego y comprensión ante las dificultades y sin sabores de la política argentina, ya debería ser narrado por algún otro canal de televisión con otras credenciales: peronistas, progres, o de izquierda. 

AF

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