Cincuenta años atrás, la primera página de la novela Pájaros de América (1971) abría con un conflicto estacional esta destemplada narrativa de Mary McCarthy sobre el conflicto de generaciones y educaciones en el país republicano de la guerra de Vietnam. Regresada al hogar por el feriado de Acción de Gracias, una joven universitaria desazona a su familia: no, no va a probar el pavo tradicional, ya no come carne, no, ni siquiera carne blanca.
“Más o menos hacia diciembre de 1910, el temperamento de la humanidad había cambiado para siempre”, escribió Virginia Woolf en 1924 cuando reseñaba una novela realista, una ‘ficción comercial’ que le disgustaba.
¿Cómo saber cuál, cuál ha sido el año y el mes de un cambio para siembre? Aquí, en esta décimo quinta entrega de “El mundo es azul como una naranja”, décimo novena entrega de la Newsletter de Política Internacional de elDiarioAR.com algunos signos de cambios, venidos, por venir, pasajeros, duraderos, impacientes, o insistentes.
1. Joe Biden y sus precursores: el espejo no-tan-invertido de la historia
Como en 2021, en 1971 había en la Casa Blanca un inquilino que antes había sido ocho años vicepresidente.
Este presidente es del partido antagonista al de su predecesor.
Ha prometido el regreso de las tropas norteamericanas, anunciado su desistimiento del militarismo exterior.
Quiere dar batalla en otros terrenos, contra la pobreza, contra el cáncer.
Quiere nuevas relaciones con China Popular, el republicano Richard Nixon, quiere una diplomacia sobre bases nuevas. El ping pong fue medio siglo atrás un medio más oblicuo, pero presencial, más enérgico, pero más exitoso, que las largas tres horas y media cara a cara por video del demócrata Joe Biden y el comunista Xi Jinping mantenido dos semanas atrás.
El acercamiento a Beijing (entonces ‘Pekín’ -no se usaba todavía fuera de China continental el sistema pinyin de transcripción del idioma ‘mandarín’) significó un alejamiento de Taipei. ¿Qué hacer con Taiwán, además de venderle armas?
Lo que por entonces empieza a llamarse ecologismo irrumpe en Occidente en lo que por entonces se llamaba ‘oposición extra parlamentaria’. Richard Nixon creó la Agencia de Protección Ambiental.
El Estado quiere ser fuerte, y flexible, aprovechar y no sufrir de sus déficits: Nixon abandonó el patrón oro, buscó controlar precios y salarios, combatir la inflación, y relanzar el empleo nacional por el proteccionismo.
2. Continuidad en la Reserva Federal: ante la novedad de la crisis, una apuesta por la rutina sin carisma
Ahora sabemos que Nixon presionó al presidente de la Reserva Federal, Aaron Burns, para emitir más dólares (que ya no eran más convertibles) como estímulo para su reelección; si Burns amplió la base monetaria por convicción o bajo coacción moral, o por una serie de causas y concausas, no sabemos.
El lunes, Jerome Powell, de 68 años, nombrado en 2018 por el republicano Donald Trump al frente de la Reserva Federal, el Banco Central de EEUU, fue reconfirmado por el republicano Joe Biden para un nuevo mandato. La confirmación llega cuando la inflación norteamericana llegó al máximo de tres décadas con un 6,2% anual.
“Tengo confianza de que el presidente Powell y su vice la Dra Lael Brainard sabrán mantener baja la inflación, estables los precios y máxima la tasa de empleo”, dijo Biden. A partir de 2020, la política de la institución fue debidamente expansionista y las tasas fueron bajadas hasta casi cero. La izquierda demócrata reprocha su conservadurismo de este antiguo abogado republicano que se incorporó a la administración del Tesoro en tiempos de Bush padre. Su fin de mandato no está exento de escándalos, con varios directores renunciantes, enriquecidos, aparentemente, gracias a poder apostar en la Bolsa con conocimientos muy seguros.
3. La presidencia y la contingencia
El problema de buscar paralelos es que siempre se encuentran. Richard Nixon es recordado por un hecho que no supo prever, y que en 1974 puso fin a su presidencia: el escándalo de su participación en el espionaje de las oficinas del Partido Demócrata en Washington, el caso Watergate. Un hecho de su responsabilidad, pero cuyas consecuencias subestimó.
Los avatares de la pandemia son menos previsibles, no son la responsabilidad inmediata de un presidente que como Joe Biden ha hecho de vacunación su programa y campaña, pero el hecho de subestimar a la pandemia, el considerarla un paréntesis cerrado, demostró ser un error de juicio.
4. La venganza del veneno
La riqueza de mutaciones y la alta contagiosidad de la variante ómicron, su idoneidad para vencer inmunidades, cambia el panorama médico, inmunológico, sanitario, comercial, de transportes, de flujo de personas, de cadenas de suministros, de presencialidad laboral, escolar, administrativa, de política de vacunaciones, de nuevas restricciones, tanto en EEUU como en Europa, que vuelve a ser un escenario central de la pandemia que dos años atrás reconocía la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las bolsas se derrumban, la Organización Mundial de Comercio (OMC) ya pospuso la que iba a ser su primera reunión presencial en cuatro años. Aumentan los casos pediátricos en EEUU, en otro giro imprevisto; Nueva York volvió a declarar el estado de emergencia; en otros estados temen el desborde del sistema sanitario. Apenas unos días atrás, la preocupación sanitaria mayor de Biden eran los antivacunas y la planificación de la tercera dosis.
5. La desigualdad por otros medios
¿Es una tragedia de contingencias naturales, de mutaciones y difusiones tan imprevistas como imprevisibles? Hay otra opinión, menos exculpatoria para los países más ricos. Convencidos de que lo peor estaba atrás, las promesas de distribuir vacunas al resto del mundo fueron incumplidas, o cumplidas con menor intensidad.
Es el punto de vista del ex primer ministro laborista y ex ministro de Economía británico Gordon Brown, en una columna de opinión que publicó el sábado en The Guardian. El sur de África, origen de la nueva cepa –las letras griegas buscan evitar estigmatizaciones como virus chino o variante Manaos-, está deficientemente inmunizado.
6. Pandemia y política, ¿una vacuna, un voto?
Es difícil saber qué réditos sacan los oficialismos en las elecciones de su gestión de la pandemia, o, al revés, qué costos pagan. Esta dificultad, señala Pablo Gerchunoff a propósito de las elecciones argentinas del domingo 14 en el podcast Sobremesa, ha llevado a minusvalorar a la pandemia a la hora de analizar resultados. Como este historiador se ocupa de explicar, de las políticas sanitarias a los patrones y padrones electorales las relaciones no son directas.
7. Argentina y Chile, dos oficialismos ‘científicos’
Ni el domingo 14 en las elecciones de medio término en Argentina ni el domingo 21 en la primera vuelta de las presidenciales en Chile pudieron las izquierdas sacarles a las derechas esa ventaja capital de Joe Biden contra su rival Trump en noviembre de 2020: la de la ciencia versus el negacionismo. La oposición a cada lado de los Andes podía debatir las cuarentenas, pero era un debate más bien estéril.
Por la vía negativa, es posible argumentar con mayor seguridad, y pobreza. Chile fue considerado, en algún momento de los dos últimos dos años, uno de los países mejor vacunados del mundo, y uno de los más tempranamente inmunizados. Colapsos del sistema de Salud o la demora de la vacunación habrían sido fatales. Las terceras dosis están disponibles. Significativamente, al momento del segundo debate presidencial chileno, y aun al momento del tercero, los candidatos habían pospuesto aplicarse el booster, porque las campañas eran algo más urgente, a sus ojos, que el refuerzo. (Muy significativamente, la única excepción, que sí se había vacunado, era Marco Enríquez-Ominami, un candidato que a título personal tiene una trayectoria de distinguirse del resto del sistema por un rasgo que lo ha colocado, en cada caso, en un lugar de ‘mayor modernidad’ con respecto al resto).
8. Brasil, o ¿negacionismo es despoder?
En naciones latinoamericanas de credo y observancia sanitarista, no sólo no parece haber rédito, sino que el nivel de las exigencias sube, y hay castigos pero no premios. Freud decía que cuanto más refinada es una conciencia moral, tanto más cruel es. En Chile, por quitarse el barbijo en una playa, a pedido de fans, que querían sacarse con el presidente una selfie donde una y otra miraban la cámara (y no se respiraban encima), la indignación fue tan unánime, que Sebastián Piñera se autoacusó en Tribunales, donde fue condenado y multado. Es cierto que las cuarentenas se hacían cumplir con las FFAA en las calles y toque de queda de reminiscencias pinochetistas. En Chile, el voto, como en Venezuela, es voluntario, y en las elecciones de los dos países del domingo 21 –presidenciales y regionales- la gran ganadora fue la abstención, los únicos votos que habría derrotado al oficialismo.
¿Será la gestión de la pandemia un argumento determinante en Brasil, en la campañas de los presidenciables Luiz Inácio Lula da Silva y su ex perseguidor ahora candidato el juez federal Sérgio Moro para disputarle la reelección al negacionista ‘trumpista’ Jair Bolsonaro en octubre de 2022? Es una elección de la que muy poco parece poder predecirse de antemano, salvo que la economía posiblemente sea muy decisiva –en el caso de que haya auges o declives marcados. Otras cuestiones pesan, como la seguridad, que dio al derechista, y aliado de Bolsonaro, José Antonio Kast, una magra victoria en primera vuelta en las elecciones presidenciales chilenas, y que rivalizará con el izquierdista Gabriel Boric en el balotaje del 19 de diciembre. Es cierto que la presidenta del colegio médico chileno renunció para integrarse a la campaña de Boric, y que la subsecretaria de Salud de Piñera se integró a la campaña de Kast.
9. Alemania, semáforo verde y semáforo rojo
En tiempos de Nixon, el ecologismo era oposición extraparlamentaria. Hoy, en Alemania, hace tiempo que los Verdes son un ´partido de gobierno’, y que efectivamente ha gobernado al frente de varios estados de la República Federal. Ahora formará gobierno federal, con los Liberales (amarillos), y con el socialdemócrata (pálido rojo) Olaf Scholz como nuevo canciller. Una extraña combinación de reformadores y defensores del statu quo. El cierre de las centrales de carbón, la legalización del cannabis y una posición más firme con respecto a Rusia y China son parte del acuerdo de coalición.
Alemania es uno de los centros más vigorosos del movimiento antivacunas de Europa Occidental. Hay ocupación de plazas y otros espacios públicos, donde se encuentran la violencia destructiva de los manifestantes y la violencia defensiva de la policía y de otros ciudadanos que no están de acuerdo con los revolucionarios, las marchas con disfraces de deportados y reclusos de campos de concentración (que ofenden a los sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial), la representación de médicos con la esvástica, la renuncia de personajes públicos (políticos, jefes de policía, médicos primarios y jefes de reparto) porque contrarios a cualquier tipo de vacunación. Esto ocurre también en Austria, en Holanda, en Italia. También en Croacia, que con Rumania, Bulgaria, Eslovenia y Eslovaquia son los países menos vacunados en Europa, en el sureste del continente, donde las autoridades elegidas después del fin del comunismo en 1989 fueron menos respetadas pero no más respetables que las anteriores.
10. Una presidenta para Honduras
Con el acuerdo de la nueva coalición, ha llegado para la canciller democristiana Angela Merkel el momento de abandonar el poder, después de 16 años en Berlín. “Ha sobrevivido a todas las crisis con su tenacidad y su calma estoica sin volverse cínica, ojerosa o estresada. La subestimaron como mujer, la desacreditaron como ‘chica’ cuando tenía más de 30 años, la ridiculizaron como ‘Mutti’ (mami). Todo eso le tocó. Sólo ella es capaz de mirar a la cara a una niña de 15 años que huyó del Líbano, que llora delante de ella en televisión en vivo y le pide que conceda a su familia el estatus de refugiado, y decirle que no todos pueden quedarse”, escribe Sofie Czilwik.
El domingo 28, una mujer, Xiomara Castro, disputa la presidencia en las elecciones de Honduras. Tal vez el país con menor calidad institucional de América. Y sin embargo la esposa del ex presidente liberal Manuel Zelaya, depuesto por un golpe en 2009, puede ganar. Sería la primera vez que una mujer llegue al poder en Tegucigalpa. También sería la primera vez que triunfe una candidatura de izquierda. Siempre hay una primera vez en el mundo que es azul como una En la mayor democracia del planeta, la India, por primera vez hay 1020 mujeres por cada 1000 varones. Son 1380 millones de habitantes.
AGB
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