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Guzmán se reunió con Georgieva mientras analiza si le faltarán dólares para pagarle al FMI y al Club de París

Guzmán y la jefa del FMI, Kristalina Georgieva, este martes en Washington.

Alejandro Rebossio

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No ocurrió como en 2018. No fue un viaje de urgencia como el del ministro de Hacienda de aquel tiempo, Nicolás Dujovne, para rogarle un préstamo récord a la entonces directora gerenta del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, ni salieron los dos sonrientes en un video, como aquella vez. En esta oportunidad, el actual ministro de Economía, Martín Guzmán, visitó a la sucesora de Lagarde, Kristalina Georgieva, en Washington y tras dos horas de diálogo posaron juntos en una foto con barbijo y ojos que indicaban sonrisas, pero sin la redacción de un comunicado conjunto, de esos que suelen anunciar un acuerdo. Aún no hay pacto para renegociar el pago de ese salvataje de US$ 44.000 millones que terminó de hundir la economía.

“Muy buena reunión con el ministro Guzmán sobre la situación económica de la Argentina y el camino por delante”, comentó la dirigenta búlgara en un tweet. “Nuestros equipos están trabajando juntos constructivamente para ayudar a fortalecer la estabilidad económica, proteger a los vulnerables y promover el crecimiento sostenible. Nuestro diálogo estrecho continuará”, prometió la jefa del FMI. En el ministerio también hablaron de “diálogo constructivo”. Después del encuentro, las reuniones técnicas siguieron este martes por la tarde y se extenderán hasta mañana.

Hace unos meses, en el Gobierno sostenían que había que acordar antes del vencimiento de US$ 2.419 millones de deuda con el Club de París (grupo de países acreedores, que son casi los mismos que más pesan en el Fondo, excepto China), pero en una entrevista del representante argentino ante el organismo, Sergio Chodos, en febrero pasado, anticipó al elDiarioAR que ya no había apuro y ahora el presidente Alberto Fernández lo repite una y otra vez. Es que el alza de precios internacionales de las materias primas agrícolas aportarán US$ 10.000 millones extra a la Argentina, según cálculos de la consultora PxQ, mientras que el FMI ha decidido inyectar en sus países miembros su dinero, los derechos especiales de giro (DEG), para reactivar la economía mundial en la pandemia. A las arcas argentinas les tocarán US$ 4.355 millones. 

Sin embargo, en el gabinete económico que encabeza Guzmán están más apurados por el acuerdo que en el ala política, donde tanto influye la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Entre los economistas del oficialismo no está claro que se pueda esperar hasta después de las elecciones para pactar con el FMI la postergación de pagos, que siempre viene condicionada a un programa económico, medidas de ajuste incluidas. Es que ellos calculan que los dólares de la soja, el maíz y los DEG no alcanzan para pagar las obligaciones con el Club de París y el FMI.

Hacen la siguiente suma: por un lado, 4.355 millones de los DEG y 2.000 millones de retenciones extra por el mayor precio de las commodities, según PxQ. Total: 6.355 millones, Y después cuentan los 2.419 millones para el Club de París más 3.736 millones por el capital del préstamo del FMI, de los cuales la mitad vencen en septiembre -antes de los comicios- y la otra, en diciembre. Además hay intereses con el Fondo por 305 millones en febrero -ya pagados-, 296 millones en mayo y 396 millones en agosto, aunque esos no se pueden renegociar. Total: 7.491 millones. La brecha es de 1.136 millones

Quizás 1.136 millones de diferencia no parezca mucho. Encima, los 1.868 millones que vencen en diciembre podrían postergarse si se sella un pacto poco después de las elecciones. Sin embargo, en el gabinete económico advierten que si los dólares extra del campo y los DEG se usan para saldar deudas, no se podrán reforzar las reservas del Banco Central, que mejoraron un poco en los últimos meses pero siguen siendo bajas. Según ellos, la acumulación de reservas resulta necesaria para mantener la tranquilidad que reina en el mercado cambiario paralelo desde noviembre pasado y también para financiar las importaciones de insumos y maquinarias necesarias en una economía que crecerá 7%, según admitió Guzmán en público, o incluso hasta 9%, según los más optimistas del equipo económico.

Si el acuerdo se posterga para después de las urnas, tampoco podrá dilatarse mucho más allá de fin de año. Sucede que en 2022 vence casi la mitad del empréstito. En teoría, con el Fondo no se puede defaultear. Aunque le ha ocurrido a países como Grecia, Somalia, Sudán, Zimbabwe, Liberia, Afganistán, República Democrática del Congo o Irak.

AR

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