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Escándalo narco

La caída de Espert: cómo la presión interna venció el blindaje de Milei y puso en pausa la pelea en el triángulo de hierro

Javier Milei junto a su hermana Karina y José Luis Espert en la ExpoAgro
6 de octubre de 2025 11:04 h

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Hay vínculos políticos que envejecen mal, y pocos tan rápido como el de Javier Milei y José Luis Espert. Lo que empezó en 2020 como una sociedad ideológica terminó, cinco años después, en un escándalo que sacudió al oficialismo y obligó al Presidente a aceptar a regañadientes la renuncia de su primer compañero de ruta. Milei nunca quiso soltarle la mano, pero las presiones dentro del Gobierno fueron insoportables. Ni su hermana Karina, ni el asesor Santiago Caputo, ni la ministra Patricia Bullrich, ni los candidatos del PRO estaban dispuestos a sostenerlo.

La jornada terminó donde todo el oficialismo intuía que iba a terminar: con Espert anunciando en X que daba “un paso al costado por la Argentina” y negando una vez más las acusaciones por el giro de US$ 200.000 que, según documentos difundidos por elDiarioAR y ya judicializados en los Estados Unidos, le envió Federico “Fred” Machado, empresario detenido por narcotráfico. “Es un gesto noble del Profe Espert: interpuso los intereses de la Nación a los propios”, lo bendijo anoche Javier Milei en LN+, todavía aferrado a la tesis de la “operación kirchnerista”, pero admitiendo, en los hechos, que su apuesta personal se había vuelto insostenible.

Milei habló tras la renuncia de Espert.

El “no va más” se gestó bajo presión. En la Casa Rosada, el termómetro político explotaba: tanto Bullrich, como dirigentes macristas que juegan la campaña bonaerense, además del armador provincial Sebastián Pareja, transmitían encuestas que mostraban la boleta libertaria en caída libre. El mensaje se repitió en todos los despachos: sostener a Espert era hipotecar octubre en territorio bonaerense y, con ello, casi con seguridad, la elección nacional.

La caída no fue un rayo en cielo sereno: se cocinó a fuego lento entre la Quinta de Olivos y Balcarce 50. El viernes, Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, y el asesor Santiago Caputo plantearon sin rodeos que mantener a Espert era regalarle la provincia al peronismo. El Presidente resistió por orgullo y por convicción. Sin embargo, el domingo, con sondeos en mano y el equipo legal del propio Espert moviendo piezas, el “triángulo de hierro” volvió a insistir con un ultimátum: o hay salida ordenada ya, o el daño se vuelve estructural. La renuncia en X llegó antes de que cerrara el día.

José Luis Espert.

Bullrich fue el ariete político y Pareja, el traductor bonaerense del golpe de realidad. “Así no se podía hacer campaña”, repiten ahora en el campamento libertario. Y recuerdan que ya en septiembre habían perdido aire por el caso del exdirector de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), Diego Spagnuolo. Otro frente abierto como el de Machado volvía inviable cualquier narrativa de orden y seguridad. En la mesa ampliada se instaló una idea simple: si el oficialismo no podía defender a su candidato estrella en la provincia de Buenos Aires, mejor cambiar la pieza que perder el tablero.

El giro llegó después de una secuencia de idas y vueltas. Milei no quería conceder una victoria simbólica a la oposición ni convalidar la narrativa mediática. Recién con la certeza de que el propio “Profe” estaba “exhausto”, el Presidente entró en razón. “O aceptás la renuncia o nos arrastra a todos”, fue el ultimátum de su entorno, según reconstruyen en Balcarce 50, donde la decisión se vivió como un alivio. Poco antes de las 19, el propio Espert publicó su mensaje de despedida.

La ingeniería del reemplazo se activó en minutos. Según pudo saber elDiarioAR, fue el propio Santiago Caputo quien llamó a Diego Santilli —tercero en la lista libertaria— para ofrecerle el timón en plena tormenta. La bendición de Karina Milei llegó enseguida. En paralelo, equipos jurídicos comenzaron a empujar el encuadre normativo para que “el Colo” quede primero en la boleta ya impresa. Objetivo: evitar que el corrimiento automático deje a Karen Reichardt en la cabeza por pura prelación.

Diego Santilli, en un encuentro junto a Karina Milei.

Ni Bullrich ni los principales candidatos estaban dispuestos a seguir haciendo campaña con Espert. Tampoco el “triángulo de hierro”, que alineó criterios y empujó la salida. La prueba del nuevo orden se dará este martes en Mar del Plata, donde Milei y Santilli tendrán su primera actividad pública junto al intendente Guillermo Montenegro: una recorrida por una planta industrial de Lamb Weston, una de las mayores productoras de papas congeladas del mundo. Después harán una caminata por el centro marplatense, con fotos, saludos y consignas libertarias, en lo que será el relanzamiento formal de la campaña bonaerense. En la misma línea, el Presidente presentará este lunes su nuevo libro, La construcción del milagro, en el Movistar Arena, con presencia de ministros, músicos y funcionarios.

El mileísmo eligió amputar antes que desangrarse: cortar a Espert, aun a costa de admitir errores, para salvar el relato de orden. La prueba real será si Santilli puede convertir el alivio interno en votos tangibles en el conurbano. La secuencia reveló quién manda en la emergencia: Karina Milei y Santiago Caputo alinearon al Presidente. Pero también mostró la dependencia del proyeto libertario con el PRO territorial para competir en la provincia de Buenos Aires. En ese equilibrio inestable, entre la fe ideológica y la maquinaria tradicional, se define hoy la frontera del proyecto libertario.

PL/MG

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