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La negociación tras el pacto

El Gobierno busca acotarle al PRO su lugar en las listas en la provincia de Buenos Aires

Cristian Ritondo, Diego Santilli y Guillermo Montenegro junto a Karina Milei y Lule Menem en la Casa Rosada.

Mauricio Caminos

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Ya sentados a una misma mesa tras la elección porteña, La Libertad Avanza y el PRO comenzaron a discutir las bases y condiciones del acuerdo electoral que buscan armar para enfrentar al peronismo en la provincia de Buenos Aires. Por ahora es una conversación en el aire pero que tiene al Gobierno con la sartén por el mango y al macrismo como furgón de cola en la estrategia para imponerse en las elecciones provinciales del 7 de septiembre y las nacionales del 26 de octubre. “El acuerdo no está escrito en lápiz ni en un vidrio con fibrón, pero Milei es el que tiene la última palabra”, sacó pecho ante elDiarioAR un dirigente libertario que tiene un pie en el barro del conurbano.

La discusión elemental entre ambos bandos es quién ocupará los lugares en las listas de cada contienda electoral y cómo se repartirán esos casilleros, que son muchísimos. La disputa va por dos andariveles. Por un lado, las listas para diputados y senadores bonaerenses, así como concejales municipales y consejeros escolares en cada uno de los 135 municipios de la provincia: un total de 2717 puestos electivos. Por otro lado, las listas para diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires: 35 titulares y sus suplentes.

Aunque el distrito es uno, las discusiones no son espejadas. Para cada elección el oficialismo nacional busca estrategias distintas y quiere imponer condiciones diferentes a sus socios circunstanciales. Pero son conversaciones encadenadas, porque la definición de candidaturas provinciales cierra el 19 de julio y, la de nacionales, el 17 de agosto.

Según pudo reconstruir elDiarioAR de distintas fuentes, LLA quiere quedarse con el grueso de las listas para diputados nacionales, mientras estaría dispuesto a ceder el protagonismo al PRO en la batalla bonaerense. La lógica detrás de esa jugada es engrosar la bancada libertaria en la Cámara baja y reforzar la base parlamentaria de Milei. Si llega a un tercio propio del recinto, no dependería de ajenos para blindar los vetos o esquivar un eventual juicio político. Por otro lado, dejarle la elección local a los amarillo revela que los libertarios no tienen tantas figuras reconocidas para hacer una buena campaña de abajo hacia arriba.

Los casilleros nacionales

Aunque aún falta más tiempo, para la confección de la lista de candidatos a diputados nacionales Karina Milei no quiere cederle tanto espacio al PRO. De los 35 lugares, el ofrecimiento inicial sería que haya apenas un puñado de amarillos. Una fuente contó que podrían no ser más de cinco. “Son los puntos que mide Macri en la provincia”, desafió. Es el mismo argumento que ponen si hay un acuerdo en la Ciudad de Buenos Aires, con el dato fáctico del resultado de las elecciones porteñas: “Si quieren ir con nosotros en CABA le daríamos el 15% de la lista”, dijo un diputado alineado con Milei.

Por ahora la intención del Presidente para la provincia de Buenos Aires es que la boleta la encabece José Luis Espert, que tiene conocimiento público y cuya banca como diputado libertario vence en diciembre. Ahí el PRO se enfrenta a una encrucijada, porque Cristian Ritondo, como encargado de la negociación con LLA, no se juega su propia banca, entonces tiene menos interés propio por hacer valer su voluntad. No así Diego Santilli, que ganó las elecciones de 2021 y que ya casi está pintado de violeta. Otra espada macrista que está metida en la discusión es Alejandro Finocchiaro, referente en La Matanza y a quien también se le vence el cargo legislativo.

Si Espert es finalmente el primer candidato del oficialismo, el PRO quizás podría poner a una mujer en el segundo lugar, aunque las amarillas bonaerenses del bloque cuyo mandato vence este año –Gabriela Besana, María Florencia De Sensi y María Sotolano– escapan del alto perfil. En los lugares menos importantes aparece Gerardo Milman, por quien personalmente Patricia Bullrich habría pedido un lugar para renovar su banca.

Los casilleros provinciales

El oficialismo estaría dispuesto a dejarle mayor margen de acción al macrismo en las elecciones bonaerenses, porque allí el criterio acordado es que las cabezas de listas sean simplemente quienes mejor midan. Y luego una distribución pareja de los lugares. “Podría ser miti-miti”, planteó un operador.

Por eso gira el nombre de Santilli para la Primera Sección Electoral, que corresponde al norte del conurbano y que elige a 8 senadores para la Legislatura. El territorio es también una zona de influencia del intendente libertario de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, cuya pareja es la actual senadora provincial Daniela Reich que termina su mandato. En esa sección opera además Ramón “Nene” Vera, la espada de Sebastián Pareja. 

La otra batalla clave será la Tercera Sección, el sur del conurbano, donde amaga Cristina Kirchner a participar. Allí los nombres del acuerdo violeta-amarilla van desde Finocchiaro a la exfuncionaria libertaria Leila Gianni, que juega más en solitario. El armado de Pareja, presidente de LLA bonaerense, depende de figuras poco reconocidas por la cúpula del Gobierno, como los matanceros Luis Ontivero o Fabricio Martínez. En el Gobierno estiman que finalmente los nombres sean los que digite el triángulo de hierro de los Milei junto a Santiago Caputo, que tiene sus propias fichas como Agustín Romo, titular del bloque libertario en la Cámara de Diputados bonaerense.

Por fuera del conurbano se discuten las demás secciones, donde el PRO corre con la ventaja de tener más intendentes propios que podrían inclinar la balanza. El aún frente en ciernes podría decirse que tiene unas 18 comunas, donde tres son libertarias y el resto amarillos –con Guillermo Montenegro, de General Pueyrredón–. Ese tablero no cuenta aún con los radicales que responden al actual senador nacional Maximiliano Abad, que está cerca de sumarse como tercer socio en la coalición bonaerense antikirchnerista.

“A nosotros no nos importan los concejos deliberantes”, planteó una voz libertaria, dando a entender que la disputa en los municipios sería como darle un premio consuelo para el PRO. Pero la discusión tampoco está ordenada entre los amarillos: esta semana dio la nota el macrista Santiago Passaglia, de San Nicolás, que se distanció del pacto y avisó que competirá con partido propio.

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